El Romancero Gitano de Lorca, ilustrado 100 años después
Ricardo Cavolo, uno de nuestros ilustradores contemporáneos más originales, reinterpreta una nueva versión de este clásico de la literatura española
Romancero Gitano es una de las creaciones líricas más significativas del siglo XX. Punto culminante de la primera etapa estética de Lorca, el propio poeta lo definió como el poema de Andalucía, y lo llamó “gitano” porque, en sus propias palabras, “el gitano es lo más elevado, lo más profundo, más aristocrático de mi país, lo más representativo de su modo y el que guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza y universal”.
Este es, sin embargo, un libro donde apenas está expresada la Andalucía que se ve, pero donde está temblando la que no se ve: un libro antipintoresco, antifolclórico, antiflamenco..., donde las figuras sirven a fondos milenarios y donde no hay más que un personaje grande y oscuro como un cielo de estío... la Pena.
Para Lorca los gitanos simbolizan el instinto y la libertad frente a la civilización y el cumplimiento de las normas sociales que minan la voluntad individual. Una idea que comparte Ricardo Cavolo, que ha hecho referencia a la etnia gitana en sus libros en más de una ocasión. El autor contaba en Jamfry, su autobiografía ilustrada, que cuando sus padres se divorciaron, su madre empezó una nueva relación con Antonio, que era gitano. Para el autor fue una de las experiencias más positivas de su vida, “por todas las vivencias, sabiduría y perspectivas que me ha aportado y que puedo poner en práctica durante el resto de mi vida”.
Lorca y Cavolo conversan en las páginas de esta nueva edición de Romancero gitano, dando lugar a una obra única que reinterpreta sus desgarrados versos casi 100 años después de su publicación. El universo particular de Cavolo, cargado de intensidad, de color y de simbolismo, conjuga a la perfección con el contenido del romancero, que trata temas profundos como la muerte y las pasiones. Una obra expresionista que propone una nueva lectura de este clásico inconmensurable.
Los inmortales poemas de García Lorca cobran nueva vida en unas páginas rebosantes de colores y símbolos en cada esquina. Un hermoso ejemplo de cómo dos artistas aparentemente lejanos pueden fundir sus mundos creativos para crear belleza.
El Romancero gitano es una obra que se divide en dos bloques muy desiguales, con una personalidad propia cada uno. El primer bloque va desde el primero hasta el decimoquinto verso, y contiene la particular visión de Lorca del mundo gitano. En estos versos los gitanos chocan con una realidad que no los acoge, son marginados y privados de sus derechos, en última instancia asesinados. La sangre y la muerte, pero también el amor y la pasión, están presentes en este bloque; la Guardia Civil es presentada como antagonista. En la mitad se encuentran los tres romances dedicados a Granada, Córdoba y Sevilla, simbolizados por sus propios arcángeles. Estos tres poemas dividen el primer bloque en dos. Los primeros tienen como figura central a la mujer gitana, mientras que en los posteriores es el hombre quien lleva el peso de los romances, con figuras como Antoñito el Camborio.
El bloque segundo, breve y sugerente, está compuesto por tres poemas históricos que sirven al poeta para dar, en pinceladas sueltas, su versión agitanada de unos cuadros histórico- legendarios.