El Granada CF, en la cresta de la ola
El conjunto rojiblanco confirmó su buen comienzo de Liga ante el Rayo Majadahonda, frente al que logró su tercer triunfo consecutivo y prolongó su imbatibilidad
El navío rojiblanco comenzó a navegar esta campaña con un discurso mucho más humilde que la temporada anterior, sin marcarse un puerto donde atracar al final de su viaje y, por consiguiente, sin buscar un gran tesoro. Sin embargo, La Liga 1|2|3 está conformada de buenos y malos momentos, de subidas y de bajadas y, sobre todo, de sorpresas. La mentalidad en el club no ha cambiado, sino que se ha asentado en todos sus estamentos, y tal vez por ello todo fluye en la entidad nazarí, que en su travesía se encuentra ahora en la cresta de una ola impulsada a conjunto por el equipo y su afición.
La ilusión ha regresado a Los Cármenes como consecuencia del buen inicio de temporada del conjunto rojiblanco. Cinco encuentros y ni una sola derrota es el bagaje que han recogido los de Diego Martínez en este curso, en el que, además, han logrado encadenar tres triunfos consecutivos, algo que no ocurría desde el pasado mes de febrero, cuando la buena racha se prolongó cuatro encuentros, aunque a esta le siguió la debacle.
Esta herida ya está curada en el club, donde nadie piensa ya en la temporada anterior. Tampoco sueñan con que esta racha sea mucho más duradera, sino que, simplemente, ponen su objetivo en el próximo partido. Esta es la mentalidad que Diego Martínez ha instaurado en sus pupilos y con la que ha logrado reforzar el grupo, que se ha convertido en la principal arma de este equipo.
La corta plantilla con la que trabaja el técnico vigués tiene muy asumido que la lucha es eterna y todos sus integrantes saltan al terreno de juego con la intención de encontrarse con el barro en el que tantos años ha permanecido el Granada. De esta forma, el juego del equipo se adapta a las distintas situaciones que pueden darse durante el partido, aunque la movilidad en ataque y la solidez defensiva son las características principales de este plantel.
Esta última cualidad arroja datos determinantes en Segunda División. Rui Silva solo ha tenido que recoger el esférico del fondo de su portería en dos ocasiones en los cinco encuentros que ha disputado de Liga, las mismas que Aarón en el único encuentro de Copa del Rey que se ha disputado. Este fue el mayor resbalón del conjunto granadino, que adorna estas cifras con los dos goles recibidos en siete encuentros de pretemporada.
Estos registros son fruto del buen hacer de una zaga que comienza a afianzarse y en la que las alternativas que se incluyen, como lo fue el pasado domingo José Antonio Martínez, no desentonan, sino que permiten conservar a aquellos jugadores que se encuentren en buen momento, como son los casos de Quini y Víctor Díaz, que regresó al lateral derecho el domingo.
Ello se refuerza en el centro del campo, donde confluyen las dos facetas del juego rojiblanco. Por un lado, la entrega y el derroche físico del doble pivote granadinista contribuye a echar el cerrojo a la meta nazarí. Por otro, la movilidad de los hombres de ataque permite que luzca la visión de Montoro y un Fede San Emeterio que complementa al valenciano y hace que no se note su ausencia.
Arriba, los tres hombres que forman por detrás del delantero llevan el peso ofensivo nazarí, actuando con tal libertad que señalar su posición es una simple anécdota. Aquí es donde un nombre se ha desmarcado del resto, y no ha sido uno de los nuevos, pese a que estos, en especial Vadillo, estén satisfaciendo las exigencias de la grada.
Un Antonio Puertas totalmente renacido con respecto al curso pasado se ha erigido como el auténtico protagonista del comienzo liguero nazarí. Cinco goles en cinco partidos le han permitido convertirse en el ídolo de la afición rojiblanca y recuperar su mejor versión.
Todo fluye en este Granada, y el mayor reflejo está en su hinchada, que se divierte con el juego de su equipo y, sobre todo, se ve representada en él. Los 9.077 espectadores que se dieron cita en Los Cármenes el pasado domingo vibraron con unos jugadores a los que ahora sí sienten suyos, llegando, incluso, a hacer la ola.
En lo más alto de esta ola de buen juego, resultados e idilio con la afición se encuentra el Granada. Vaticinar si se mantendrá aquí cuando esta llegue a la orilla resulta imposible, pero, de momento, el conjunto rojiblanco es tercero y desde la cresta ya visualiza el choque del próximo lunes frente al Deportivo de La Coruña.