"En el cementerio está la historia de mi pueblo"

Conchi García, la concejal de Participación Ciudadana del consistorio de Alhendín, es la protagonista de una historia diferente. Su compromiso y dedicación al pueblo la ha llevado a estar inmersa, casi cinco meses, en el cementerio del pueblo haciendo un recuento manual de todas las tumbas que hay en el camposanto alhendinense, para crear un registro actual e informatizado de dónde se encuentra cada fallecido, así como del número total de enterramientos que había en el Cementerio Municipal de San José.

Esta necesidad que surge de la intención de elaborar una nueva normativa reguladora del cementerio ha convertido a Conchi en una auténtica experta de la historia de su pueblo. "Cogí mi libreta y me fui al camposanto para ir apuntando el nombre de cada persona que estaba enterrada y dónde estaba enterrada. No teníamos registros informatizados y aunque el proceso ha sido complejo, he aprendido mucho, me he emocionado y sin duda, he valorado mucho más si cabe, a las gentes de mi pueblo", ha reconocido Conchi García, que se ha convertido en la única persona que se ha atrevido a llevar a cabo esa labor en un cementerio granadino.

Conchi explica que muchas personas no sabían dónde estaban enterrados su familiares. "Llegaban al ayuntamiento preguntando cómo podían tener esa información", explica Conchi, pero lo cierto es que "los registros estaban en libros muy antiguos, que en algunos casos no coincidían con la información de a pie de campo".

UN CEMENTERIO MUY FAMILIAR

En esos libros antiguos, "que había que manejar con mucho cuidado" se detallaban cómo estaban enterrados los difuntos del pueblo: en tierra, en nicho de pared o incluso con o sin caja. "Los datos que he ido recopilando en mis visitas al camposanto se han ido cruzando con los de los libros que se tenían, y se ha hecho un nuevo registro informático mucho más completo, y donde está todo actualizado", asegura la concejal de Participación Ciudadana, que comenta que ahora además, las búsquedas se pueden hacer por diferentes patrones.

En este proceso, Conchi asegura que la participación ciudadana ha sido muy importante. "La gente se acercaba para decirme dónde estaban enterrados sus familiares. Muchas veces eran tumbas sin nombre, pero ellos sabían que se encontraban allí". Lápidas sin nombre, solo con fechas, o a veces solo con apellidos hoy día están totalmente catalogadas.

A lo largo de estos meses han sido muchas las anécdotas que Conchi ha vivido. "Desde nichos donde había enterradas nueve personas, o muertos que han cambiado de ubicación varias veces, y sobre todo, historias humanas, siempre las más importantes", asegura la concejala. Por ejemplo, la historia del ataúd funerario que don Manuel Osuna cedió a los vecinos del pueblo. "El quiso enterrarse en tierra, y que su caja se utilizase para velar a los muertos que no tenían posibles de acceder a una caja. Así que en los libros históricos también se especifica si el difunto estaba enterrado en caja o sin ella".

El cementerio municipal San José de Alhendín, ubicado en el Camino Viejo de Granada, tiene una extensión de 10.000 metros cuadrados, la parte vieja estaba compuesta por unos 4.588 metros, y posteriormente se le añadieron más hasta llegar a los 10.000. "El espacio era necesario, nuestro pueblo crece", explica Conchi.

Sin embargo, este no ha sido el único cementerio que ha tenido Alhendín. Hubo uno que estuvo al lado de la casa del cura, y un cementerio musulmán, que ha ido apareciendo en diferentes excavaciones.

"A veces, algunas historias han sido duras. Pero al fin y al cabo han sido las historias de la gente de mi pueblo, y me siento honrada por haber podido formar parte de ellas", ha querido asegurar Conchi, una mujer que se ha convertido en toda una heroína de su trabajo.