El único acusado por 'caso Romanones' pide a la Audiencia un "impulso procesal" de la causa
"Es el único paso procesal que queda, hemos pedido por eso el impulso procesal para que el caso no duerma el sueño de los justos pendiente de una única diligencia", ha indicado el letrado
El padre Román M.V.C., único acusado en el llamado 'caso Romanones' sobre abusos sexuales presuntamente cometidos por sacerdotes de Granada, ha pedido a la Audiencia Provincial de Granada un "impulso procesal" de la causa, después de que se decretara la apertura de juicio oral contra él hace más de dos meses.
Según ha informado a Europa Press su letrado, Javier Muriel, se trata de un trámite habitual en los tribunales, y que en este caso se produce cuando tan sólo queda "una diligencia procesal" que sería la presentación del escrito de acusación de la Fiscalía, a la que la Audiencia le dio cinco días de plazo para ello el pasado mes de marzo, según recuerda el diario 'ABC', que avanza la noticia.
"Es el único paso procesal que queda, hemos pedido por eso el impulso procesal para que el caso no duerma el sueño de los justos pendiente de una única diligencia", ha indicado el letrado.
Así, una vez que el Ministerio Público formalice su acusación, será el turno del resto de partes, la defensa, la acusación particular --que representa al denunciante--, la popular --que ejerce la Asociación Pro Derechos del Niño (Prodeni)--, y el Arzobispado de Granada --como posible responsable civil subsidiario-- para que presenten sus escritos de defensa o acusación respectivos.
Fue a principios del mes de marzo cuando la Audiencia Provincial de Granada acordó la apertura de juicio oral contra el único procesado en el caso, el padre Román M.V.C., con un auto en el que daba un plazo de cinco días a la Fiscalía para que formulase su escrito de acusación.
Una vez culminada la fase de instrucción por parte del Juzgado de Instrucción 4 de Granada, se dio paso a una fase previa en la que las partes se pronunciaron sobre la terminación del sumario y la práctica de todas las pruebas necesarias, tras lo que sólo quedaba que la Audiencia dictase auto de apertura oral.
La Sección Segunda de la Audiencia confirmaba así la resolución que en enero dictó el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Granada, Antonio Moreno, dando por concluido el sumario del caso.
El cierre de la instrucción por parte del Juzgado llegó apenas un mes después de la declaración en sede judicial del padre Román M.V.C., quien negó haber abusado sexualmente del denunciante cuando era menor de edad, por el que, según dijo, sentía el "amor fraterno" de un sacerdote que acoge a las personas que acuden a su parroquia.
Concretamente, fue el pasado día 11 de diciembre cuando el Juzgado de Instrucción número 4 de Granada acogió la declaración indagatoria del padre Román precisamente como paso previo antes de dar por concluido el sumario y remitir el expediente a la Audiencia Provincial de Granada.
El padre Román manifestó entonces su disconformidad con el auto que le procesa por un delito de abuso sexual continuado con prevalimiento, castigado con pena de prisión de cuatro a diez años, y sostuvo que nunca se "exhibió desnudo" ante el denunciante.
Su declaración indagatoria se produjo días después de que el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Granada procesara al único imputado por un supuesto delito de abuso sexual continuado con prevalimiento, al considerar que existen indicios racionales de criminalidad en su conducta contra el denunciante de los hechos cuando éste era menor de edad.
En el mismo auto de procesamiento requería al procesado que prestase fianza de 50.000 euros para asegurar las responsabilidades pecuniarias que pudieran declararse en la causa y prorrogaba por un plazo de seis meses la medida cautelar de alejamiento y prohibición de comunicación respecto de la "víctima".
El magistrado estimaba corroborados los "iniciales indiciarios hechos" por los que se inició el procedimiento, a raíz de la denuncia que el 14 de octubre de 2014 presentó la víctima ante la Fiscalía de Granada exponiendo haber sufrido "continuados o permanentes abusos sexuales por parte de un grupo de sacerdotes incardinados en la Diócesis de Granada", desde el año 2004, cuando tenía 14 años y hasta 2007 cuando ya contaba con 17 años.
DELITOS PRESCRITOS
El pasado mes de septiembre, la Audiencia de Granada declaró prescritos los delitos que se le atribuían a once de las doce personas que fueron inicialmente imputadas, diez sacerdotes y dos laicos, confirmando que la causa sólo debía continuar contra el padre Román M.V.C., considerado el líder del grupo.
Asimismo, el Arzobispado de Granada está personado, con abogado y procurador, en este caso, como posible responsable civil subsidiario en el proceso que ha investigado el referido Juzgado de Instrucción 4 de Granada, cuyo titular, Antonio Moreno, dio el pasado mes de diciembre a la Diócesis tres días de plazo para personarse y además prestar una fianza de 50.000 euros como responsable civil subsidiario con "apercibimientos legales en caso de no verificarlo".
El caso se hizo público el mes de noviembre de 2014, cuando fueron detenidos el considerado líder del clan, el padre Román M.V.C., dos sacerdotes más y un profesor de Religión, que sin embargo quedaron después en libertad con cargos, en un caso en el que estaban imputadas inicialmente un total de doce personas.
Todo se precipitó después de que un joven, que hoy tiene 25 años, comunicara por carta al Vaticano que había sido víctima de abusos sexuales desde los 14 hasta los 17 años por parte de este grupo de religiosos de Granada, lo que motivó que el propio Papa Francisco le llamara para pedirle perdón y ofrecerle su apoyo. Tras la llamada del Papa al joven, éste formalizó una denuncia ante la Fiscalía Superior de Andalucía, que ordenó a la Fiscalía Provincial de Granada interponer 'ipso facto' denuncia contra todos los afectados.
El Papa se pronunció también coincidiendo con la salida a la luz de esos supuestos abusos en un vuelo de regreso a Roma tras su discurso en el Parlamento Europeo en el que señaló que "la verdad es la verdad" y "no debe esconderse". El 'caso Romanones' también provocó una imagen inédita del arzobispo de Granada, Javier Martínez, que se postró en el suelo ante el Altar Mayor de la Catedral para pedir perdón por los "escándalos" que afectaban entonces a la Iglesia.