Endesa arregla el transformador que quedó calcinado en la Zona Norte

El centro de transformación que ha tenido que ser renovado completamente está ubicado en la calle Pedro de Moya

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El centro de transformación de Pedro de Moya distribuye energía a cerca de 550 viviendas | Foto: Gabinete
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Endesa ha puesto en funcionamiento el centro de transformación ubicado en la calle Pedro de Mota, en la Zona Norte de Granada, que había quedado completamente calcinado tras el incendio del pasado 27 de febrero generado por una sobrecarga en la red debido a los enganches ilegales en la zona.

Durante más de cinco meses los técnicos de Endesa han estado trabajando en esta infraestructura que quedó completamente inutilizada tras solo un año de funcionamiento, ya que se puso en servicio de noviembre de 2019. A pesar de este refuerzo la instalación sufrió las consecuencias de la sobrecarga en la red que provocan las plantaciones ilegales que proliferan en esta zona.

La nueva instalación ha supuesto una inversión de más de 50.000 euros, y en ella se han tenido que sustituir 4 celdas de Media Tensión, el transformador de 1.000 kVA de potencia ya que el que se había instalado en 2019 quedó inservible, armarios de telecomunicaciones, 700 metros de cableado de Baja Tensión, y 200 metros de cableado de Media Tensión. Además, se ha aplicado la última tecnología en materia de sensorización con el fin de intentar paliar la problemática de las manipulaciones y el sabotaje que ha sufrido esta instalación. 

El centro de transformación de Pedro de Moya distribuye energía a cerca de 550 viviendas, de las cuales el 46% carecen de contrato de suministro en vigor, por lo que la instalación cuenta con el triple de la potencia necesaria para abastecer a los clientes de esta zona.

Los técnicos de Endesa siguen trabajando en la Zona Norte de Granada donde se han llevado a cabo inversiones extraordinarias que solo el pasado año superaron más de 3 millones de euros, aumentando la potencia en la zona en un 80%, mientras que el nivel de contratación no ha cambiado en los últimos 5 años, es más, ha descendido en un 29%.

Por este motivo Endesa sigue llevando a cabo actuaciones de la mano de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para actuar ante el crecimiento de la manipulación de las redes en la Zona Norte de Granada.

En lo que llevamos de año se han llevado a cabo 28 actuaciones con las fuerzas de seguridad, procediendo a la identificación de 869 enganches ilegales que provocan la sobrecarga de la red y los consecuentes problemas para la seguridad de las personas y las instalaciones.

A pesar de estos esfuerzos la sobrecarga generada por los enganches ilegales y las plantaciones de marihuana prosigue provocando no solo daños en las redes de todos los vecinos sino sobre todo suponiendo un peligro para la seguridad de las personas. Precisamente el pasado sábado 27 de marzo el centro de transformación ubicado en la calle Puerto Lumbreras, esquina con Fray Juan Sánchez Cotán, en el distrito Norte, quedó también totalmente calcinado por la sobrecarga ocasionada por los enganches ilegales, principalmente destinados a plantaciones de marihuana.

El centro de transformación, que se había instalado totalmente nuevo también en diciembre de 2019, contaba con dos máquinas transformadoras de 2.000 kilovatios de potencia, lo que equivale al consumo de cerca más 700 suministro. Antes del incendio, este centro de transformación tenía asociados 299 suministros, de los cuáles únicamente 114 eran clientes con contrato en vigor, el 16% de su capacidad.

Las instalaciones manipuladas no disponen de los preceptivos elementos de protección, tal y como está recogido en el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión aprobado por Real Decreto 842/2002, del 2 de agosto, para preservar la seguridad de las personas y los bienes. Estos enganches irregulares a la red se realizan con materiales no adecuados y sin cumplir las normas de seguridad, generando un enorme peligro para la persona que comete el fraude y para todos sus vecinos, al carecer de protecciones frente a cortocircuitos, electrocuciones o incendios, que se podrían expandir más allá de las viviendas particulares a los bloques de pisos, generando un riesgo real de lesiones graves o incluso de muerte.