"El milagro de Diego Martínez es que el granadinismo creyese en la remontada tras perder en casa con el United"
El periodista Javier Aguilera se adentra a través de la figura del gallego en la etapa más brillante de la historia del club con 'El Granada de Diego', su primer libro
Para cualquier periodista deportivo, hablar de Diego es lo mismo que hablar de Maradona. Para Javier Aguilera Morales (Granada, 1977) es hacerlo de Diego Martínez. No es de extrañar habida cuenta de que conoce al hombre que ha guiado al Granada CF hasta las cotas más altas de su historia desde hace 20 años, cuando ambos coincidieron entrenando en el fútbol base del CD Imperio. "Maestro titulado, periodista experimentado y futbolero empedernido", como él mismo se autodefine con acierto, ha presentado ahora su primer libro, cuyo nombre, El Granada de Diego (Letrame Grupo Editorial), no puede ser más revelador. Aunque ahora desarrolla su labor profesional en la Agencia EFE y el diario Granada Hoy, Javi, como le llaman quienes le tratan habitualmente, comenzó su carrera con tan solo 16 años en Radio Albolote. Allí no solo conoció y estrechó lazos de amistad con el que fue elegido mejor entrenador de la historia del Granada por los periodistas deportivos de la provincia, sino también con un oficio que ama y que le ha permitido pasear su firma por otros medios como Ideal, As, Radio Granada o Canal Sur. Es buen periodista y mejor compañero, como demuestra el hecho de que haya llenado la obra de referencias a 'plumillas' de todos los medios casi sin excepción. El tiempo ha demostrado que no tan buen entrenador. Qué se le va a hacer. Con prólogo de Fernando Díaz de la Guardia, el libro promete convertirse en una joya de 'dieguistas' y granadinistas en general. "Si le haces diez entrevistas diferentes a Diego Martínez, en cada una de ellas te deja cinco titulares, tiene una frase para cada momento", asegura. A ver si hay suerte y pasa lo mismo con esta charla. Mientras, mejor abrir boca con la sentencia que el redactor de este periódico Sergio Rodríguez más recuerda de cuando compartía redacción con Javi: "Si fueras 'estudiao', hubieras 'trabajao' en el Ayuntamiento de Albolote". Queda claro que no olvida los orígenes.
Pregunta. ¿Cómo surge la idea de escribir este libro?
Respuesta. Cuando vi que el Granada estaba haciendo cosas que yo no había vivido en todos los años que llevo como profesional siguiendo su evolución. Pero no ya la del Granada, sino la del deporte de Granada en general. Y trabajaba ya en los tiempos en los que el baloncesto jugó en Europa. No fui a Roma [al partido de dieciseisavos de final de la Copa Korac Virtus de Roma-Covirán Granada] porque estaba en la radio dándole paso 'al Palma' [Javi Palma, de Radio Albolote]. Y surge también de esa semilla de conocimiento previa al Diego que acaba de aterrizar en Granada, pero sobre todo de ver que hay un equipo que está haciendo algo histórico y que, aparte de hacer algo histórico, está transmitiendo algo que no he visto nunca transmitir a un equipo. En los estadios, en los periódicos o cuando escribo hay muchas situaciones en las que se me van quedando imágenes grabadas en la mente. Muchas de ellas no relacionadas con que ha marcado un gol Soldado o ha hecho una parada Rui Silva, sino con lo que provoca o cosas que te van contando, que puedes o no publicar. Coincide con el confinamiento, que le das más vueltas todavía a la cabeza. Por las noches, cuando me acostaba, pensaba que la relación de Diego con el conductor del autobús del Granada se podía contar. O que la progresión de Antonio Puertas desde que marcaba goles en Provincial hasta que llega a su debut en Primera con el Villarreal era muy buena. El partido contra el Betis en el que se pone el Granada líder o cuando se clasifica para Europa… Pero cuando me decido es uando termina la primera temporada en Primera.
P. O sea que el libro es un poco hijo del confinamiento.
R. Comencé a escribirlo después, pero es cierto que durante toda la etapa del confinamiento las ideas ya me estaban dando vueltas en la cabeza. Y también es cierto que el confinamiento hace que no puedas cubrir ruedas de prensa ni visitar la Ciudad Deportiva. Había menos actividad en el exterior y más teletrabajo.
