Las lluvias de la última semana dejan 11 hectómetros cúbicos más de agua en los embalses de Granada
Esta cifra representa prácticamente un tercio de lo almacenado desde mediados de febrero: 36 hectómetros cúbicos en total
La entrada de un frente cálido a las puertas de la Semana Santa hará que los termómetros de Granada disparen sus temperaturas máximas 12 grados en apenas cuatro días, hasta alcanzar los 26 el Domingo de Ramos. Aunque está previsto que llueva el lunes y el martes, lo cierto es que marzo podría haber supuesto la última temporada de precipitaciones antes del verano. Y a pesar de que los embalses de la provincia de Granada no llegan a los niveles de los últimos años, parece que las lluvias serán suficientes para asegurar un estío tranquilo y sin restricciones.
Atrás queda la incertidumbre de la primera quincena de marzo. Entonces, el Gobierno tuvo que activar la alerta por sequía y el estado de los pantanos preocupaba por la inusual falta de lluvia. En el imaginario colectivo, el verano de 1995, cuando Emasagra se vio obligada a cortar el agua diariamente entre las ocho de la tarde y las ocho de la mañana para asegurar el suministro, con restricciones taxativas como la prohibición de llenar piscinas.
Afortunadamente, se aleja la sombra de ese fantasma porque las lluvias de las últimas semanas han aumentado el volumen de los embalses de Granada en 36 hectómetros cúbicos en menos de dos meses. Esto son 36.000 millones de litros de agua, que, aunque suene tremendista, representa apenas el 3,05% de lo que pueden albergar las 11 presas de la provincia (1.181 hectómetros cúbicos). No en vano, actualmente son 431 hectómetros cúbicos –un 36,49%– los embalsados en el conjunto de pantanos del territorio.
Y once, precisamente, es el número de hectómetros cúbicos almacenados en la última semana de registro, tal y como reflejan los datos del Boletín Hidrológico Nacional, que actualiza sus valores cada martes. Es decir, en tan solo una semana ha llovido lo suficiente para cubrir prácticamente un tercio de todo lo que ha caído desde las seis anteriores, lo que permite entender la importancia de las temporadas de precipitaciones para el suministro local.
Con todo, la escasez de los primeros meses de 2022 sigue arrastrando un lastre que se evidencia, por ejemplo, en la comparación con el guarismo del 24 de agosto de 2022. Entonces, los embalses granadinos albergaban 452 hectómetros cúbicos. Es decir, 21.000 millones de litros de agua más que actualmente, y en un mes tradicionalmente seco.
Lejos de los niveles de hace un año
El pantano del Negratín, en el norte de la provincia, no solo es el que más agua embalsada tiene (137 hectómetros cúbicos), sino también el que más ha aumentado su capacidad con respecto a la semana anterior, con tres hectómetros cúbicos ganados. En este apartado le siguen el de San Clemente y El Portillo, dos cada uno. Un hectómetro cúbico han ganado los de Béznar, Canales, Quéntar y Rules. Estos dos últimos son los únicos que no pertenecen a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, sino a la de Cuencas Mediterráneas de Andalucía, por estar alimentados por ríos que únicamente discurren dentro de la comunidad.
A pesar de la mejoría, hay 172 hectómetros cúbicos menos de agua embalsada que hace justo un año en las presas de la provincia, y dicho valor está 298 puntos por debajo de la media de la última década. No obstante, cabe destacar que los hogares y regadíos granadinos no están únicamente abastecidos por los pantanos de la provincia, sino también por otros como el de La Bolera, en Pozo Alcón (Jaén), tal y como apuntan los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Cuenca del Guadalquivir.