El Rubik de la conciliación estival
Por fin llegó la época estival, en la que todos, de un modo u otro intentamos organizarnos... Y digo bien, intentamos...
Después de una estupenda fiesta de fin de curso, a veces casi a la americana, llega el momento de la verdad, y ahora, ¿cómo lo vamos a hacer para cuidar de los peques de la casa? Porque yo no sé ustedes, pero a mí las cuentas no me salen.
En la mayoría de las familias trabajan ambos progenitores, muchos son pequeños autónomos con vacaciones reducidas, otros sólo pueden escogerlas en agosto o no tienen otra opción que repartirlas a lo largo del año...Pero nuestros peques las disfrutan desde mitad de junio aproximadamente y hasta mitad de septiembre no regresan.
Bienvenidos al caos...
Estoy segura de que en muchos núcleos familiares se recurre a la inestimable ayuda de los abuelos, pero en otros casos no hay más remedio que rascarse el bolsillo y llevarlos a campamentos o dejarlos con cuidadores... o incluso un combinado de ambos...Y el 90% de las familias en España no reciben ningún tipo de prestación social para la ayuda en el cuidado de los niños.
Estamos inmersos en una sociedad en la que se promueve la igualdad, se persigue la paridad y el aumento de la natalidad... Pero, ¿cómo? ¿Dónde están las medidas de flexibilidad?
Estaría muy bien que nuestros políticos, en la medida de sus competencias se hicieran eco de esta realidad e intentarán realizar un esfuerzo por ajustar nuestro actual sistema educativo al día a día de muchas familias que se ven obligadas a resolver un gigantesco cubo de Rubik. En España se tienen 30 días de vacaciones al año para los trabajadores (los autónomos no entramos ahí), 15 de ellos en verano, y los niños sólo en esta época tienen tres meses de vacaciones.
Los peques de la casa necesitan también de pasar tiempo disfrutando de los padres y viceversa... Pero puede llegar a ser algo más que un reto.
No siempre es posible ni la reducción de jornada, ni la jornada intensiva, en muchas ocasiones ni el teletrabajo, por lo que la opción de dejarlos en otras manos o la de los campamentos se hace ineludible.
Y muchos estamos deseando pasar más tiempo con ellos, pero también de calidad...y llegamos cansados del trabajo, sin energía, y ellos nos requieren más que nunca, porque están de vacaciones, no entienden que tú no lo estás.
Necesitamos resolver este tiempo libre de tal modo que no ocurra que cada vez que llegue el verano, sea en lugar de una época de feliz convivencia un disloque de horarios que llega incluso a enfrentar a la familia.
Hay mucho que aprender todavía de países vecinos en los que los Gobiernos facilitan esta ardua tarea a los padres con ayudas o jornadas de menos horas o con otros sistemas educativos del que el nuestro podría aprender y mucho.
Todavía estamos lejos de conseguir un equilibrio muy necesario que sería además todo un aliciente para todas esas parejas que sí quieren aumentar la familia, pero no saben cómo organizar el tiempo sin tenerlo.
Amigos, el tiempo es oro, pero siempre bien administrado... Y en esta época es de grandes gestores saber hacerlo. Y los padres, como siempre, año tras año lo vamos consiguiendo... y las ayudas y una mejor estructuración de las vacaciones tanto de pequeños como de mayores ¿para cuándo?