Empieza la cosecha en los cincuenta viñedos de la provincia de Granada

Algunos de los cincuenta viñedos diseminados por la provincia de Granada han empezado a recolectar sus uvas. Arranca así la cosecha de 2019, a la que ahora le espera el proceso de vinificación para terminar convirtiéndose en los blancos, tintos y rosados que se consumirán aquí y en otros muchos lugares. Porque el vino de Granada, que se sepa, se exporta a países como Alemania, Estados Unidos o China, por citar sólo tres ejemplos.

La vendimia ya ha comenzado en los lugares más próximos a la costa, como Jete o Albuñol, y las primeras uvas que están entrando en las bodegas son blancas, fundamentalmente de las variedades chardonnay y moscatel de Alejandría. Si no lo han hecho ya, en muy breve plazo se sumarán las de las demás poblaciones de la provincia que tienen plantadas uvas blancas, de las citadas y también de la sauvignon blanc. A principios de septiembre empezarán a cosecharse las tintas, empezando por la variedad merlot y siguiendo por la tempranillo y la syrah.

El presidente de la Denominación de Origen (DO) Vinos de Granada, José Olea, ha explicado que este proceso se prolongará hasta finales de octubre y que es tan largo "porque no todas las uvas maduran a la vez, ni mucho menos. Quien tiene cabernet sauvignon, por ejemplo, las recoge más tarde".

En cuanto al tiempo que dura una cosecha, es algo que depende de cada bodega. De su tamaño, sobre todo. En general, las de Granada no son muy grandes, con lo que la vendimia puede hacerse a lo largo de una semana. Es cada vez más habitual, por cierto, que se trabaje de noche. Hace más fresco y eso garantiza que las uvas lleguen a la sala a más baja temperatura. Algunos bodegueros, además, prefieren cosechar a mano porque, aseguran, eso garantiza una mayor calidad en el producto final.

Olea cree que la campaña de este año será "más o menos similar" a la del anterior, lo que quiere decir que se recogerán en torno a 6.000 kilos de uvas por hectárea cultivada. Como en Granada hay 400 hectáreas de uvas, eso arroja un total de 2.400.000 kilos. "Es posible que este año la producción sea algo menor, porque ha llovido menos", matiza, para añadir que, en cuanto a la calidad de los vinos ahora cosechados, "todo lleva a pensar que serán tan buenos como los de los últimos años".

Un sector que crece en cantidad y calidad

En el conjunto de la provincia hay 17 bodegas adscritas a la Denominación de Origen Vinos de Granada, la última que se ha sumado a la lista en España, tras un largo proceso. Además, hay otras 33 con registro sanitario en vigor pero que están fuera de esa DO, bien porque plantan uvas que no están incluidas en la relación de permitidas, o bien por otros motivos.

Las variedades que deben plantar las bodegas pertenecientes a la DO granadina son éstas:  Vijiriego, Sauvignon Blanc, Chardonnay, Moscatel de Alejandría, Moscatel de grano menudo o morisca, Pedro Ximenez, Palomino, Baladí Verdejo y Torrontés (blancas); Tempranillo, Garnacha Tinta, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Syrah, Pinot Noir, Monastrell, Romé y Petit Verdot (tintas); y Vijiriego, Sauvignon Blanc, Chardonnay, Moscatel de Alejandría, Moscatel de grano menudo o morisca y Torrontés (para espumosos).

Hay bodegas en toda la provincia. La más alta está en Huéscar, a 1.400 metros de altura. Abundan en las comarcas de Guadix y Baza, son populares las de la Alpujarra y hay algunas, como se dijo al principio, cerca de la costa. De hecho, todavía se produce el llamado Vino Costa, que para muchos aficionados es de calidad discutible pero que también tiene sus fieles. En los Montes Orientales y hasta en algún punto del Área Metropolitana también se puede encontrar un vino que, en calidad, ha ganado muchísimo en los últimos quince años. Antes, Granada era conocida por exportar a otros puntos del país uvas a granel, pero no por producir vinos de auténtica calidad. Ahora, algunas bodegas han ganado prestigiosos premios en concursos internacionales.