El verano de sus vidas
Las notas de corte de la UGR suben en la mayoría de las carreras, en algunas de ellas hasta dos puntos
Dentro de 20 años, los alumnos de 2º de Bachiller, nacidos en 2002, contarán a sus hijos por qué fueron los primeros en hacer Selectividad con mascarilla. Que un viernes 13 de marzo les dijeron que tendrían clases online durante dos semanas, pero que, finalmente, nunca volvieron a las aulas. También les dirán lo duro que fue no saber la fecha exacta en la que tendrían las pruebas de Selectividad y que no dejaron de estar confinados en sus casas hasta mediados de julio porque, cuando ya se podía volver a salir a la calle, ellos aún tenían mucho que estudiar.
Y es que eso alumnos han pasado a la historia por haber tenido la primera graduación online o por hacer los exámenes con una cámara enfocando a sus folios para demostrar que no se copiaban. “Se vivió una situación de desconcierto e incertidumbre. Todo esto supuso un reto para docentes y alumnos”, afirma María Moreno, profesora del IES Luis Bueno Crespo, en Granada.
“Honestamente, hicimos lo que supimos. Entonces no sabíamos cómo dar clases o examinar de forma online”, explica Jairo García, profesor del IES Zaidín-Vergeles. Este señala que decidió dar al alumnado de 2º de Bachillerato material con pautas para autoaprender, adelantando lo que vivirían en la universidad poco después. “La enseñanza TIC siempre ha sido más un deseo que una realidad, al menos en Andalucía, y la realidad nos puso a todos los pies en la tierra”, añade.
Sin embargo, la preocupación de estos alumnos no terminaría con el último examen. Luego llegarían las dificultades para entrar a las carreras debido a la subida de notas en este año en la Universidad de Granada.
José Ángel Ibáñez, jefe de prensa de la UGR, afirma que en 2020 han recibido una mayor demanda que cursos anteriores. Esto, unido a la subida de notas en Selectividad por diversos factores, ha provocado que el corte de acceso a numerosas titulaciones haya quedado por encima.
Inma Morillas, una de las chicas que terminó Bachiller el pasado mes de junio, cuenta cómo fue su experiencia. “Siempre he querido estudiar Psicología. En Granada, esta carrera se quedó en un 8 el año anterior y yo saqué un 8,9 en Selectividad. Me imaginaba que no entraría en la primera adjudicación, pero sí esperaba hacerlo en la segunda”, dice.
“Cuando vi que en la primera de ellas estaba la número 2.500 en lista de espera, me quedé de piedra”, continúa. “En la segunda, que salió el 2 de septiembre, bajé al puesto 1.253. Algo parecido me sucedió en el resto de Andalucía. Tampoco conseguí entrar ni en Almería ni en Málaga, así que ya en septiembre, a pocos días de empezar el curso, busqué piso y me matriculé en mi quinta opción aquí en Granada”.
Algo similar le sucedió a Carlos Martínez. Desde que empezó Bachillerato sabía que quería ser médico. “Querer estudiar Medicina en Granada significa sacar todo 10 durante dos años. El único margen de error que te puedes permitir es sacar un 9 en alguna asignatura”, arguye.
Su nota de Selectividad fue un 13,228. “Cuando vi lo que había sacado, creí que entraba seguro. Después de toda la tensión del curso, vi que todo esfuerzo tiene su recompensa”. Pero no se quedaría ahí. La carrera de Medicina oscilaba los años anteriores en torno al 12,9; sin embargo, él se quedaría en la primera adjudicación el puesto 291 en lista de espera. En la segunda, el 139. “Decidí esperarme a las resultas, que son una especie de lista de espera en la que puedes estar hasta mediados o finales de octubre. Ahí fui bajando al puesto 57; luego, al 32 y después, al 10. Por fin, en la penúltima, entré. Era ya 28 de septiembre. Todos decían que sería el verano de nuestras vidas, y la mayoría solo estuvimos pendientes de ver dónde podríamos entrar. La nota de corte este año en Medicina se ha quedado en un 13,227. Esto significa que la última persona que entró, lo hizo con esa calificación. Esto ha sido una locura”, sentencia.
Moreno destaca que la necesidad de una mayor cantidad de opciones en los exámenes era necesaria, ya que no todos estuvieron en igualdad de condiciones para prepararse las pruebas y no en todos los centros se dieron todos los contenidos. “Como consecuencia, esto ha provocado que la nota de corte suba significativamente. Al poder elegir entre más opciones, ha habido mejores notas, lo que ha hecho más difícil que muchos alumnos consigan plaza en la primera o en la segunda adjudicación”, aclara.
Desde el portal Distrito Único Andaluz, se pueden consultar algunas de las variaciones respecto a 2019. Enfermería, que el año anterior se quedó en un 11,4, este año lo hace en un 12,06. Lo mismo sucede con Farmacia (el año pasado en un 8,9 y este, en un 10,1), Psicología (ha pasado de estar en un 8 a un 10,2) o Trabajo Social (ha subido de un 5,3 a un 7,9).