El día siguiente
A dos días de que se abran las urnas, estamos ante el resultado más incierto de la reciente historia autonómica. Las encuestas apuntan a un vencedor en precario, una mayoría menor que la actual, incapaz por sí sola de formar gobierno. Así las cosas, la incógnita radica en la suma que obtengan los partidos de la derecha, un PP en retroceso -siempre, según las encuestas- y un Ciudadanos, decididamente instalado en ese espectro político, en alza al recoger los frutos de la caída de los populares, más el posible añadido de un diputado de Vox. ¿Suficientes para remover al PSOE?
Por el otro lado, a Adelante Andalucía, que constituye la fusión Podemos-IU, los sondeos le mejoran los resultados que hasta ahora presentaba la suma de ambas fuerzas. ¿Permitirá esta izquierda, con una hipotética abstención, la investidura de un candidato de C’s o el PP? Teresa Rodríguez, líder de Adelante, ha anunciado que en ningún caso apoyará a Susana Díaz-PSOE ni entraría en un gobierno de coalición pero, al mismo tiempo, asegura que -si está en su mano- no permitirá que la derecha se haga con el poder en Andalucía.
Una declaración ambivalente que remite, en todos los casos, a la medida de los escaños que arrojen las urnas. Conocido el escrutinio se podrá afinar algo más en los cálculos y pronósticos. La incógnita, pues, no radica en este 2-D electoral sino en lo que va a venir a continuación. El ‘día después’, el día siguiente por decirlo correctamente, que no va a ser uno sino muchos días siguientes si el partido más votado obtiene una mayoría precaria y la suma de sus oponentes tampoco recauda los escaños suficientes para optar a la investidura.
Esas son las cartas que se pondrán boca arriba a partir del lunes y harán necesario a quien lo intente una complicada negociación cuyos resultados no tienen plazo. Porque pasada Navidad, el escenario será aún más electoral, con las municipales a la vuelta de la esquina y quién sabe si no estaremos también en la recta final antes de unas elecciones generales anticipadas. En ese campo preelectoral se refuerzan los postulados de cada fuerza política, las concesiones son más difíciles por el coste que puedan tener en la siguiente e inminente cita. Y es en ese campo en el que Susana Díaz y el PSOE -presumibles ganadores en precario- deberán afrontar una negociación.
¿Con quién? Ciudadanos, que hace año y medio aprobó una resolución interna ofreciéndose a entrar en gobiernos de coalición, ahora predica -al menos en Andalucía- lo contrario. Se sabe en alza y explota su éxito. No podría apoyar a un partido al que ha criticado con crudeza en campaña y presentarse después ante su electorado en las elecciones municipales como el que lo sostiene. Adelante Andalucía (Podemos e IU) también se sentirá poderosa en ese escenario si las urnas ratifican su ascenso. Y a cuenta de un apoyo que se limitaría a la investidura pediría más de lo que Susana Díaz y el PSOE estén dispuestos o en condiciones de dar.
Se abre así un periodo de incertidumbre que en mi opinión no tiene plazo. Recuérdese que hace casi cuatro años, cuando Susana Díaz anticipó elecciones en aquella insensata convocatoria que solo interesaba a su estrategia personal en el seno interno del PSOE, se abrió un periodo de 80 días en el que llegó a vislumbrar la repetición de elecciones ante la imposibilidad del acuerdo. Me temo que estamos en aquel escenario y que esta vez podrían ser más de 80 los días.