El acusado reconoce que mató de un tiro a su pareja en Las Gabias: "No sabía lo que hacía"
El día que ocurrieron los hechos estuvieron en casa de unos amigos y luego en un bar en el transcurso de una jornada en la que, según ha expuesto, abusó del alcohol
El hombre acusado de matar el 13 de junio del año pasado a su pareja en Las Gabias (Granada) ha reconocido este lunes ante un jurado popular que discutieron, cogió un arma que guardaba cargada en un mueble junto a la entrada y le pegó un tiro. "No sabía lo que hacía", ha llegado a decir alegando que iba bebido, y ha garantizado que se arrepentirá "toda la vida".
El acusado ha reconocido los hechos "desde el primer momento" y de hecho se entregó a la Guardia Civil al poco de cometer el crimen, según ha expuesto el fiscal, que pide para él un total de 25 años de prisión por un delito de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas.
Ambrosio B.T. ha relatado ante el jurado que lo enjuicia desde este lunes en la Audiencia de Granada que ambos se conocían "de toda la vida", pero iniciaron una relación en 2011 y tras cinco años viviendo en el polígono, en la capital, se mudaron a Las Gabias. "La relación era buena" y se querían, aunque discutían con frecuencia, según ha dicho. "Ella me regañaba a mí porque bebía y yo a ella porque jugaba mucho".
El día que ocurrieron los hechos estuvieron en casa de unos amigos y luego en un bar en el transcurso de una jornada en la que, según ha expuesto, abusó del alcohol. Al llegar a casa, la víctima se lo recriminó.
"No sé lo que pasó, me puse muy mal, no sabía lo que hacía (...) cogí la pistola y disparé sin saber por qué", ha explicado a preguntas del fiscal sobre cómo ocurrieron los hechos en torno a las cuatro de la madrugada. Posteriormente cogió el coche y huyó a casa de su hermana, en el polígono, aunque poco después se entregó en la Comandancia de la Guardia Civil.
A preguntas del magistrado, el acusado ha precisado que tenía el arma cargada porque "estaba habiendo robos por la zona". Disparó a la víctima, Encarnación, a corta distancia, estando ella sentada en el comedor y él de pie. Luego dejó el arma encima de la mesa.
Según el relato del fiscal, la víctima no pudo repeler el ataque y el proyectil le atravesó el pecho, "perforándole el esternón, la cavidad torácica y el propio corazón", hasta que salió despedido de su tronco y se alojó en el mueble que le servía de reposo. Sufrió una hemorragia masiva que derivó en un choque hipoglucémico que le provocó el fallecimiento casi instantáneo.
En el piso superior de la vivienda se encontraba el hijo de la víctima, un joven de 28 años aquejado de síndrome de Asperger. El acusado afirma que "no vio al niño" en ningún momento, pues "estaba en su cuarto". Las partes han renunciado a que declare como testigo dado el problema que padece, aunque sí ha comparecido un tío suyo --que ejerce de tutor legal-- para exponer la petición de que el chico sea indemnizado por daños morales.
La defensa del acusado ha calificado los hechos de homicidio por imprudencia y tenencia ilícita de armas, aunque ha avanzado al jurado su pretensión de modificar su escrito provisional para acercarse al relato del fiscal. El juicio, que está señalado hasta el jueves, continuará este martes con la declaración de testigos y peritos.