P. ¿La idea original era escribir sobre el Granada o sobre Diego Martínez?
R. La idea era mezclar las dos cosas. Yo de lo que más hablo es de esos tres años del equipo. Del Nápoles, del partido de Copa o de como le gana al Barcelona de Koeman en el Nou Camp. Hablo de todo eso, pero también es cierto que tenía la intención de entrelazarlo todo con la progresión de Diego desde que empieza a entrenar en Albolote hasta el último día en el que se despide del Granada. Creo que lo consigo.
"A Diego se le veían cosas distintas desde que empezó a entrenar hace 20 años al Cadete del Imperio"
P. ¿No pensó en aquel tiempo que alguien se le podía adelantar?
R. Era un tema muy atractivo y goloso. Yo no pensaba que se me pudiera adelantar alguien, sino que alguien lo podía estar haciendo también. Y, ojo, que no era algo incompatible. Es tan sumamente grande y gordo lo que ha hecho este equipo que da para escribir una enciclopedia. Cuando tengo las temporadas ya desarrolladas es el momento en el que no se sabe si Diego se queda o no. Y a mí me surge la duda: si se queda, ¿cierro el libro en estas tres temporadas o lo continúo para la siguiente? Al irse quedó claro que había que cerrarlo. Y lo cierro. Pero es algo que no habíamos vivido nunca y que ha estado rodeado de unas circunstancias muy especiales: Europa, estadios sin público, el no poder despedirse Diego…
P. ¿Este es más un relato personal desde su perspectiva de periodista o un análisis técnico de la figura de Diego Martínez como entrenador?
R. Es sobre todo un relato o una manera de contar lo que ha sido el Granada de los tres últimos años, que es el Granada de Diego, porque ha sido el entrenador en ese tiempo y la figura clave para que el equipo consiga todo lo que ha conseguido. Seguramente sea una mezcla periodística y personal a la hora de escribir. Si yo no hubiera conocido a Diego desde hace 20 años, igual no se me habría ocurrido hacer esto. O si no hubiera estado presente cubriendo periodística e informativamente lo que ha ido haciendo el equipo. Ha sido un cúmulo de circunstancias que han conectado bien y que han derivado en poder escribir este libro. Tiene cuestión personal y periodística, pero sobre todo la necesidad de poner en valor y que se guarde y exista algo que explique lo maravillosos que han sido esos tres años. También centrado un poco en la figura clave de lo que ha conseguido el equipo en ese tiempo, que evidentemente es Diego.
P. ¿Dónde empieza su relación y cómo es ese Diego Martínez todavía verde que no ha accedido a los banquillos profesionales y está formándose como entrenador?
R. Yo estoy en Albolote entrenando al Infantil A del Imperio. Era mitad de temporada o Navidad, aproximadamente. Hablamos de 2001, hace justo 20 años, y en el paso a 2002 llega Diego. Diego acaba de empezar la carrera en la universidad. A Albolote iban a entrenar entonces muchos estudiantes por la magnífica relación que había con Antonio Raya y con varios profesores de la Facultad de Ciencias del Deporte. Están José Alfonso Morcillo, Óscar Cano… Es decir, se dan muchas circunstancias para que esos jóvenes estudiantes puedan tener un extra y una salida para comenzar a entrenar y uno de ellos es Diego. Y Diego coge el Cadete B, es decir el que estaba justo por encima del mío por edad. Durante seis o siete meses, a mitad de temporada, en el antiguo campo de tierra de Albolote, dos o tres días a la semana, medio campo es para el infantil que yo entreno y el otro medio para el cadete de Diego. Lo habitual en estos casos, vamos. Además, los jueves jugaban un partido entre ellos. Ambos eran equipos muy buenos, por lo que nos venía muy bien tanto a él como a mí. Y ahí lo conozco. De estar compartiendo frío, calor, polvo, balones Mikasa y otros que se iban a la vía del tren durante seis o siete meses…
"Todo lo que dijo Diego Martínez en su primera rueda de prensa se acabó cumpliendo uno, dos o tres años después"
…y entonces sus carreras se separan…
R. Correcto. Cada uno sigue trabajando en lo suyo. Él de forma más profesional en los banquillos, yo en el tema periodístico. Nos vemos de vez en cuando y nos saludamos hasta que volvemos a coincidir, en este caso en ruedas de prensa, cada uno con un rol diferente aquí en el Granada CF. Y a lo mejor en esos recuerdos puede haber parte del germen del libro. Igual si la vida no nos lleva a eso no existe el libro. Yo tenía muchos recuerdos, imágenes, anécdotas y situaciones que no se olvidan que hacen que sea una semillita más a la hora de escribir. Diego, evidentemente, ha cambiado. Se ha curtido, se ha profesionalizado. Él siempre dice que esos años le sirvieron para equivocarse. Es una persona que aprende muchísimo allá por donde va y adquiere aprendizajes y experiencias que le van a servir para su campo de cualquier ámbito y en cualquier momento de la vida. En el libro hablo con José Alfonso [Morcillo] u Óscar [Cano] sobre esa evolución porque también estuvieron allí con él. Pero en el fondo hay muchas cosas que mantiene de Albolote.
