El lunar de Iturra

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Manuel Herrera @manuelherrerapr
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Era el minuto 37 del partido de ida de dieciseisavos de final de la Copa del Rey entre el Alcorcón y el Granada CF. El jugador del conjunto madrileño, Mora, y el mediocentro de los rojiblancos, Manuel Iturra, fueron a por un balón dividido en el centro del campo. El chileno llegó tarde e impactó con los tacos en la tibia del futbolista alfarero. Falta clara. A priori, también amarilla. El árbitro no lo entendió así y le perdonó la tarjeta a 'El Colocho'. Habría sido la segunda.

Antes, en el minuto 11, Iturra había agarrado por detrás a otro futbolista del conjunto visitante. La situación se produjo en el balcón del área del Alcorcón, a 90 metros de la portería de Karnezis. Pero el ímpetu con el que el chileno derribó, sin intención de jugar el balón, a su oponente le costó la cartulina amarilla. La acción le condicionó en su labor destructora y pudo mandarle a la caseta tras la acción previamente expuesta.

Apenas hace dos semanas, en el partido que enfrentó al Granada CF y al FC Barcelona en el Camp Nou, Iturra fue expulsado en el segundo tiempo después de que Mateu Lahoz le perdonara la segunda amarilla en varias ocasiones. La agresividad le jugó una mala pasada a 'El Colocho', que derribó a Pedro en una acción en la que el canario buscó la entrada para forzar, precisamente, la expulsión.

En aquella ocasión, Alcaraz prefirió no retirar a Iturra del terreno de juego, confiando en la capacidad de control de su futbolista. Ante el Alcorcón, dada la reciente experiencia previa, optó por dejarle en el banquillo una vez finalizó el primer tiempo. 

Precisamente, la agresividad de Iturra le confiere un estatus de jugador muy querido entre la afición, que elogia su esfuerzo constante durante cada partido y su abnegado trabajo en la medular. Especialmente, en el duelo ante el Getafe, quizá el peor de la campaña, los seguidores granadinistas le jalearon por su orgullosa pelea y su brega, pese a lo adverso del resultado, del juego y de la coyuntura ambiental.

Nadie duda del compromiso y de las aptitudes de Iturra como centrocampista, y prensa y afición coinciden en señalarle como una pieza clave en el vértice central del trivote, pero los últimos partidos han resaltado también su principal lunar: la ausencia de medida en momentos concretos, cuando el partido exige inteligencia y pausa. Borrar esa mancha parece su gran asignatura pendiente para la segunda vuelta.