El consumo de cocaína en Reino Unido es tan común que hay rastros de cocaína en el agua potable
El consumo de cocaína está tan generalizado en Reino Unido que, según ha revelado un estudio científico, se han encontrado restos de la droga metabolizada en el agua potable que consume la población. También se han encontrado trazas de ibuprofeno, cafeína o un medicamento para la epilepsia.
En el estudio pretendía evaluar los daños de los compuestos farmacéuticos en el agua potable pero los científicos han descubierto rastros de cocaína incluso tras haber sometido el agua a tratamientos de purificación intensiva, según recoge el periódico británico 'The Sunday Times'.
Expertos de la Agencia de Inspección del Agua Potable han detectado (en el suministro de agua potable), benzoilecgonina, la forma de la droga que aparece tras haber sido metabolizada por el cuerpo humano y el mismo componente que se busca en los test de orina para detectarla.
Además de la benzoilecgonina, los científicos también han encontrado restos de ibuprofeno, de carbamazepina, un medicamento para el tratamiento de la epilepsia, y altos niveles de cafeína.
"Tenemos casi el nivel más alto de uso de cocaína de Europa Occidental" ha declarado a la publicación inglesa 'The Sunday Times', Steve Rolles, del centro de estudios Tranform. "El consumo se ha incrementado y el precio de la cocaína es cada vez menor", ha añadido. Según la ONG DrugScope, hay alrededor de 180.000 adictos al crack y a la cocaína en Reino Unido y unas 700.000 personas de entre 16 y 59 años consumen cocaína cada año en Inglaterra.
Tras someter el agua al tratamiento de purificación se ha observado que las cantidades de cocaína se han reducido en un 75 por ciento. Cantidades inferiores a 4 nanogramos por litro de cocaína no son perjudiciales para la salud, según un estudio de Public Health England.
"Los niveles de los componentes detectados en el agua potable son de menor magnitud que las dosis terapéuticas", explica el informe. "Las exposiciones a los componentes son como mínimo cientos de veces menores a las que se necesitarían para producir efectos adversos en seres humanos", detalla el texto. Por lo tanto, el informe ha concluido que los fármacos y sustancias detectadas en el suministro de agua potable en Reino unido no suponen un riesgo para la salud de la población.