El Madrid, tocado y hundido
El Real Madrid ganó (1-0) al Alcorcón en la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, pero no consiguió la remontada, merced a una ausencia total de juego y una tremenda impotencia que provocó el enfado de un Santiago Bernabéu que se llenó para la ocasión.
Se esperaba a un Real Madrid que saliera a "comerse" al Alcorcón desde el pitido inicial. Sin embargo, el club blanco comenzó titubeante y con excesivos toques e incapaz de generar una jugada que pusiera en peligro la meta defendida por Juanma y que hiciera levantarse a la afición madridista.
Apenas un par de jugadas de relativo peligro en las botas de Van Nistelrooy y Raúl se convirtieron en la referencia atacante de un impotente Real Madrid que una y otra vez se chocaba con el muro que el Alcorcón había plantado delante de su área. Un muro que durante la primera mitad no dio muestras de resquebrajarse.
El Alcorcón sólo rompió el orden defensivo para lanzarse al ataque en un contragolpe, a los diez minutos de juego, que acabó en el único saque de esquina del que disfrutó el equipo que entrena un Juan Antonio Anquela que no paró de gesticular y dar instrucciones a los suyos.
LA SEGUNDA PARTE FUE MÁS DE LO MISMO
La salida de Van der Vaart en la reanudación, sustituyendo a Diarrá, pareció animar al Real Madrid, que como en la primera mitad, se quedó a medio camino de ser un ataque en tromba. De nuevo, toques y toques de los madridistas que no llegaban a acercarse a la portería "amarilla".
En el minuto 25 de la segunda mitad vino la gran bronca del Bernabéu hacia Pellegrini al que se le cayó el estadio encima cuando quitó del campo a Lass para dar entrada a Marcelo. El público no entendió el cambio y lo pagó con un grito unánime "Pellegrini dimisión", al que le siguió otro de un grupo de hinchas de apoyo a Guti.
Cuando llegó el gol obra de Van der Vaart, que debía abrir la lata, al Real Madrid sólo le quedaban diez minutos y ni el físico, ni el juego, ni la afición pensaban en que la remontada se pudiera producir. En ese tiempo, los blancos apenas crearon más ocasiones de peligro, salvo un tiro al larguero de Higuain.
En el descuento, el conjunto alfarero pudo lograr el empate y el público local se lo agradeció con gritos de "Olé olé" cada vez que encadenaban varios pases seguidos. A los jugadores madridistas, la afición les despidió con una sonora pitada y una pañolada que intentó ser apagada por la megafonía del estadio. Los de Anquela se fueron aplaudidos por el Bernabéu.
Mención aparte merece la mala actuación de varios jugadores del Real Madrid que no supieron estar a la altura que merecía un partido de estas características ante un Segunda B. Dudek ocupó la portería de Casillas con demasiados fallos y siempre fuera del partido. Mientras, el medio campo, con Gago y Diarra no supo mover al equipo. Un año más, la Copa volvió a convertirse en mala noticia para los blancos.