El Granada no quiere que la vida siga igual
En el año 1969, el truhán por excelencia de la farándula española, Julio Iglesias, rodó en La Manga del Mar Menor el film 'La vida sigue igual'. En aquellos años, cuando aún no había alcanzado la notoriedad que le ha llevado a ser uno de los artistas latinos más conocidos, el que fuera portero del Real Madrid protagonizó una película autobiográfica en la que contó su vida después de la lesión que le apartó del deporte profesional e introdujo algunas de las canciones que le harían triunfar solo unos meses más tarde sobre los escenarios.
Han pasado 45 años desde entonces y La Manga ha cambiado mucho; se ha masificado y el turismo se ha convertido en el maná de todas las localidades que cobijan su entorno marítimo. No obstante, en enero, la zona se transforma en un emplazamiento idóneo para buscar la tranquilidad y la relajación al pie de sus aguas. Por ello, el Granada CF ha decidido viajar hasta allí durante tres días; para abstraerse del ambiente tenso que se vive en la ciudad y para prepararse física y mentalmente para el partido del viernes ante el Real Valladolid.
Curiosamente, para los rojiblancos, el objetivo es evitar que la vida siga igual: En primer lugar, en el contexto de esta temporada, que ha tomado un giro deprimente en las últimas semanas y que ha sorprendido a aquellos que soñaban con la clasificación para Europa con la realidad de la lucha por eludir el descenso.
Sin embargo, existe otra tendencia que el Granada CF quiere invertir. En los dos últimos años, los que ha disputado el equipo en Primera en la era moderna, se ha producido un cambio de entrenador en el mes de enero: En el 2012, Fabri le dejó su sitio a Abel Resino; en el 2013, Alcaraz relevó a Anquela; y en el 2014 la situación está empezando a ponerse peliaguda en estas fechas tan delicadas.
En favor de Alcaraz juega el hecho de que, en esta ocasión, al menos de momento, los dirigentes han elegido el camino de la prudencia, algo lógico por otra parte, ya que la situación clasificatoria no es lo suficientemente compleja como para tomar una decisión tan drástica.
Así las cosas, el entrenador nazarí tendrá más de dos días, desde este martes por la mañana hasta el jueves por la tarde, para reforzar el compromiso del equipo, para limpiar la mente del grupo tras la dolorosa derrota en Almería y para lograr que sus futbolistas afronten el duelo ante el Real Valladolid bien preparados a todos los niveles.
En ese sentido, resulta obvio remarcar la trascendencia del duelo. El cuadro pucelano marca, junto al Celta, los límites del descenso, solo cuatro puntos por detrás del Granada. Ganar supondría un desahogo tremendo para los duelos venideros; no hacerlo aumentaría el nivel de angustia y de tensión, no solo por la situación clasificatoria, sino por la trayectoria del equipo como local, que, poco a poco, está minando la paciencia del público del Nuevo Los Cármenes.
Así las cosas, la preparación y el nivel de unión que puedan lograr los componentes del cuerpo técnico y de la plantilla en estos días de concentración en la zona costera murciana se antojan muy importantes de cara al futuro. El objetivo: que de La Manga salga un grupo cohesionado, recuperado y preparado para el éxito, como hace 45 años partiera de allí el ínclito Julio Iglesias.