El día en el que Buonanotte y Casemiro se encontraron en el camino

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Manuel Herrera @manuelherrerapr
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El lunes 26 de agosto del pasado año 2013, el Real Madrid visitó el Estadio Nuevo Los Cármenes para medirse al Granada CF. Carlo Ancelotti dirigió aquel día al conjunto blanco por primera vez lejos del Bernabéu en partido oficial, en medio de un ambiente enrarecido ante la más que probable llegada de Gareth Bale. previo pago de una cantidad cercana a los 100 millones de euros, y la posible salida del club de Mesut Özil rumbo a la Premier.

Además, el debate mediático se hallaba centrado en la portería: Numerosas portadas, programas de radio y televisión e informativos habían dedicado la semana a especular sobre un posible regreso de Casillas a la meta del Real Madrid. Incluso, minutos antes del partido, diversos medios filtraron un once inicial con la presencia del capitán, pero, finalmente, Ancelotti optó por Diego López para acompañar a Arbeloa, Pepe, Ramos, Marcelo, Modric, Isco, Di María, Özil, Cristiano Ronaldo y Benzema.

Por su parte, Lucas Alcaraz, aún con la idea del 4-2-3-1 en mente formó una alineación con Roberto en la meta; Nyom y Brayan Angulo en los laterales; Diakhaté y Mainz como centrales; Iturra y Yebda en el doble pivote; una línea de tres por delante con Piti, Brahimi y Dani Benítez; y El Arabi en punta.

El partido parecía seguir el guion de un monótono día en la oficina para el Real Madrid. Benzema adelantó a los blancos en el minuto 10 y el desarrollo del juego de los primeros minutos invitaba a pensar en un triunfo por la vía rápida de los de Ancelotti. Pero el segundo gol no llegó.

Así las cosas, los minutos fueron avanzando y, ante lo raquítico del resultado, el Granada comenzó a creer en sus posibilidades de arañar algo ante el equipo madrileño, incapaz de batir de nuevo a Roberto, pese a las múltiples intentonas de Ronaldo e Isco. Ante esta situación, Alcaraz decidió arriesgar en el último tramo e introdujo en el campo a Riki, a Fran Rico y a Buonanotte, mientras que Ancelotti quiso reforzar a los suyos con Nacho, Carvajal y Casemiro.

Con este panorama, se llegó al minuto 84. Y ahí entraron en juego los dos grandes protagonistas de una jugada que pudo cambiar el devenir del partido. Buonanotte agarró el balón en el perfil zurdo del ataque del Granada. El argentino se zafó de Arbeloa con un recorte y encaró a Casemiro, con la intención de internarse en el área. El centrocampista del Real Madrid permitió el acceso del liviano atacante rojiblanco por la zona pegada a la línea de cal y le negó una salida hacia fuera para evitar un posible disparo.

Fue entonces cuando Buonanotte utilizó su pequeño tamaño para encontrar una salida. El argentino aprovechó su capacidad para introducirse en los espacios más diminutos y, ya dentro del área, realizó un movimiento hacia el interior. Casemiro, que llegaba en carrera trató de evitar el choque, consciente de que no llegaba  a la pelota, pero, finalmente, se produjo un contacto entre ambos. El atacante rojiblanco se fue al suelo y miró al árbitro. No hubo respuesta.

Estrada Fernández consideró que no hubo nada punible en aquella acción y el partido murió sin que el Granada pudiese, apenas, hacer nada más. Casemiro se marchó del campo, probablemente, celebrando su suerte, mientras Buonanotte, enrabietado, lamentaba la decisión del colegiado y la derrota de su equipo.

El sábado, el Real Madrid y el Granada se volverán a encontrar, pero nadie espera a Casemiro y a Buonanotte. Los roles de ambos futbolistas sudamericanos en sus respectivos equipos son de una importancia mucho menor que hace unos meses. El brasileño del Madrid no entra en los planes de Ancelotti; el argentino del Granada CF parece que ya no es ni siquiera una alternativa para Alcaraz. Eso sí, seguro que ambos recuerdan aquella noche de agosto en la que se encontraron en el camino.