El pie diabético: ¿Cómo evitarlo?
A nivel general, las complicaciones derivadas de la diabetes se pueden reducir realizando un "buen control" metabólico
Revisar los pies a diario, observando con atención la planta y los dedos para detectar posibles lesiones o zonas enrojecidas y tratarlas cuanto antes; no usar ningún tipo de parche ni callicida para tratar las durezas o callos; y evitar andar descalzo, son algunas de las claves aportadas por el Colegio Oficial de Podólogos del País Vasco para evitar la aparición del pie diabético en los pacientes con diabetes.
Se trata de una de las complicaciones más comunes de esta enfermedad y que se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas de alteraciones morfo-funcionales que aumentan el riesgo de padecer úlceras en el pie, algo que requiere un tratamiento de abordaje multidisciplinar que englobe a diversos profesionales.
A nivel general, las complicaciones derivadas de la diabetes se pueden reducir realizando un "buen control" metabólico, practicando ejercicio físico entre 3 y 5 días a la semana y llevar a cabo una dieta equilibrada adaptada a las características propias del paciente.
LAVARLOS CADA DÍA
Ahora bien, según ha insistido el organismo, es necesario también prestar atención al cuidado de los pies, para lo que recomiendan lavarlos cada día con agua tibia y jabones que respeten el manto ácido de la piel; secarlos después de cada baño, prestando especial atención a los espacios interdigitales; e hidratar la plata y el dorso del pie con una crema adecuada, evitando los espacios entre los dedos.
Otras medias pasan por limar y cortar las uñas de forma cuadrada; utilizar siempre zapatillas que cubran el talón; usar calcetines de algodón; calzado cómodo que no oprima el pie y permita la "buena" circulación sanguínea; y acudir al podólogo siempre que sea necesario o, por lo menos, una vez cada seis meses, ya que es el profesional experto en tratar las lesiones, deformidades y cualquier alteración que se produzca en los pies.