El entusiasmo como electricidad de la vida y la pasión como condimento nos dan alas para el éxito

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Hay personas arrolladoras, con los que nos sentimos muy a gusto, y además lo logran sin aparente esfuerzo. Su denominador común es el entusiasmo. Y es que el entusiasmo mueve el mundo.

El entusiasmo es la energía que nos lleva hacia la felicidad, es sentir interés y placer al hacer las cosas, es sustituir una actitud pasiva a una activa y motivada, es hacer todo con un buen ánimo y que resulte agradable cumplir lo que hacemos, es perseguir los sueños y no abandonar el camino que lleva hasta ellos. Y en ello, es importante saber que la edad arruga la piel y la falta de entusiasmo arruga el alma. El entusiasmo es la pasión por hacer lo que realmente nos motiva. Vivir esta energía conlleva una actitud de ilusión y apertura ante lo que se nos presenta.

Por otra parte, la pasión es un sentimiento muy intenso, que involucra el deseo y el entusiasmo por algo. Alguien se apasiona por algo cuando establece una relación de afinidad muy fuerte con ese algo. Refleja un interés por una causa, una idea, una actividad, una persona o un objeto. Hay pasiones que enaltecen la condición humana y constituyen el condimento que nos lleva a materializar los logros más grandes. La pasión es una realidad que nos autodefine y que expresa un rasgo significativo de nuestra personalidad.

¿Cómo son las personas entusiastas?

Las personas entusiastas son las que sienten pasión por la vida, por el conocimiento, por el trabajo… Realizan todo con interés, con buena energía, motivadas y obteniendo satisfacción por ello, ya que les resulta agradable hacerlo. La diversión y el disfrute marca su relación con el trabajo. Son responsables, pero también encuentran momentos para divertirse en el trabajo y todo aquello que hacen. Y enfocan su talento en todo lo que les gusta, siguen el camino hasta sus sueños y se apartan de los ambientes tóxicos que poco les aportan.

Además, les caracteriza su determinación para sortear los obstáculos que se presentan en el camino hacia sus objetivos. Y lo mejor de todo es que contagian este entusiasmo a todos aquellos que les rodean.

¿Qué características y valores tienen las personas entusiastas?

Sienten entusiasmo
Se sienten vivas, disfrutan el momento presente. Se sienten válidos y esto les lleva a desarrollar una gran confianza en sí mismos.
Toman decisiones
Tienen las ideas claras y marcan su camino en función de cómo quieren vivir y lo que quieren lograr. Se rodean de gente buena. Conceden importancia a lo que la tiene y se la quitan a los detalles que no tienen relevancia.
Son creativas
El entusiasmo que sienten lo transforman en energía creativa, crean, producen, manifiestan sus pensamientos, infunden su energía y creatividad al resto para lograr éxitos en equipo, realzando el potencial propio y el de los que le rodean.
Aceptan los riesgos y no se dejan vencer por los miedos
Las personas entusiastas se enfrentan, valoran los riesgos, se planifican y los asumen. Abandonan la zona de confort para lograr sus metas.
Tienen fe en sí mismas
Valoran sus habilidades y capacidades y son conscientes de sus debilidades y saben potenciar su talento y elegir con inteligencia el nivel de riesgo que pueden asumir.
Se esfuerzan en conseguir aquello que quieren
Saben que para lograr el éxito hay que esforzarse y trabajar, por tanto, trazan su plan de ruta y trabajan en él. Aun así, están abiertos a otras opiniones y aportaciones positivas que les ayuden a conseguir aquello que se hayan propuesto.

Por otra parte, las pasiones negativas, son inmanejables para las personas que las “padecen”. No las controlamos; ellas nos controlan. Buscan satisfacer los deseos de otros, generan sentimientos de culpa, pérdida de autoestima y ansiedad. Por tanto, son muy autodestructivas. Es imperioso alejar de nosotros todo lo que sea negativo. Recuperar la actitud soñadora y curiosa. En algunas situaciones, la pasión positiva puede desaparecer por la interferencia de otros. Recordemos que la pasión es de libre práctica y elección.

Cuando algo apasiona no importa dedicar mucho tiempo y esfuerzo en ello. Por el contrario, la dedicación a lo que gusta es gratificante y rinde sus frutos. Por eso, es importante descubrir con qué se tiene afinidad, qué despierta un interés especial, qué ilumina el corazón, sin importar cuánto tiempo exija, porque uno no se cansa de hacerlo.

Para alimentar la pasión en nuestras vidas es de vital importancia indagar en nuestro interior y encontrar aquello que nos sacude el alma. No basta con que nos resulte entretenido, debe ser algo que realmente nos conmueva. Luego debemos preguntarnos a dónde queremos llegar; así encontraremos la motivación suficiente para desplegar nuestra energía.

VIVIR CON ENTUSIASMO

El vivir con entusiasmo es una actitud y como tal supone de un aprendizaje. Vivir con entusiasmo significa elegir explorar, mantener la ilusión, abrirse a las emociones y a la capacidad para experimentar. El entusiasmo es una forma de ver la vida, una actitud que nos ayuda a motivarnos y afrontar las situaciones que se nos presentan.

Creer en uno mismo hace emplear los recursos necesarios para afrontar cualquier adversidad. La motivación parte de estas creencias, de las expectativas que uno tiene acerca de lo que se es capaz de conseguir con esfuerzo. También significa situarse en la realidad, poner los pies en el suelo, para contemplar los diferentes puntos de vista y valorar la situación conforme a los recursos de los que uno dispone.

El entusiasmo es la electricidad de la vida. Las personas entusiastas aplican estos principios a su estilo de vida:

  • El cerebro se acostumbra rápidamente a buscar los aspectos negativos de las cosas, para abandonar el hábito de la queja y sustituirlo por el aspecto positivo, como mejor de los comienzos.
  • Actuar con objetividad y realismo.
  • Abandonar el pesimismo.
  • Trabajar las habilidades emocionales.
  • Evitar a las personas tóxicas y conflictivas y rodearse de personas con ganas de crecer.

Si aplicamos a nuestra vida los valores y características de las personas entusiastas, veremos cómo esta cambia a mejor. Hoy es buen día para comenzar. Importante: ponerle pasión.

Distintos factores mueven y determinan las conductas de las personas en esta vida: amor, dinero, miedo, rabia, etc. Desde luego que las personas apasionadas generan simpatía, cercanía, ...... Y es ahí en donde la pasión entra en juego. Si uno está en algo que no ama, en algo que no le gusta, será mucho más probable que cuando nos veamos enfrentando un problema que pareciera no tener solución, decidamos tirar la toalla.

Porque cuando uno ama lo que hace, se juega hasta la última ficha por que ese algo resulte. La pasión hace sacar fuerzas desde donde parece no haberlas, hace creer cuando todo está oscuro, y hace no perder la fe, aun cuando nadie la tenga. Y eso hace toda la diferencia.

Hacer algo sin pasión igual puede resultar. Y, al revés: a veces con poco talento, pero con mucha pasión, es posible llegar muy lejos. La pasión es una forma de obsesión, la obsesión nos lleva a la perseverancia, y la perseverancia nos puede llevar al éxito.

¿Cómo encontrar la pasión? En algunos casos está en nosotros y la decisión es obvia, y en otros casos hay que buscarla. Pero la pasión no necesariamente se refiere a lo que estamos ofreciendo.

Esta motivación nos da un grado de resistencia superior. La pasión es una investidura especial, una armadura adicional que ayuda a aminorar las posibilidades de que fracasemos.

Pongámosle suficiente pasión y un toque de entusiasmo para conseguir el éxito.