El Emperador Germán y el sino del Granada

Germán Sánchez ha revalidado su puesto y se ha erigido, un año más, como el líder de la zaga rojiblanca

Granada CF - Sevilla FC Trofeo Ciudad de Granada
Germán celebra su gol ante el Sevilla en el Trofeo Ciudad de Granada | Foto: Antonio L Juárez
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Coliseum Alfonso Pérez, 24 de junio de 2017. Aquella noche, el Tenerife de Martí se quedó a un solo gol de subir a Primera División en un final agónico de Playoff de ascenso que terminó llevándose el Getafe de Bordalás, hoy equipo europeo. Aquella noche, Germán Sánchez Barahona era el jefe de la zaga tinerfeña que rozó el éxtasis, pero terminó naufragando al sur de Madrid. De haberse consumado el regreso del ‘Tete’ a la élite siete años después, quizá hoy Germán no sería jugador del Granada.

Ese mismo verano, el gaditano desembarcó en un Granada sumido en la depresión más absoluta tras haber descendido meses atrás. Cruce de caminos, pensarán ustedes. Al empezar la nueva temporada en la categoría de plata, con Oltra al timón de la nave granadinista, Germán vio cómo Saunier y Chico Flores tenían prioridad sobre él en los planes del técnico valenciano. Así, a pesar de ser un zaguero contrastado en la categoría y de haber destacado el curso anterior en el Tenerife, el de San Fernando tan solo disputó 14 encuentros bajo la casaca rojiblanca. El desenlace final de aquel curso ya lo conocen.

Con la llegada de Diego Martínez en 2018, el destino de la escuadra nazarí y de Germán Sánchez viró por completo. El isleño fue absolutamente indiscutible en la alineación del vigués el curso pasado, disputando 38 partidos completos de los 41 de Liga (sin contar el anulado frente al Reus), todos ellos como titular. Además, anotó un gol que valió tres puntos valiosísimos frente al Zaragoza en Los Cármenes y, de hecho, el Granada acusó mucho su ausencia durante uno de los encuentros que se perdió, por acumulación de tarjetas, y terminó cayendo en Los Pajaritos ante el Numancia por 2-1 a finales de marzo. Sería, a la postre, una campaña redonda para el mariscal de la zaga granadinista, posteriormente coronado Emperador, pues el conjunto nazarí terminaría consiguiendo el tan ansiado ascenso dos años después de perder la categoría. Esto permitiría que este baluarte de casi metro noventa pudiera debutar en Primera División a sus 32 años largos.

Su carta de presentación no pudo ser mejor: anotó el primer gol del Granada CF en Los Cármenes en el Trofeo Ciudad de Granada contra el Sevilla FC. Sin embargo, tras verse desplazado al margen zurdo del centro de la zaga rojiblanca por la incorporación de Domingos Duarte, su adaptación a ese nuevo rol en la máxima categoría se demoró más de la cuenta y el Granada se resintió en defensa las dos primeras jornadas (4-4 en La Cerámica y 0-1 frente al Sevilla en casa). Muchos consideraron en aquel momento que la categoría le venía grande y vaticinaron que perdería el sitio en pos de José Antonio Martínez, su compañero de trinchera la pasada campaña. No fue así.

Detrás de esa pinta berberisca se esconde un central forjado en el barro de la Segunda B, un jornalero del balón que, tras muchos años de siembra, ha recogido por fin sus frutos con la edad a la que otros se retiran, dando ejemplo de perseverancia y lucha. Al estilo de los mejores defensores de siempre, Germán domina las dos áreas: lo mismo le da aparecer como un tanque y proteger a Rui Silva que volar más que nadie y fusilar de cabeza las mallas rivales, como ya ocurriera en Vigo, donde anotó su primer gol en Primera. Conocedor de lo valioso de esa primera diana en la máxima categoría, no dudó en dedicársela a su hermano Servando, que colgó las botas hace unos meses.

La temporada es larga, habrá lesiones y sanciones, como la que le privará de jugar ante Osasuna la próxima jornada tras ver la quinta amarilla en el Santiago Bernabéu el sábado pasado. Podrá arrebatarle el sitio José Antonio Martínez, que oposita y hace méritos para ello; o no, el tiempo lo dirá. Pero lo que sí es seguro es que, lejos de arrugarse y consciente de todo lo que le ha costado, Germán seguirá compitiendo y luchando para mantener a flote su Imperio y, con él, al Granada CF.