El año que se va en Granada (2)
La alta velocidad llegó por fin tras una larga espera, el turismo continúa en ascenso y persisten problemas como los cortes de luz o el alto grado de contaminación
El año 2019 será recordado en Granada por cosas buenas, regulares y malas. Entre las primeras hay que mencionar la llegada de la alta velocidad. Después de casi veinte años de espera, el AVE estacionó por fin a la estación de la Avenida de Andaluces. Lo hizo el 25 de junio, en un viaje inaugural que trajo al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y al máximo mandatario de la Junta, Juanma Moreno. Aquí los recibió Luis Salvador, que sólo diez días antes había alcanzado la alcaldía. Ese 25 de junio no hubo rencillas, rencores ni reproches entre los partidos políticos. Y mira que abundaron en la última década a cuenta de esa infraestructura.
El AVE arrancó de forma espléndida y los billetes a Madrid y Barcelona volaron, literalmente. Seis meses después de su puesta en funcionamiento y superados los desajustes y los retrasos iniciales (que generaron las quejas de los más impacientes), la conexión ferroviaria parece ya consolidada, aunque quedan cosas por hacer. El soterramiento de las vías a su paso por La Chana es una de ellas: la variante de Loja, otra. Es difícil encajar que un tren que alcanza los 300 por hora tenga que circular por un determinado tramo sólo a 37. Eso es cualquier cosa menos alta velocidad.
Los datos turísticos también han sido buenos en el año que se va. Granada sigue siendo uno de los principales destinos para el mercado nacional (en fines de semana y puentes ha llegado a ser en ocasiones líder en ese aspecto) y tampoco faltan los visitantes llegados de otros países. Que ya no sólo llegan al aeropuerto de Málaga y se desplazan desde allí de alguna manera. El aeródromo de Chauchina cubre rutas con París, Londres, Nantes o Milán, entre otros destinos, y cierra el ejercicio con más de 1.200.000 viajeros, casi cien mil más que el anterior.
Aunque en otro artículo se analizará el futuro inmediato, sí se puede adelantar que las perspectivas para 2020 son favorables en materia de infraestructuras. Se supone que en el año que llega entrará en funcionamiento la segunda circunvalación de la capital, Granada quedará conectada con Sevilla, Málaga y Córdoba por alta velocidad ferroviaria y podrá avanzarse en lo que sin duda es una gran noticia para muchísima gente que vive en el Área Metropolitana: la ampliación del Metro a localidades como Churriana de la Vega, Las Gabias o Alhendín.
Contaminación preocupante
Son dos medios de comunicación limpios y eso también es importante destacarlo, porque Granada se ha llevado este año el triste reconocimiento de ser la tercera capital de España más contaminada, sólo por detrás de Madrid y Barcelona. Y eso tiene mucho que ver con la alta densidad de coches que soporta la ciudad. Todos están de acuerdo en que eso representa un problema. Los neumólogos hablan incluso de que cada granadino aspira al día 1.500 bacterias contaminadas y susceptibles de ser nocivas y advierten de que aquí hay más ingresos hospitalarios por esta causa que en el conjunto de Andalucía y que éstos se incrementan cuando se producen los llamados picos contaminantes, que se producen sobre todo en invierno. El tema no es para tomárselo a broma: la contaminación es un factor de riesgo para enfermedades respiratorias como el cáncer de pulmón o de vejiga. Sabido todo eso, urge actuar.
Fue un año en el que los decomisos de droga, especialmente cannabis, fueron tan frecuentes que casi ni se consideraron noticia. A todo se acostumbra uno, podría decirse. Pero sería un error pensar así. Sobre todo porque, además de informar sobre la incautación de 300 plantas aquí o 400 allá, los medios han dado cuenta de sucesos relacionados con su tráfico: coches que arden en misteriosas circunstancias, un hombre al que encuentran tirado junto a la autovía con un balazo en una pierna... Si eso ocurre es porque la droga produce dinero fácil y rápido y eso atrae a la delincuencia organizada, que no se anda con chiquitas.
El cultivo ilegal de marihuana, por otra parte, está detrás de los cortes de luz en sitios como la Zona Norte de Granada y también en varias localidades de la provincia. Esas interrupciones de consumo producen situaciones injustas, lacerantes, terribles. En este 2019 ha habido movilizaciones ciudadanas reclamando que nunca más paguen justos por pecadores, como el encierro protagonizado en octubre por el Defensor de la Ciudadanía y el párroco de la iglesia de la Barriada de la Paz. Desde todos los ámbitos, incluido el Ayuntamiento de Granada, se prometen soluciones. El tiempo dirá.
Hubo noticias objetivamente trágicas en este año que termina. La violencia machista golpeó a la provincia, en concreto a la localidad de La Zubia, donde el 20 de octubre un tipejo despreciable asesinó a su mujer con un arma de fuego. Ojalá en 2020 no haya que contar ninguna historia así.
Las lluvias torrenciales se llevaron también dos vidas, una en una pedanía de Baza, en septiembre, y otra en Huéscar, en diciembre. Cada vez hace más calor, cada vez los temporales son más salvajes y urge concienciarse de que éstos no son hechos aislados, desgraciados o fortuitos sino que hay un cambio climático detrás que los provoca. Y cuando todos lo tengamos claro, hay que actuar.