Estar lejos de los seres queridos, lo más duro del estado de alarma para los granadinos
La ciudadanía lamenta también la falta de ayudas o el hecho de que las restricciones se prolongaran más allá de los 15 días inicialmente previstos
El 15 de marzo de 2020, Granada se despertaba conmocionada. Desde la medianoche, la ciudad entraba en una realidad desconocida hasta el momento consecuencia el estado de alarma motivado por la pandemia del coronavirus. Una circunstancia de la que este lunes se cumple el primer aniversario.
Desde entonces, y al igual que todo el país, la provincia y la capital han pasado por dos estados de alarma, una desescalada en fases, un mando único, otro descentralizado, restricciones de aforo, de horario y de movilidad, cierres perimetrales, provinciales y autonómicos, mascarillas, distancia social, geles hidroalcóholicos por doquier, teletrabajo y clases online. Una 'nueva normalidad', como en su momento la llamó el Gobierno, a la que parecen no haberse terminado de acostumbrar los granadinos.
En este triste primer cumpleaños, GranadaDigital ha querido testar la opinión de los ciudadanos en un vídeo ya disponible en nuestro canal de YouTube. La mayoría coincide en que lo más duro en todo este periodo ha sido "no poder aprovechar el tiempo con los seres queridos". Para la amplia comunidad estudiantil de la ciudad, ese anhelo se refleja en torno a las figuras paternas, mientras que otros muchos se acuerdan de los hijos recién nacidos con los que no han podido ir al parque o a tomar una hamburguesa como lo imaginaron durante el periodo de gestación.
Quienes poseen negocios no aparcan la zozobra personal que les ha causado la pandemia, pero sí destacan la "falta de ayudas" en un año complicado a todos los niveles. Jóvenes, adultos o ancianos; estudiantes o trabajadores; empleados o asalariados y hombres o mujeres. En general, todos reconocen no poder imaginarse por aquel entonces que aquello que iba para 15 días, cuando Pedro Sánchez compareció ante todo el país, terminaría prologándose por espacio de 12 meses.
A algunos les pilló en casa, a otros desplazados, e incluso a muchos en segundas residencias o disfrutando de un fin de semana de campo. Pero todos pasaron de la noche a la mañana a vivir una vida para la que nadie les había preparado y que ya es historia de Granada, Andalucía, España y la humanidad.
Y es que el estado de alarma, el toque de queda y en general las restricciones consecuencia del Covid han moldeado el carácter social y abierto de una ciudad que rezuma vida y alegría por cada rincón. Del ocio nocturno a las tenues videollamadas, de la cerveza 'post laboral' de los viernes a la prisa por llegar pronto a casa. El virus, la UME, los controles, las ambulancias, hospitales desbordados... Granada echa la vista atrás un año después.