El consumo elevado de omega-3 reduce la mortalidad por cáncer colorrectal, también tras el diagnóstico
Los autores del estudio reconocen que si logran reproducir estos resultados en otros estudios estos pacientes podrían incrementar su ingesta de pescado para intentar prolongar su supervivencia
Investigadores del Hospital General de Massachusetts y la Universidad de Harvard (Estados Unidos) han visto que los pacientes con cáncer colorrectal que tienen un consumo elevado de ácidos grasos omega-3 después del diagnóstico tienen un menor riesgo de mortalidad, según los resultados de un trabajo publicado en la revista 'Gut'.
De hecho, los autores reconocen que si logran reproducir estos resultados en otros estudios estos pacientes podrían incrementar su ingesta de pescado para intentar prolongar su supervivencia.
Estudios previos han demostrado que los ácidos grasos omega-3 poliinsaturados, como el ácido eicosapentaenoico (EPA), el ácido docosahexaenioco (DHA) o el ácido docosapentaenoico (DPA), logran bloquear el crecimiento tumoral y frenan el proceso de la angiogénesis, que conlleva el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos para que el tumor siga creciendo.
En este trabajo los investigadores utilizaron datos de dos grandes estudios a largo plazo de Estados Unidos, uno con 121.700 participantes de entre 30 y 55 años iniciado en 1976 y otro con 51.529 hombres de entre 40 y 75 años que se puso en marcha en 1986.
En ambos casos los participantes completaban un cuestionario en el que detallaban su historial clínico y sus hábitos de vida que debían actualizar cada dos años. Los autores se centraron en los casos de cáncer colorrectal y en otros factores que pudieran influir como la altura, el peso, la actividad física, el consumo de tabaco o el uso de determinados fármacos.
Los datos sobre sus hábitos alimenticios se actualizaban cada cuatro años, preguntando por la frecuencia con que comían diferentes productos en una escala que iba del 'nunca' o 'menos de una vez al mes' al '6 o más veces al día'.
Hasta el año 2010, de los 1.659 participantes que en ambos estudios habían desarrollado cáncer colorrectal acabaron falleciendo en torno a un tercio, 561. De estos, 169 acabaron falleciendo como consecuencia de la enfermedad tras un periodo de seguimiento de unos 10,5 años de media, mientras que en el resto las causas más frecuentes de mortalidad fueron enfermedades cardiovasculares (153) u otros tumores (113).
No obstante, al analizar la dieta vieron como aquellos que presentaban un mayor consumo de ácidos grasos omega-3 procedente del pescado estaban físicamente más activos, presentaban también un mayor consumo de fibra y diferentes vitaminas, y también un menor consumo de tabaco, todo ello asociado a un menor riesgo de cáncer colorrectal.
Y entre a quienes se les había diagnosticado un tumor de este tipo, se vio que quienes tenían un mayor consumo de omega-3 tenían menos riesgo de fallecer por esta enfermedad, si bien no se asoció a una menor tasa de mortalidad a nivel general.
Además, la reducción de la mortalidad parece estar asociada con la cantidad de omega-3 consumida, ya que cuanto mayor era la ingesta menor era el riesgo, incluso aunque sólo se tuviera en cuenta la dieta después del diagnóstico.
HASTA UN 41% MENOS RIESGO
De este modo, y en comparación con los pacientes que consumían menos de 0,1 gramos de ácidos grasos omega 3 al día, los que consumían al menos 0,3 gramos al día después del diagnóstico tenían un riesgo un 41 por ciento menor de morir como consecuencia de este tumor. Además, la fuente de estos componentes fue el pescado ya que pocas personas dijeron tomar suplementos alimenticios.
Asimismo, la asociación entre la ingesta de ácidos grasos omega-3 y una menor mortalidad parecía particularmente evidente en quienes tenían un índice de masa corporal (IMC) inferior a 25 --que, por tanto, no presentaban sobrepeso-- y en quienes no tomaban 'Aspirina' de forma regular.
Los autores reconocen que se trata de un estudio observacional que no permite sacar conclusiones claras sobre una supuesta relación causal entre el consumo de omega-3 y una mayor supervivencia, pero es un primer acercamiento de cara a obtener una evidencia científica que habrá que confirmar en futuros estudios antes de hacer una recomendación en firme.