El hotel San Antón cerrará en diciembre, justo tras un fin de semana con plena ocupación

Tras 22 años de historia, uno de los hoteles más conocidos de la ciudad echará el cierre entre el silencio de sus dueños y la incredulidad de los trabajadores, que aseguran los buenos datos de ocupación que el recinto ha vivido incluso en época de crisis

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Manifestación ayer de los trabajadores de San Antón | Foto: Jaime Martín
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Esta es la historia de un negocio que funciona, es rentable y, sin embargo, se ve abocado al cierre inmediato. Y no es un negocio cualquiera, sino uno de los hoteles más conocidos de la ciudad, el San Antón, situado a orillas del río Genil y mirando cara a cara al Palacio de Congresos. El hotel funciona, aseguran sus más de 50 trabajadores, que han venido movilizándose durante los últimos meses ante el impago de la empresa, que en ningún momento les ha dado explicación alguna sobre el motivo de esta situación. De hecho, en la reunión del Sercla que se convocó hace unos meses no apareció ningún representante de la empresa y a estas alturas ya se les adeuda entre cinco y seis meses de sueldo.

UNA DECISIÓN INEXPLICABLE

"Es la crónica de un cierre anunciado", comentaba ayer José Manuel Montero, secretario de la sección sindical de UGT, que no daba crédito ante una decisión que ninguno de sus compañeros entiende. "Se nos pidió un descuelgue salarial, que hicimos por salvar la situación, renunciamos a parte de nuestras vacaciones...", así enumeraba Montero los esfuerzos que la plantilla ha venido realizando para poder reconducir una situación que se remonta a enero de 2013, fecha en la que los empresarios Miguel Rifa y José María Morros se hicieron con el hotel.

Atrás van a quedar casi dos años de dificultades laborales que han sido denunciadas en numerosas ocasiones por los trabajadores y que no han encontrado respuesta más que en el sindicato UGT, como asegura Montero.

Y lo más incomprensible, a juicio del secretario sindical, es que el hotel ha mantenido una media de ocupación de entre el 70 y el 80 por ciento, llegando a picos puntuales en temporada alta de hasta el 100 por ciento de ocupación. “Es flagrante que el fin de semana previo al cierre del hotel, este se encuentre lleno”, denunciaba ayer Montero, que ya adelanta su temor a que este cierre no suponga más que un movimiento de los empresarios para volver a abrir el hotel bajo otra sociedad y volver a contratar a los mismos profesionales por “con condiciones muy por debajo del convenio, con un 30 ó 35 por ciento menos de salario”.

José Manuel Montero asegura que ya ha pasado antes, concretamente en varios hoteles de Sierra Nevada que son propiedad del mismo grupo – Citymar -, unos negocios en los que también se despidió a la plantilla y ahora “se les vuelve a llamar para que acepten trabajar con otras condiciones”.

El maître que vio nacer, crecer y morir al San Antón

Adrián Iglesias lleva 29 años trabajando en hostelería, toda una vida laboral que ha invertido, principalmente, en servir como segundo maître en el hotel San Antón. “No entiendo cómo las instituciones no han hecho nada”, reflexiona Iglesias, que asegura que en 22 años, más allá de la adquisición de varios espacios para ampliar el hotel, no se ha invertido en ninguna reparación: “Aquí sólo se ha pintado”.

Este profesional cercano ya a los 60 años, ahora se aferra a una indemnización que no sabe si llegará; para él, la reinserción laboral es una utopía dentro de un mercado laboral en el que la experiencia cada día cuenta menos y la edad cada vez pesa más.

LOS EMPRESARIOS

Ante esta situación los trabajadores tienen clara la responsabilidad de los dueños del hotel, a quienes acusan de mala gestión y entre los que se encuentran los empresarios catalanes Miguel Rifá y su socio, Josep Maria Morros. Mientras que este último entró en la cárcel el pasado julio por un delito de blanqueo de capitales, Rifá mantendría actualmente una deuda de más de 100 millones de euros con Hacienda, según publicaba hace un año el diario elalmería.es. A este empresario ya le han sido embargadas 29 fincas y actualmente está acusado de por un delito de alzamiento de bienes.