El drama de tener una hija con anorexia en Granada

Andalucía no cuenta con ninguna Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria | Ciudad Real es la provincia más cercana que está especializada en estos casos

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La hija de Patricia, antes de ingresar en Ciudad Real | Foto: Remitida
Jose Luis Moreno
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Patricia se encuentra ahora mismo en Ciudad Real. Este viernes, cuando salió de trabajar, decidió coger su viejo coche y recorrer los 260 km que separan a Granada de la ciudad manchega. No se ha ido de vacaciones, no va a pasar un fin de semana de relajación. Está por ‘obligación’ en el hospital de Ciudad Real, el punto más cercano a la ciudad de la Alhambra donde hay una Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria.

La hija de Patricia tiene 21 años. Sufre anorexia desde que cambió el colegio por el instituto. La hija de Patricia no se ha podido desarrollar como mujer, tiene una osteoporosis severa, el sistema digestivo lo tiene destrozado, no ingiere apenas nada, dejó de crecer con 13 años, no ha podido terminar sus estudios y se ha ‘descolgado’ de sus iguales, de la sociedad.

“Es terrible lidiar con esta enfermedad, ver a tu hija tan grave”, porque la hija de Patricia ha estado ingresada en Albacete, Jaen o Granada sin ningún éxito. Porque como toda historia tiene su origen. “Todo empezó al pasar mi hija del colegio al instituto. Ella, siempre había sido muy tímida. Le hicieron bullying y, desde ese momento, ella decidió sentirse bien comiendo más sano y haciendo ejercicio”.

A partir de ahí todo fue de mal en peor. Y al cumplir los 18 años, Patricia, su hija y toda su familia empezaron a sufrir la realidad. “Fue ‘expulsada’ de la Unidad Infanto- Juvenil de Salud Mental de Granada por la edad. Tocaba ir a pedir cita (de primeras) a Salud Mental de adultos: otra vez, esperar semanas para que la atendieran menos de media hora... Cuando su situación volvía a ser muy crítica, y de nuevo y siempre, ante mis batallas continuas, la ingresaban en alguna planta del Hospital General”.

En Ciudad Real están los casos más críticos. Casos que están en la piel de mujeres de hasta más de 50 años que tienen su vida destrozada.

Desesperación

Hace dos semanas Patricia decidió volver a darlo todo por su hija. No comía. No bebía. Estaba todo el día en la cama y su respiración cada vez era más débil. Patricia fue con su hija al hospital del PTS. Hasta que no acudió por segundo día no fue atendida. “El primer día, tras más de tres horas, no la vio ningún médico. Nos fuimos porque estaba pálida y quería que tomara algo, lo que es casi misión imposible”.
El segundo día, tras más de 11 horas de espera llegó la sorpresa. “La endocrina decidió darle el alta porque la analítica salía ‘bien’. Me indigné tanto que le pedí que la viera sin la ropa, a lo que se negó. Le advertí que si le daba el alta tendría que asumir las consecuencias. Rápidamente cambió de decisión”.

Pero, tas el respiro, llegó la desesperación. “Esperamos otro par de horas hasta que la celadora nos condujo a la habitación y no daba crédito. La habitación estaba en la planta de Infecciosos. Su cama al lado de una señora mayor, que llevaba tres días con fiebre y donde justo acababa de fallecer una mujer con Gripe A”.

La hija de Patricia no quería moverse de su cama, no quería ingresar en el hospital. Ella solo pensaba en quedarse en su casa. Cuando Patricia consiguió convencerla y tener cama, se la tuvo que llevar. “Cogí a mi hija, que estaba completamente en otro mundo y le dije, mirándola a los ojos: “hija, aquí no te puedes quedar”. La pobre no podía más”.

Falta de voluntad política
Patricia cree que todo este problema que sufren las jóvenes de Andalucía, y de España en general, es precisamente por una falta de voluntad política. “Lo que yo quiero es que haya una unidad en Andalucía, da igual en la provincia que la pongan. Al menos una. Mi hija está en Ciudad Real donde van los casos más críticos”.

Porque esta madre de Granada afirma que su hija está ingresada porque el médico responsable le ha hecho el favor de meterla debido a su gravedad. “Tengo el papel del ingreso con cargo a la Seguridad Social de Castilla La Mancha. Ni se ha pedido el traslado desde Andalucía”.

Y es que, la hija de Patricia lleva dos años ingresando en esta Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria de Ciudad Real. Mejora, le dan el alta y vuelve a empeorar. Por ello, lo que quieren Patricia y su hija es por lo menos, estar cerca de casa.







Comentarios

Un comentario en “El drama de tener una hija con anorexia en Granada

  1. Mi esposa y yo pasamos por el mismo calvario con nuestra hija Esther. Hoy Esther está recuperada y hace vida normal, mas que normal por que de no poder llevarse la cuchara a la boca, hoy es monitora deportiva y entrena a un alto nivel. Esther estuvo ingresada en Psiquiatria y llegó a pesar 27 kilos. Esther es un milagro, y a Esther le gustaria compartir su historia con esta chica, y hacerle ver que luchar por la vida merece la pena.