El Ayuntamiento de Píñar denuncia el riesgo de derrumbe de la A-323 Guadahortuna – Iznalloz a su paso por el municipio
El derrumbe de un talud y un muro de contención y las severas grietas en los otros tres presentan un riesgo para la seguridad en el tráfico
La nueva carretera A-323 inaugurada por la Junta de Andalucía en diciembre de 2015, que une Guadahortuna e Iznalloz, a su paso por el municipio piñero salva por vía aérea un ancestral camino, denominado de las Peleras, que a diario es usado por decenas de vecinos de la comarca para sus desplazamientos cortos hacia las tierras de labor y los cortijos que circundan el municipio en su orientación norte.
Este paso, donde la carretera se eleva sobre el Camino mediante un sistema de muros de contención y taludes, sufrió el pasado mes de marzo un derrumbamiento en uno de sus cuatro muros de contención, lo que ha provocado el desprendimiento de uno de estos taludes, provocando el corte parcial de este camino, obligando a los usuarios al uso de un solo carril.
El resto de taludes presentan grietas de considerable dimensión y riesgo de desprendimiento inmediato.
Esta situación, el Ayuntamiento de Píñar la ha denunciado ante la Junta de Andalucía que es la propietaria de la carretera A-323, no obteniendo respuesta alguna de la administración andaluza.
Con las recientes lluvias del mes de noviembre, la situación se ha agravado, y del talud derrumbado se desprenden día tras día más piedras, aumentando de esta manera el riesgo de caída de la carretera sobre el Camino.
Las grandes grietas que se presentan en el resto de muros de contención hacen prever que la carretera puede derrumbarse sobre el camino en cualquier momento, con un doble riesgo, el de los miles de coches que transitan por esta vía entre Guadahortuna e Iznalloz, y el de los cientos de usuarios del Camino de las Peleras, que en estos meses ve incrementado su numero por la campaña de la aceituna.
Por todas estas razones el Ayuntamiento interpela a la Junta de Andalucía a que actúe con urgencia, antes de que todos tengamos que lamentar una desgracia por el abandono del mantenimiento de una vía de su propiedad.