"El humor en tiempos de crisis es una fórmula apetecible, siempre lo es pero ahora aún más"

José Antonio Aguilar, uno de los fundadores de la compañía Malaje Solo, repasa su nuevo espectáculo 'Cave Canem?'

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La compañía Malaje Solo | Foto: Gabinete
Gabinete
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La compañía Malaje Sólo, que estrenó su primer espectáculo en 1997, llega este viernes y sábado al teatro Alhambra de Granada con “Cave Canem?” su último espectáculo, basado en el teatro gestual y el clown. La compañía está formada por Antonio Blanco y José Antonio Aguilar, y con este último hemos tenido el placer de conversar.

Pregunta: ¿En qué os habéis inspirado para este nuevo espectáculo?

Respuesta: En el universo animal básicamente. Le hemos dado un toque de cambio climático, sobre todo al principio, ya que empieza con un número abiertamente en esa dirección. Luego hay un animal, un perro al que no se le escucha y da un grito a través de un altavoz. Después hay una sucesión de números con temática en la que los animales están presentes, y vendrá por mi afición a los animales de toda la vida. Yo quise ser veterinario de niño y recojo perros abandonados.

P: ¿Y después de 25 años, cómo es vuestra complicidad en escena?

R: Yo creo que no ha cambiado. Somos amigos y esto es muy interesante para llevar tantas horas de furgoneta juntos. Yo no la he visto ni crecer ni decrecer, si no que hemos tenido muy buen feeling siempre, muy buen rollo, muy buen ambiente. Sabemos a lo que vamos. Los objetivos son comunes y la verdad que muy bien. El tiempo va cansando, eso es así. Yo creo que nos bajamos de la furgoneta cada vez más “alcayatas” y bueno, alguna vez habrá que ponerle límites a este ritmo a veces tan frenético. El viernes estuvimos actuando en Corella, Navarra, y el sábado en Alhaurín el Grande, y eso es un poco locura. El límite va a ser el tiempo. Que nos hacemos mayores.

P: Cuando se monta un espectáculo así, de sketches, en el que la estructura es un poco más libre, ¿cuándo das por terminado el trabajo? ¿Cuándo sabes que ese es el final?

R: Bueno, hay más números. Hay números que hemos rechazado. No nos gusta hacer espectáculos muy largos. Nos gusta llegar a la hora y una hora y cinco ya empieza a ser largo. A veces, con el tiempo, se nos van a setenta, setenta y cinco minutos como mucho y bueno, así de fácil. Nosotros ensayamos una serie de números y cuando creemos que tenemos una hora lo damos por hecho. Descargamos unos, metemos otros, vas afinando y luego con el paso de las funciones se van alargando algunas cosas, sobre todo Antonio. Antonio tiende a prolongar algunos números si se va sintiendo más a gusto con el público, él lo recibe. Ese es el sentido del tiempo de lo que dura un espectáculo.

P: Como trabajo gestual, ¿tenéis un personaje base que se va transformando en otros o realmente pensáis que estáis creando a otros personajes?

R: Yo creo que mantenemos nuestro payaso base, siempre somos nosotros, creo. Lo que pasa es que, bueno, tienes que interpretar. Tienes que hacer un pollo y piar y luego tienes que hacer algún elemento. Pero yo no soy consciente de hacer otra cosa. Nosotros somos Antonio Blanco y Jose Antonio Aguilar haciendo esto con mucha sencillez. El gestual te obliga al lenguaje de las miradas, a los tiempos… Hay normas adquiridas que hace todo el mundo que hace gestual, pero creo que payaso Antonio sólo hay uno.

P: Por último, después de la pandemia, ¿habéis notado que la gente se ríe de forma diferente?

R: Pues no lo sé. Se está hablando de que acude más la gente al teatro. Nosotros hacemos circuitos muy distintos. Vamos básicamente a pueblos. Ciudades hacemos pocas. Pueblos de distintos tamaños, desde pedanías de trescientos habitantes hasta poblaciones que nos contratan. Entonces para nosotros cada función es muy distinta. No tenemos tiro mediático. No somos conocidos, aunque, a lo mejor, de ir a un pueblo varias veces vemos que nos conocen, de público se llena, pero la programación cultural del pueblo en cuestión es la que hay. En algunos pueblos no va casi nadie al teatro y en otros se llena, y también el término medio. Nosotros somos una representación de esa programación; no depende de nosotros. ¿Y si se ríen más? Yo lo noto igual. Yo las mascarillas ya no las percibo. Cuando desaparezcan me va a parecer extraño.

P: ¿Algo más que quieras decirnos para que la gente venga a veros este fin de semana?

R: Creo que es un espectáculo muy honesto y muy divertido. “Humor en tiempos de crisis” es una fórmula apetecible, siempre lo es, pero ahora quizás un poco más. Yo creo que si vienen no les vamos a defraudar. El público, por todos los sitios por los que estamos pasando, nos consta que sale encantado. Sale con ganas. Además, nosotros, como cierto centro comercial, si los clientes no salen satisfechos les devolvemos el dinero (risas).