El poder curativo del apoyo emocional
Crea un clima de confianza, reduce miedos y ansiedades, fomenta la expresión emocional y ayuda en la adaptación al problema
Siempre comento que los pacientes que se planteen ser más activos, necesitan información, formación y apoyo emocional. Y el apoyo emocional se entiende como «el establecimiento de una relación personal entre la persona afectada y la persona que pretende proporcionar ayuda, con el fin de suministrar tranquilidad y apoyo,crear un clima de confianza, reducir sus miedos y ansiedades, fomentar su expresión emocional y ayudarles en su adaptación al problema».
Es probable que en más de una ocasión hayamos estado al lado de una persona cercana cuando esta se encontraba sumida en un estado emocional poco agradable. En esta situación, en ocasiones hemos querido dar apoyo emocional y actuar como su soporte; sin embargo, no hemos sabido cómo hacerlo, sintiéndonos muy torpes. Apoyar es hacer que algo descanse sobre otra cosa. Y ¿Qué significa ayudar? La ayuda es un arte y como todo arte, requiere una destreza que se puede aprender y ejercitar. También requiere empatía con la persona que viene en busca de ayuda. Es decir, requiere comprender aquello que le corresponde y, al mismo tiempo, la trasciende y la orienta hacia un contexto más global.
Si hieren nuestros sentimientos de manera frecuente o intensa, y no reaccionamos, nos romperemos cada día un poco más. Porque fuerte no es aquel que más resiste, que más calla y contiene lo que siente. Fuerte es quien se da permiso para expresar sus emociones y necesidades marcando límites. Ahora bien, sabemos que no es fácil, pero proteger nuestros sentimientos es un ejercicio de salud, de salud emocional.
La salud emocional se refiere a la presencia de características positivas como autoconfianza, alta autoestima, capacidad para lidiar con el estrés y recuperarse de la adversidad, gusto por la vida, capacidad para reír y divertirse, capacidad para construir y mantener relaciones satisfactorias y flexibilidad para aprender cosas nuevas y adaptarse a los cambios, entre otras.
No hace falta decir muchas palabras para brindar apoyo. De hecho, muchas veces ni siquiera hacen falta: un abrazo, una mirada o un gesto pueden ser suficientes para que la persona se sienta acompañada. Hacer como si no pasara nada, es decir, minimizar el dolor o el sufrimiento, no suele ayudar a la otra persona. Al revés, la caricaturización de su sufrimiento es todo lo contrario a ponerlo en valor. Quizás nosotros no habríamos reaccionado así, pero eso no hace menos sincero y profundo su sufrimiento.
Y al dar apoyo emocional de manera efectiva lo que hacemos es generar y proteger un espacio de escucha, seguridad y confort en el que el otro puede expresarse con libertad, sin sentirse juzgado . En consulta, lo que hacemos, después de la evaluación y valoración del caso, es facilitar una serie de herramientas que las persona pueda utilizar para salir de esa situación.
Sin embargo, si no somos profesionales, ¿qué podemos hacer?
Estas son alguna claves para dar apoyo emocional
1. Buscar un lugar apropiado
Se trata de buscar un lugar confortable, fuera de distracciones donde la persona se encuentre segura y sin prisas, donde el diálogo, una vez comenzado, pueda ser interrumpido por los menos elementos externos posibles.
2. Escuchar de forma activa, sin juzgar
Escuchar con cuidado y atención es una de las mejores maneras de dar apoyo emocional. Con frecuencia, la persona necesita a alguien que le ayude a construir un relato de lo que ha ocurrido: un relato que pueda integrar en su historia vital y con el que pueda vivir.Escuchar no es dar soluciones.
La habilidad para escuchar de forma activa es la base para generar un espacio de entendimiento. Escuchar no es lo mismo que oír, al escuchar se percibe con todo el cuerpo, con los oídos, los ojos, los gestos, etc. Todo el cuerpo se involucra en la escucha para que la persona que está hablando pueda sentir que le estamos comprendiendo de verdad. Una buena forma de demostrar la escucha activa es resumiendo y parafrasear lo que la persona.
Así nos aseguramos de que estamos escuchando con plena consciencia y atención y no caemos en distracciones. Es muy fácil que, sin darnos cuenta, hablemos antes de tiempo u opinemos sin tener toda la información… o lo que es peor, saquemos el teléfono del bolsillo.
«Tan solo con escuchar profundamente, aliviamos el dolor y el sufrimiento.».
3. Practicar la empatía porque la empatía es una cualidad para aprender
La empatía no deja de ser una especie de utopía: no es posible ponernos en el lugar del otro. Podemos acercarnos a ello.