P. ¿Por ejemplo?
R. Había veces que primero jugaba mi equipo y luego el suyo. No había coronavirus todavía y compartíamos vestuario. Diego le hablaba a sus jugadores y su equipo salía como puede salir el Granada en un partido de la Europa League. Era tremendo. Seguramente lo que más me queda de esa época es esa capacidad para arengar y salir a un campo de tierra para jugar un partido de Segunda Provincial Cadete como si fuera la final de la Liga de Campeones. Y no te transmitía esa sensación de "mira qué flipado, ¿quién se cree hablándole a los niños, Ancelotti?", sino que tenía un alto nivel de profesionalidad. Trasladaba que esa era su vida y que lo hacía porque realmente creía en ello y era capaz de transmitir a niños cosas que nosotros no éramos capaces.
P. Ha dicho que llegó al Imperio desde los banquillos, ¿él tenía pensado ser entrenador antes o se lo topó en esa etapa?
R. No sé si cuando se acostaba por las noches hace 20 años decía "voy a ser entrenador". Lo que sí sé es que desde esa edad ya demostraba una capacidad abismal. Estamos hablando de que solo tenía 20 años. Desde el inicio se le veían cosas distintas al resto de 'pringaíllos' que estábamos allí entrenando, y así lo atestiguan en el libro David Cárdenas, José Alfonso y Óscar.
P. También habló con Monchi, ¿no?
R. Sí. Como los anteriores, él también forma parte de su evolución y su transitar durante años. Podría haber hablado con muchísimos más. Si hablo con ellos tres, entre otras cosas, es porque me parecen tres genios en los que radica el conocimiento. Están preparados y tienen una capacidad brutal, y también hablo con ellos porque los conozco y sé que me van a contar lo que es. Y he hablado también con Monchi, que es una figura clave en su progreso, porque Diego pasa de entrenar al Motril a entrenar en el Sevilla. Es una persona que tiene una gran importancia en la trayectoria de Diego porque confía en él para diferentes cargos en el staff del club. Y es una persona muy accesible. Quiero destacarlo porque tampoco es común. Una constante a lo largo de mi vida como periodista es la accesibilidad que he encontrado en el Sevilla FC. Siempre que he necesitado algo de ellos, sea hablar con Monchi o un pase para ver un Sevilla B-Granada B, han demostrado ser un club espectacular. Eso los periodistas de fuera lo agradecemos.
P. ¿Y escribiendo el libro qué es lo que más le ha sorprendido?
R. La verdad y la realidad que había en todo lo que se decía. Yo no he hablado con Diego ni con ningún jugador para que me digan cosas sobre estos tres años, sobre un partido, una situación o una temporada. Y, sin embargo, durante ese tiempo todo lo que han dicho en entrevistas, ruedas de prensa o actos ha sucedido. No eran tópicos. Invito a que la gente escuche la primera rueda de prensa de Diego Martínez cuando llega al Granada. Todo lo que dice se ha cumplido uno, dos o tres años después.
P. De hecho, una de las frases que dijo en aquella primera rueda de prensa fue "si me dan limones haré limonada y si me dan naranjas, naranjada". El Granada, además, era un arma de doble fijo: tanto podía ascender como bajar…
R. Mira, lo que más valoro cuando una persona se pone delante de un micrófono es que no me venda una moto, que moto tengo ya. Cuando te cuentan algo que no has visto, o te dicen algo que no es un tópico, para mí eso tiene mucho valor. Diego tiene una frase para cada momento. Si le haces diez entrevistas diferentes, en cada una de ellas te deja cinco titulares diferentes. Desde el punto de vista motivacional, pero también desde el del discurso y el de ser capaz de llegar y atraer, creo que es el número uno. Solo de cómo ha calado su discurso en los futbolistas y en la afición se puede hacer un libro. Te pongo un ejemplo. El Granada pierde contra el Manchester United 0-2 aquí, y no había granadinista que el día del partido de vuelta no estuviera convencido de la remontada. ¡Y era imposible! Eso es un milagro futbolístico, pero también se explica por la capacidad dialéctica de Diego para llegar y convencer a todo el mundo. Desde el jugador al acomodador de Los Cármenes, pasando por el directivo, el presidente, el periodista y el aficionado.
