El detalle de ganar
Tras dos semanas de parón para corregir errores del pasado, las excusas se acabaron para el Granada CF
El Granada CF no tiene escapatoria. El ambiente se ha ideado de la manera más perfecta y macabra para la vuelta a casa. Si los empates con sabor a derrota ya habían tensado la rutina diaria del conjunto rojiblanco, el “infumable” partido ante el Rayo ha terminado por colmar el vaso de agua, uno que amenaza con ahogar al incansable Sandoval.
Nadie dijo que el Granada CF fuera fácil, eso lo debe saber Sandoval desde que llegó la campaña pasada en la situación con la que firmó. Con la permanencia bajo el brazo, también comprobó que todo es posible en Granada. Una salvación inverosímil, agónica y que acabó con lágrimas, tensión e invasión de campo antes de tiempo. Así son por Los Cármenes, su sentimiento rojiblanco horizontal puede con todo lo demás.
Las quejas son continuas. Si uno ve el problema en el entrenador, otro lo ve en los jugadores que “no corren ni sienten el escudo”. Hay para todos los gustos y colores. Pueden elegir. Más allá de eso, el aficionado granadinista espera una victoria. Sin más. El buen juego desplegado en algunos momentos, la ilusión y optimismo del míster, la explosión de Success en el comienzo de temporada, que desgraciadamente también se ha dado fuera del campo, todo eso no vale ya. Ha dado crédito a este grupo, pero ya lo único válido es el triunfo. Los últimos minutos no deben existir para el Granada hasta que Del Cerro Grande pite el final del encuentro. La concentración nunca debe desaparecer, y el colectivo debe ser más colectivo que nunca, incluido cuando se va ganando. Las guerras no se ganaron en solitario. Un conjunto de cosas que te darán esa pizca que falta para salir por la puerta grande. Es el detalle de ganar.
Sumar tres puntos significa poder salir del descenso, igualarse con los rivales directos que están justo por encima (Real Sociedad se enfrenta al Sevilla; Málaga viajará para enfrentarse al Espanyol; y Las Palmas visitará al Valencia) a la espera de los resultados que se den en sus respectivos encuentros, y alejar a los de abajo. Pero, sobre todo, significará un cambio de rumbo a la dinámica de resultados. Una dinámica no del todo negativa, ya que se ha sumado en los cuatro de los cinco últimos partidos, pero que estaba minando la moral de los jugadores, que no han encontrado consuelo sábado tras sábado.
Las dos semanas de parón deben haber dado al Granada la calma necesaria para no machacarse ante la falta de competición y la valía de que ‘sí pueden’ como si de guerreros se tratasen. Biraghi decía en rueda de prensa que “si jugamos como sabemos, no tendremos problema”, algo que tendrán que demostrar en Los Cármenes, tras un mes sin verse con su afición, y nueve jornadas sin ganar. Recuerden el ambiente que rodea al domingo es tan inmejorable e ideal como difícil. Una arma de doble filo para el Granada de Sandoval.