El síndrome postvacacional, un habitual de la vuelta a la rutina
Los expertos recomiendan realizar actividades agradables durante todo el año para que el choque no sea tan grave al volver a la realidad
Preparándote para ir a trabajar, no puedes dejar de pensar en cómo se han pasado tan rápido las vacaciones. En lo que te ha parecido un abrir y cerrar de ojos, tu mes de descanso se ha esfumado y te toca volver de golpe a la rutina. Una situación que hace que muchos experimenten un sentimiento de tristeza y ansiedad por este cambio radical que se ha catalogado como “síndrome postvacacional”.
Una afición que, aunque no está considerada como una patología como tal por los profesionales, cada año afecta a una mayor proporción de población por el ritmo de vida frenético que llevamos en la actualidad.
En muchas ocasiones este síndrome postvacacional se puede confundir con un trastorno depresivo, pero se diferencia por los factores que lo desencadenan -en el caso del síndrome postvacacional se produce por el cambio repentino de una vida tranquila a la vuelta al trabajo- y la duración del sentimiento de tristeza, que no suele superar los 15 días, que es la media en la que una persona suele adaptarse a la vida cotidiana.
Tal y como indica la psicóloga María Paz Moreno, uno de los principales sentimientos que impera en las personas que pasan por este trasvase de sentimientos es la ansiedad y la sensación de que tienen una acumulación de tareas pendientes.
Un hecho que, tal y como explica Moreno, está relacionado con las exigencias y expectativas altas que hacen que las personas tengan una visión muy compleja de cómo y cuándo deben realizar las actividades que dejaron pospuestas para después de sus vacaciones.
“Lo que yo le diría a una persona con estos pensamientos es que tiene que tener la capacidad de sentarse fríamente a planificar las tareas que hay pendientes y temporalizar lo que es prioritario y lo que no. Así se liberará de ese pensamiento de que todas las cosas tienen que estar hechas para ya”, recalca María Paz Moreno.
Otro de los problemas que provoca esta sensación, tal y como explica la experta, es el hecho de que ponemos toda la ilusión en un único evento en todo el año, lo que provoca la sensación de que tras ese viaje o ese evento ya nada más va a ilusionarnos a lo largo del año. Para combatir este hecho, María Paz aconseja que, en vez de realizar un único proyecto grande al año, se hagan haya actividades regulares que ilusionen tus días como pueden ser escapadas al campo o la playa, viajes cortos, actividades de deporte, entre un amplio abanico de posibilidades.
Sobre este asunto, María Paz Moreno recalca: “Muchas veces le digo a la gente que viene con este problema que si tiene síndrome postvacacional es porque su vida está mal organizada, porque la vida ordinaria no debe de ser desagradable”. A esto añade: “Cuando me viene alguien con estos problemas, muchas veces les pregunto por qué su vida ordinaria es tan desagradable”. Por ese motivo, Moreno muestra la necesidad de realizar un cambio en la vida ordinaria de las personas para que sus expectativas de ocio no se muestren únicamente a largo plazo.
Otro de los trucos que aporta la psicóloga para hacer frente a este sentimiento es empezar a planificar el próximo “gran viaje” justo después de haber vuelto de vacaciones. Con este remedio tendrás la mente ocupada y mantendrás la sensación de que algo bueno está por llegar.
Así que despeja de tu mente la sensación de que, con el fin del verano, la diversión ha acabado y toca el tedio de lo cotidiano. Con la planificación adecuada, la realización de actividades divertidas con asiduidad y la reducción de tu auto exigencia harás de todo el año unas vacaciones continuas.