Un enfrentamiento que va más allá de lo deportivo
Pablo Pin reconoció en rueda de prensa que el duelo del domingo "no es a vida o muerte, pero está claro que una victoria nos deja en buena posición"
Ocurra lo que ocurra este próximo domingo en el Palacio de Deportes, habrá un punto de inflexión. Covirán Granada y Carplus Fuenlabrada llegan en un situación de necesidad extrema. Ambos conjuntos necesitan un triunfo lo antes posible para acabar con sus dinámicas negativas y seguir dando pasos hacia la salvación.
Analizando ambos panoramas, los rojinegros acuden a esta cita liguera con un punto más de optimismo y, quizás, con algo menos de presión. Las cinco victorias que rezan en su casillero, siendo una de ellas ante el propio plantel madrileño, da alas a un conjunto granadino que necesita distanciarse de una vez por todas de los tres equipos de la zona baja. "No es un partido a vida o muerte, pero hay que tener claro lo que supone una victoria en este partido", explicaba Pablo Pin en la rueda de prensa previa a la Jornada 19 de la Liga Endesa.
Para Covirán Granada puede que no sea a vida o muerte, pero para Fuenlabrada es el partido que marcará su camino para las próximas semanas. De perder en tierras granadinas, los de Óscar Quintana afrontarán una papeleta demasiado complicada de cara a lo que resta de temporada. Y lo cierto es que, sin vaticinar lo que ocurrirá a partir de las 20:00 horas en el pabellón del Zaidín, todo apunta a que el triunfo tiene más probabilidad de quedarse en Granada.
La victoria se le ha resistido a un conjunto rojinegro consciente de los meses tan trágicos que ha tenido que atravesar. "Dentro de las derrotas hay que analizar las circunstancias que hemos tenido. Tenemos ese punto de frustración porque somos un equipo que trabaja bien en el día a día. En ciertos momentos no hemos dado el nivel de juego que debíamos, nos ha faltado esa continuidad necesaria, sobre todo, por capacidad física. Somos conscientes de la realidad y de que si se saca la victoria nos colocaremos en buena posición". Con la realidad asumida, la motivación sigue intacta. "Estamos motivados para sacar la victoria y, por otro lado, unidos. A pesar de las dificultades que hemos pasado, no nos hemos deshecho a nivel de química, complicidad y esfuerzo. Estoy seguro de que todo el trabajo que hemos hecho y todas las dificultades que hemos pasado tendrán su recompensa", aseveró Pablo Pin.
Gran parte de lo que se vea en el Palacio este domingo puede venir derivado de lo que ocurrió hace ya una semana en el Pazo dos Deportes. La derrota ante Río Breogán fue tan estrepitosa que la plantilla al fin ha hecho 'clic'. El propio Lluís Costa lo aseguraba en la entrevista concedida a este medio donde afirmaba que "Lugo había sido un golpe de realidad".
Aunque el cambio de mentalidad se ha producido, el técnico rojinegro quiso recalcar que el equipo "no estaba hundido". "Lugo fue uno de los peores partidos que he podido dirigir, no nos salio nada bien a ninguno. La respuesta que he visto del equipo es de empujar hacia la victoria. Es cierto que es difícil ir a peor, no solo en nivel de juego, sino también por las lesiones. Más que esperar un punto de inflexión, espero que el equipo salga con la confianza con la que entrena todos los días. Espero que, si se saca una victoria sea para reforzar el trabajo y, sobre todo las sensaciones, que volvamos a ser ese equipo competitivo que hemos sido".
Ganar el domingo no solo supone sumar un triunfo más al casillero, supone un respiro, una alegría necesaria para continuar el largo camino que es la ACB y la demostración de que el Covirán Granada sabe superar las adversidades. Pasó la anterior temporada ante Juaristi y puede repetirse en la Liga Endesa. Una derrota tan dolorosa puede, y suele, traer buenas noticias en el futuro. Ganar significará tachar de la lista a un rival directo por la permanencia, vencer será mucho más que un simple resultado en el marcador y la variación del balance en la clasificación al final de la jornada. Este partido es para revivir o caer.