"Me parece muy inteligente por parte de Robert el saber adaptarse al lugar al que ha llegado"
P. ¿Eso le puede estar pasando eso factura a Robert Moreno?
R. Robert cogió el cargo en un momento difícil. Lo sabe todo el mundo y el primero que lo sabía era él. Desde mi punto de vista se parecen mucho. Son muy similares en muchas cosas y muy distintos en otras, aunque la principal diferencia es que Diego sabe desde el principio adonde viene y Robert tarda dos meses en darse cuenta. Pero también me parece muy inteligente por parte de Robert saber adaptarse adonde viene. Tú puedes seguir con la mirada solo para el frente y pasar del resto o darte cuenta del entorno o las circunstancias y adaptarte. En ese sentido ha sido muy inteligente. Lo ha descubierto a tiempo y ha cambiado parte de la idea o el discurso para conseguir los objetivos.
P. ¿Ha leído ya el libro Diego Martínez?
R. Él lee mucho, pero en ocasiones varias cosas a la vez. No sé si lo habrá leído ya. Espero que le guste (ríe).
P. Intercala citas de periodistas con algunos desvaríos suyos. Por ejemplo, en un capítulo aprovecha que habla de Jorge Molina para dedicarle tres o cuatro páginas al de Alcoy…
R. Sí, es que creo para empezar que cuatro ciento y pico páginas dan para mucho. Y a mí me gusta. Me gusta hablar de Jorge Molina y de Rui Silva o Carlos Neva. Y hablar de Pepe. Creo que es justo hablar de cada uno de los que han conformado ese Granada, y que salgan declaraciones suyas. Y es justo hablar de Monterrubio o Fran Sánchez. Pero no me quedo ahí. También hablo de Paco Sanz, de Lucas Alcaraz o Ignacio Cuerva y su junta gestora, que salva al Granada de la desaparición cuando estaba en la UCI. Hay personas a lo largo de la historia del club, más allá de estos tres años, que hay que citarlos. Si esto ha ocurrido también es en parte gracias a ellos.
P. ¿Qué cree que va a hacer Diego con su futuro?
R. Creo que, como ha hecho a lo largo de su vida, está aprovechando mucho y muy bien el tiempo para todo. En el libro hay cosas que cuentan de Diego quienes más lo conocen que son súper interesantes, como su búsqueda de la excelencia o cómo aprovecha cada segundo de su existencia. De Diego y del equipo.
P. ¿Le ha dado tantos 'oros' a Diego en Granada Hoy como 'plomos' a Guardiola (se trata de dos secciones incluidas en el suplemento de Deportes del diario donde se premia al mejor y peor deportista o entidad del fin de semana deportivo)?
R. Una vez entré en Radio Marca Guipúzcoa para una tertulia. Empecé a hablar del Granada y cuando terminé me preguntó en directo el periodista: "¿Hay algo malo en el Granada?" (ríe). Y yo le contesté que sí, que seguramente había algo malo, pero que poco menos estábamos viviendo en una nube. Es fascinante y único. Seguramente Diego y el Granada se han merecido algunos plomos y algunas críticas negativas, pero pocas. Se ha llevado un buen ramillete de 'oros', pero todos merecidos.
P. No me gustaría acabar la entrevista sin preguntarle por Fernando Díaz de la Guardia, que es quien prologa el libro.
R. Ha hecho un prólogo maravilloso. Maravilloso. Yo siempre que tengo la oportunidad lo digo: merece la pena comprar el libro solo por el prólogo de Fernando Díaz de la Guardia. Se puede leer el prólogo y si se quiere ya no leer más. Es una putada para mí, porque lees el prólogo y te esperas que el libro sea para un premio Nobel, pero es que es maravilloso. Es imposible hacerlo más bonito, con tanto sentimiento granadinista y tan 'granaíno'. Estoy encantando.