En el caso de que la persona comience a llorar, dejar que exprese la emoción. Llorar es una de las mejores formas de mostrar las emociones y sanar el alma. No intentemos interrumpir su llanto ya que eso podría hacerlos sentir no entendidos o avergonzados.
4. Mostrar afecto
El cariño pocas veces está de más. Puede ser un feedback para el otro, esa señal de que le hemos escuchado, el mensaje de que después de su viaje/relato sigue acompañado. Este cariño puede materializarse a través de un abrazo, pero también con un gesto o simplemente con palabras.
5. Búsqueda de información o de profesionales
La ayuda profesional, facilitada por profesionales cualificados, siempre ayudará. Habrá situaciones que la requieran y otras que no, pero en cualquier caso siempre sumará.
Y es que el apoyo emocional es un gran alivio cuando nos sentimos solos o desbordados por las emociones. Este sostén nos puede proporcionar consuelo, seguridad y tranquilidad. Para dar apoyo a otras personas, como hemos dicho, vamos a necesitarpracticar la escucha y la empatía hacia los demás. En cambio, para recibir apoyo emocional, vamos a tener que asumir que no siempre uno puede recibir apoyo de otras personas.
Sentir que estamos conectados con los demás nos puede proporcionar también ese apoyo emocional que nos va tan bien cuando nos desbordan las emociones. Necesitamos sentir que tenemos alguien interesado en conocer nuestras penas y alegrías porque le importan, alguien que entiende que somos seres complejos y asume el coste, no siempre agradecido, de intentar comprendernos.
Con todo ello, conseguimos que el músculo de la autoestima sea el órgano que todo lo bombea. Es el que nos da coraje y valor cuando lo que nos rodea desafina y nos quita la calma. Es ese impulso vital que nos recuerda lo que merecemos y que nos alerta de lo que necesitamos. Y es que la autoestima y el saber tratarnos con respeto, son claves para garantizar nuestro bienestar.
Por tanto, las personas que disfrutan de una buena salud emocional tienen control sobre sus emociones y su comportamiento. Además, son capaces de manejar los desafíos de la vida, construir relaciones fuertes y recuperarse de los contratiempos. Y uno de los factores clave en la resiliencia es la capacidad de equilibrar el estrés y las emociones. La capacidad de reconocer las emociones y expresarlas adecuadamente ayuda a evitar quedarse atascado en la depresión, la ansiedad u otros estados de ánimo negativos.Otro factor clave es tener una red de apoyo fuerte. Tener gente de confianza a la que poder acudir en busca de aliento y apoyo, aumentará la capacidad de recuperación en tiempos difíciles.
La salud física se conecta a la salud emocional
Todo lo que hemos dicho sobre la salud emocional, hay que conectarlo con la salud física. El cuidado del cuerpo es muy importante para tener una buena salud emocional. Cuando se mejora la salud física, se experimenta automáticamente un mayor bienestar emocional. Además, con ejercicio físico, las endorfinas también se liberan naturalmente en los siguientes casos:
- Haces cosas buenas por los demás y eres útil para otros
- Practicas la autodisciplina y el autocontrol.
- Aprendes cosas nuevas
- Disfrutas de la belleza, de la naturaleza y del arte
- Gestionas adecuadamente tus niveles de estrés
- Realizas actividades creativas
- Reservas un tiempo y un espacio para actividades de ocio
Compartir nuestras emociones para seguir creciendo cuando necesitamos apoyo
Compartir nuestras emociones con otras personas nos puede ayudar a fortalecer nuestro sistema inmunitario, además de situarnos en posición de entender que no somos los únicos que tenemos problemas.
El simple hecho de contar nuestros problemas conlleva un gran efecto terapéutico. Por un lado, contamos con el desahogo psicológico y emocional que nos produce. También nos sirve para escuchar nuestro propio discurso. En muchas ocasiones, cuando contamos un problema a un amigo, al escucharnos, caemos en la cuenta de que quizá hemos hecho una montaña de un grano de arena. Por último, el apoyo de otra persona nos puede proporcionar un punto de vista que no habíamos contemplado. De esta forma, podemos ver el problema desde otro ángulo y nos deja de resultar tan doloroso.
Comentarios
2 comentarios en “El poder curativo del apoyo emocional”
Cristina
24 de mayo de 2019 at 18:14
Que grande eres¡¡¡
Totalmente de acuerdo con lo que escribes, el poder curativo de sentirse escuchado, nosotros lo sabemos bien.
Escuchar es algo poco corriente pero muy util
Joan Carles March
25 de mayo de 2019 at 11:59
Muchas gracias Cristina por tus palabras. Escuchar cura. Preguntar cura. Entender cura. Comprender cura. Empatizar cura