El Patronato Federico García Lorca recibe el legado completo de Maya Altolaguirre | Vídeo

La sobrina del poeta, fallecida el pasado mes de febrero, deja en herencia su biblioteca personal a la Casa Museo de Lorca en Fuente Vaqueros

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Presentación del legado completo de Maya Altolaguirre | Foto y vídeo: Javier Gea
Gabinete
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Margarita Smerdou Altolaguirre –más conocida como “Maya” Altolaguirre-, sobrina del poeta malagueño Manuel Altolaguirre ha dejado en herencia a la Casa Museo de Fuente Vaqueros el legado completo de su biblioteca personal, con más de dos mil volúmenes e importantes documentos de la Generación del 27. Se trata de uno de los grandes proyectos de Alfonso Alcalá, fallecido recientemente, y el primer reto en su última etapa como director del Patronato Cultural Federico García Lorca de la Diputación de Granada.

Maya Altolaguirre, doctora en Filología Moderna y profesora titular de la Universidad Complutense de Madrid, que falleció el 17 de febrero de 2016, dejó dicho de manera expresa en su testamento, fechado en 2004, que su voluntad era dejar a la Casa Natal de Federico García Lorca de Fuente Vaqueros el legado de su biblioteca personal, que había reunido durante toda su vida y destaca por su especialización sobre la Generación del 27.

El presidente de la Diputación de Granada, José Entrena, ha señalado durante el acto de presentación que “el legado incluye documentos excepcionales como la colección de cartas que Jorge Guillén le escribió junto con algunos textos autógrafos del poeta, poemas y fotografías de Vicente Aleixandre, de Dámaso Alonso, de Gil-Albert, entre otros". "Por tanto, es un material con un enorme valor documental e histórico que se incorpora ahora al Patronato Lorca y a su Museo-Casa Natal. En este punto, quiero recordar la figura imprescindible de Alfonso Alcalá, director del Patronato Lorca, que nos dejó hace pocas semanas de forma muy inesperada, y me consta que estaba muy ilusionado por esta presentación y por dar a conocer la importancia del legado de Altolaguirre”, ha señalado.

La diputada provincial de Cultura y Memoria Histórica y Democrática, Fátima Gómez, ha recordado que “Maya Altolaguirre fue una infatigable investigadora de la Generación del 27 y de Cervantes entre otros". "Puso en marcha y presidió la Fundación Generación del 27 de Madrid en 1996 y mantuvo una gran amistad con todos los autores supervivientes del grupo poético entre los que destacan Jorge Guillén, Dámaso Alonso y su esposa Eulalia Galvarriato, Concha Méndez, Rosa Chacel entre otros”. Fruto de estas amistades, se conservan en su biblioteca personal ejemplares con dedicatorias personales, como una fechada en Madrid en 1977 de un ejemplar de “Marinero en tierra”, donde Alberti le dibuja un barco y un pez verde, rojo y azul.

EL LEGADO

En cuanto al contenido del legado, hay que señalar que está compuesto por más de 2.000 volúmenes, de los que un alto porcentaje es sobre la Generación del 27: estudios críticos, antologías, obras completas, revistas, correspondencia, autógrafos, fotografías, apuntes personales y un número significativo de primeras ediciones de muchos de los miembros de este grupo. Todo este material está empezando a clasificarse y ordenarse, con el fin de ponerlo en breve a disposición de los investigadores.

Se pueden citar, por su singularidad, los ejemplares que salieron de las diferentes imprentas que tuvo su tío Manuel Altolaguirre. Algunos como la primera edición de “Jacinta la Pelirroja” o “Pruebas de Nueva York” de José Moreno Villa, de la mítica Imprenta Sur de Málaga, aventura que compartió a partir del verano de 1925 con el otro gran poeta, Emilio Prados; o la serie de cuadernos que empezó a editar a principio de los años treinta en las que recogió breves antologías de poetas clásicos (San Juan de la Cruz, Lope de Vega, Fray Luis de León), y de poetas contemporáneos como Pedro Salinas, Jorge Guillén Moreno Villa, así como su propia obra poética, los cuadernos llevaban el título de “Poesía”.

Son importantes los que se conservan de su  etapa de París, Londres y Madrid: como “Caballo verde para la poesía”, revista dirigida por Pablo Neruda (de la que se conserva el número 1, de octubre 1935).  Y muchos ejemplos de la producción posterior a la guerra durante su exilio en Cuba y después en México: ejemplares  de “La Verónica”, imprenta de donde salieron entre otros los títulos de la colección “El ciervo herido”, en 1939; y en mayor número los de su etapa mexicana de Ediciones Rueca, Isla, Polis, etc.

También conservó Maya Altolaguirre documentos relacionados con la faceta de productor y director cinematográfico de su tío, algunos relativos a los trámites que hizo la familia para que llegaran las copias de la película “El cantar de los cantares” a España a final de los años cincuenta y se pudiera proyectar, además de algunas copias de sus guiones, fotografías, prensa y programas de sus películas, etc.

AMIGA DEL PATRONATO FGL

La relación de Maya Altolaguirre con el Patronato Cultural Federico García Lorca y la Casa Natal del poeta en Fuente Vaqueros se remonta a los años noventa, cuando su primer director, Juan de Loxa, colaboró con ella en diversos proyectos, como la exposición realizada con motivo del centenario de muchos de los miembros de la generación titulada “Voces del 98” o la muestra realizada en 2004 como homenaje a   Manuel Altolaguirre y Concha Méndez y los poetas impresores. También en algunas publicaciones como “María Teresa León, gran señora de todos los deberes” o “Doña Rosita la soltera” de Federico García Lorca, tal cual apareció el texto por primera vez en 1938 por Losada en Buenos Aires, enriquecida unas viñetas excepcionales de época.

La sobrina de Manuel Altolaguirre visitó Fuente Vaqueros varias veces a lo largo de su vida, participó en diversos eventos y fue benefactora ya en vida de este museo. Hizo entrega de más de 1.500 volúmenes de su biblioteca  en 2003 y después hizo una segunda entrega en 2005, junto a libros y revistas donó algunas piezas excepcionales como un cuaderno con autógrafos del poeta Luis Cernuda, con poemas fechados en Valencia en año 1937 y un programa original de  la representación de Mariana Pineda en Valencia (1937), uno de los primeros homenajes que se hicieron a Lorca tras su asesinato, bajo la dirección de Altolaguirre y con la participación de propio Cernuda.

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