El talento español se abre paso entre los más jóvenes

¡Bendito sea el Desorden! Y no, no es lo que le digo a mi madre cada vez que me dice que ordene mi cuarto. Bless The Mess es el trampolín del que la modelo y blogger de ELLE, Elisabeth Mas, y su mejor amiga, Andrea Ruíz han decidido saltar al mundo del diseño.

Basada en sus propias experienciasy vivencias, en sus viajes alrededor del mundo, y variopintos sujetos conocidos en estos, nace Bless The Mess; una mezcla de caos y diversidad casi a partes iguales. Amigas y fashionvictims, Elisabeth y Andrea – madres de este nuevo símbolo del talento español – han sabido compaginar constancia y creatividad, extroversión y seguridad: un ordenado desorden al que no podrás resistirte.

Elisabeth Mas, ha vivido la moda en todas sus formas. Modelo, blogger, itgirly, recientemente, diseñadora ha encontrado su alter ego en su mejor amiga, Andrea Ruiz, ilustradora y comunicadora en varias firmas internacionales. Ambas han combinado sus estilos de vida y vestir – más alocado y camaleónico en el caso de Elisabeth y más funcional en el de Andrea – para crear una firma que destaca por una marcada personalidad con tintes de valor seguro.

“Es nuestra filosofía. Lo que somos y lo que queremos. Hemos decidido abrazar el caos que existe en la vida, este “lío” orgánico que nos diferencia de las masas”. Así definen las creadoras de la firma este nuevo proyecto en el que se han embarcado. ¿Su bandera? Las chaquetas urbanitas y versátiles con detalles étnicos y colores neón. Chaquetas para mujeres con personalidad, listas para ser vistas.

Tops y celebrities, como Alessandra Ambrosio, Helena Bordon y la propia Elisabeth Mas en su blog, ya han lucido esta nueva versión del mil y una vez reinventado blazer. Además la campaña publicitaria es, en sí, un sello de calidad. Modelos de la talla de Cristina Capella, Clara Mas, Godieleve Van der Brandt, Irina Soldevila, LindseyOpso, Marta Español y Nicole Witte son las caras visibles de BlessTheMess.

Este caos cuenta ya con todas mis bendiciones, ahora solo queda bendecirlo desde el altar de mi armario.