El oficio se impuso a la actitud

Dos zarpazos del Atlético de Madrid superaron a un buen Granada que se quedó en la buena intención

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Success puga un balón con Griezmann | Foto: Alex Cobreti
Daniel Sánchez-Garrido | @Danisgr
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El Granada se ha convertido en un show de individualidades continuas. Algo fatídico para un equipo que tiene que luchar por la permanencia con el colectivo como principal virtud. La segunda parte adornó unos primeros cuarenta y cinco minutos inertes de buen juego por ambos equipos.

Rochina volvió a la titularidad y se centró más en intentar goles desde el centro del campo que en demostrar que es apto para el once titular de Sandoval. Su participación en Málaga es un ejemplo de lo que es capaz. Activa al equipo con su hiperactividad sobre el verde y su buen criterio y llegada ofensiva. Ese es el papel que debe asumir un jugador del que se espera mucho más desde que fichara por el club nazarí la pasada campaña.

Similar ocurre con Success Isaac. El nigeriano llegó a tiempo al envite frente a los colchoneros dejando aparcada la gastroenteritis, pero sin embargo no fue el hombre decisivo que suele ser. El nigeriano lo intentó primero por banda derecha, donde comenzó el partido, pero Filipe Luis le ganó en cada una de las galopabas que inició. Se cambio a la derecha donde se encontró con Juanfran. Con él se vio un emparejamiento más igualado que dio más vida cerca del área a los rojiblancos.

Por Los Cármenes se siente nostalgia por un esloveno de melena larga. Krhin es el ancla del Granada y su ausencia se nota. Más aún cuando Márquez no está. Sin ellos Rubén Pérez está más solo, y Fran Rico acusa el estado físico en una zona tan complicada como la medular defensiva y conectora con la parte creativa.

El Atlético de Madrid no hizo gran cosa. Se limitó a jugar de cara con los rojiblancos y meter un gol a los 20 minutos que le dio más vida al estilo de juego de los de Simeone. El balón parado inició la victoria. Ahí es donde más daño hace el equipo madrileño. Cada acción desde las esquinas era un 'uy' en la grada.

Luego, cuando peor estaban los de Simeone, apareció Griezmann para reventar la portería de Andrés. Tres puntos son tres puntos y con marcar un gol más que el rival es suficiente. Después a verlas venir. Y así llegó el segundo. Antes la tuvo Torres en una acción que Andrés puso una gran mano a una finalización mejorable de El Niño.

El Granada mejoró muchísimo en la segunda mitad. Se echó en falta un Success más resolutivo. Isaac recibía balones pero no les sacó provecho, excepto en una jugada en la que bien podía haber pitado penalti el árbitro por pisotón del jugador atlético. Por lo demás, Oblak veía pasar muchos balones por delante suya, balones al área que nunca encontraban respuesta nazarí.

Dentro de lo que cabe el Granada hizo un buen partido. Mantuvo al Atlético contra las cuerdas y bien pudo haber sumado algún tanto con un par de ocasiones para El-Arabi. Thomas pudo meter dos tantos más para los visitantes cuando el Granada estaba más noqueado por el segundo gol y con todo el arsenal ofensivo metido arriba por Sandoval. El de Humanes lo intentó por todas las vías. Faltó fidelidad al trivote, aunque en defensa Rochina se retrasara buscando un equipo más compacto. Probó con Peñaranda una vez más, esta vez con El-Arabi a su lado. Luego metió a Rober, muy activo, y a un Piti que pasó inadvertido.

El Granada afrontará el próximo partido ante el Levante con la cabeza bien alta, pero con la necesidad de volver a sumar ante un rival directo en la lucha eterna del Granada: mantenerse entre los más grandes.