En Granada se puede ir del gozo al pozo y viceversa

Una calle del centro y otra de Cerrillo de Maracena llevan nombres que remiten al famoso dicho popular

Calle Gozo y Pozo en Granada
La céntrica calle Gozo, junto a Ganivet | Foto: Antonio L. Juárez
Guillermo Ortega
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Es un dicho muy utilizado. Según la RAE, quien pronuncia eso tan famoso de “mi gozo en un pozo” da a entender que "se ha frustrado o malogrado algo con lo que ya se contaba y cuya obtención ya causaba alegría”. Se utiliza tal expresión, agrega, “cuando algo que había comenzado a darnos satisfacción, no resulta cierto, verdadero o posible”.

Por poner un ejemplo bien fácil: uno se ha gastado veinte euros en la lotería, el euromillón, el cupón, la bonoloto o hasta el quinigol, está convencido para sus adentros de que se va a hacer millonario, coteja su boleto con el resultado del sorteo y ve que no le ha tocado absolutamente nada. Ni siquiera ha conseguido que le devuelvan lo jugado. Su gozo, evidentemente, ha caído en un pozo.

¿Se puede llegar en Granada del gozo al pozo y viceversa? Sí, se puede. Porque hay dos calles que reciben tales nombres. No están muy cerca la una de la otra, pero si alguien quiere hacer el recorrido, un par de párrafos más adelante se le facilita.

La calle Gozo es muy céntrica. Arranca de la calle Ganivet y es una cuesta con escalones, bastante distantes entre sí y fáciles de subir, que cruza unos metros después con la calle Rector Morata, que le sale a su paso por la izquierda, y termina muriendo en la calle Sarabia, paralela a Navas.

En cuanto a la calle Pozo, se sitúa en Cerrillo de Maracena, que está en el término municipal de Granada casi por los pelos. Apenas doscientos metros la separan del de Maracena. Es una paralela a la Avenida Maracena y lleva desde la calle Párroco José Rodríguez hasta la calle Horno. Tiene un afluente, por así decirlo, porque en ella desemboca la calle Honda del Pozo.

La calle Pozo, en la barriada de Cerrillo de Maracena | Foto: Antonio L. Juárez

Si se quiere hacer el recorrido andando, la distancia oscila entre los 4,5 y los 4,7 kilómetros y se tarda entre 59 y 61 minutos, dependiendo del itinerario que se siga. Porque, aunque uno puede hacer de su capa un sayo e ir del punto A al punto B pasando, un suponer, por Huétor Santillán, hay tres rutas más aconsejables que los demás, según Google Maps. El más corto sale de Gozo a Ganivet, sube Reyes Católicos, enfila la Gran Vía, pasa luego por las avenidas Constitución y Andalucía, se desvía por la calle Periodista Fernando Gómez de la Cruz, rodea por la izquierda la Plaza Europa, llega a la Avenida Maracena y ya luego sólo le queda torcer a la izquierda por Horno para llegar al Pozo.

(Inciso: aunque no es el objeto de este artículo, hacer de su capa un sayo significa “obrar alguien según su propio albedrío y con libertad en cosas o asuntos que a él solo pertenecen o atañen”).

¿Mucha tela una hora andando? Pues se puede ir en Metro. Desde Gozo se baja por Recogidas hasta llegar al cruce con Camino de Ronda, donde hay una parada. El viajero se monta en el tren que va en dirección a Albolote y en diez paradas, ale-hop, ya está en Cerrillo de Maracena. Baja, entra en la Avenida Maracena, tuerce en la mentada calle Horno y destino alcanzado. Si todo va bien, dice Google Maps que la operación se completa en media hora.

Los partidarios del coche, para concluir, tardarán aproximadamente quince minutos en recorrer los 8,2 kilómetros que separan el Gozo y el Pozo, circunvalación mediante. Saliendo de Gozo, lo suyo es bajar hasta la glorieta de Neptuno, entrar ahí en la autovía (dirección Jaén, nunca hacia Motril) y salir en la rotonda que deja a su derecha la sede de la Diputación y a la izquierda enlaza con la carretera que lleva a Málaga y Sevilla. Ya fuera de la autovía hay que desviarse a la calle Párroco José Rodríguez, que como se dijo con anterioridad conduce hasta la calle Pozo.

Naturalmente, esos recorridos se pueden hacer a la inversa. Con lo que se llegaría del Pozo al Gozo. A lo mejor eso es más placentero. Que cada cual decida.