El pandemónium del Granada
Los números del Granada son un tiro en el pie. Cero victorias y cuatro de 21 puntos conquistados contra los rivales directos para permanecer en Primera. Así es literalmente imposible mantener en Primera. En Los Cármenes, empate ante Osasuna (1-1) Sporting (0-0) y Deportivo (1-1), y derrota contra el Leganés (0-1).
Fuera de la ciudad nazarí, tablas frente al Málaga (1-1) y traspiés en Butarque (1-0) y El Molinón (3-1). De momento, el gol-average ya está perdido con pepineros y asturianos. Y lo que viene es terrorífico. De diez jornadas que restan, partidos contra el Barcelona, Real Madrid y Sevilla y duelos en Riazor y El Sadar. Es muy complicado pensar que el Granada estará el año que viene en Primera, por mucho que Lucas quiera vender optimismo: «Hay que sumar 37 puntos que son seis victorias y hay partidos para lograrlos. Tenemos que hacernos fuertes en casa y hacer una machada fuera».
No queda otra que mirar hacia adelante y ser optimista. Ya sí que de verdad está todo perdido. El Granada está a ocho puntos de la salvación con solo treinta en juego. Obviamente, el sentido común dice que la temporada próxima habrá que pelar en una liga de 22. Es lo que se ha merecido esta entidad desde que en junio del pasado año cambiara de propiedad. Hay que aceptarlo. Ahora queda dignificar el escudo y hacer un último intento por agarrarse al milagro de la salvación. Pero centrarse solo en eso es pan para hoy y hambre para mañana. Lo realmente importante es hacer de este verano un proyecto deportivo a la altura de un club que ahora mismo es un pandemónium.