El Granada CF cayó en su propia trampa

El conjunto nazarí fue vencido en Los Cármenes por un levante que utilizó las señas de identidad que el míster rojiblanco, Joaquín Caparrós, está intentado inculcar a sus pupilos: intensidad, actitud y oficio sobre el terreno de juego

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El Arabi pelea un balón ante la zaga granota / Foto: Fernando Alanzor
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El Granada CF concedió ayer su primera derrota desde que Joaquín Caparrós tomara las manijas del banquillo nazarí, algo aparentemente normal en un campeonato de liga donde, salvo los muy poderosos económicamente –Madrid, Barcelona, Atlético y alguno más-, la igualdad predomina entre el resto de conjuntos y los duelos pueden decantarse para uno u otro lado por acciones mínimas.

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Roberto intentaba llegar a un balón lanzado al travesaño por Rubén

Pero lo que ocurrió ayer en Los Cármenes tal vez no entrara dentro de esa normalidad. Ante un rival de la liga del Granada, el Levante, los rojiblancos no jugaron bien. Tras la buena imagen de conjunto intenso, sólido, solidario y con oficio que dejaron en San Mamés, el choque de ayer en Los Cármenes se preveía un partido con ritmo, domino nazarí y entrega de los de Caparrós. Sin embargo, estas cualidades son las que propuso el conjunto granota, que terminó por llevarse los tres puntos usando las mismas armas que el técnico del Granada ha enseñado a usar a sus pupilos.

La intensidad, la pegada, el repliegue, la serenidad y el saber estar sobre el terreno de juego fueron las credenciales de los de Mendilíbar, que cedieron el balón a los rojiblancos y sacaron máxima rentabilidad del tanto convertido por Rubén y el resto de contras que montaron.

El conjunto nazarí no supo qué hacer con el esférico. La defensa no se encontraba cómoda y los aguijonazos de Morales y Rubén fueron especialmente molestos para esta línea. En el tanto valenciano, sin quitar méritos propio Rubén, quien hizo una jugada individual de artista con una definición de matador, el central rojiblanco Babin dejó pensar al ‘10’ levantino. El de Martinica dudó en el marcaje y salió tarde a tapar el disparo del granota, al que Roberto no llegó en su intento de estirada.

En la línea de creación tampoco se estuvo al nivel dado en el resto de partidos. Fran Rico se vio ahogado entre el planteamiento del Levante y la falta de socios que se le ofrecieran e Iturra, medio de corte destructor, trató de incorporarse al ataque, pero su perfil no es de este calado. Además, Piti, estuvo prácticamente inédito. Sólo Machis, de esta línea, dio profundidad con sus galopadas por banda.piti_result

La punta de ataque estuvo contenida con acierto por la zaga granota. La dupla Córdoba-El Arabi no dio el resultado esperado. El marroquí, con falta de ritmo, algo torpe con el balón en los pies y tampoco ofreció toda la lucha que le caracteriza. El colombiano, por su parte, trató de cazar los balones que le llegaban centrados desde las bandas, pero no tuvo acierto. En líneas generales, el ataque estuvo estático.

Para colmo de males, una de las facetas en las que Caparrós venía encontrado soluciones, las sustituciones, tampoco dio resultados. Los cambios introducidos en la segunda mitad no ofrecieron un cambio en el juego ni en la intensidad. La entrada de Márquez no aportó más de lo que estaba dando Iturra, ya que catalán no encontraba huecos ni socios. Juan Carlos dio más profundidad que Piti, pero sus internadas por banda fueron frustradas por la defensa levantina. Sólo Success trató de ofrecer algo más, pero se vio tan sólo y tan tapado como Córdoba, jugador al que sustituyó.

Con esto, ayer se vio sobre el césped de Los Cármenes a un Granada pobre, que no encontró soluciones a un planteamiento serio y rocoso de un Levante que supo competir y ganar. Los de Caparrós dieron una imagen de escuadra sin ideas y la afición nazarí castigó con pitos la actitud de algunos jugadores (Piti) y la elección de los jugadores que abandonaron el terreno de juego en los cambios (Córdoba),