Entrenados en criticar y no en reconocer, también en tiempos de #covid19

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Ciudadanos pasean con mascarillas por una calle de Granada | Foto: Javier Gea
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Estamos más entrenados en corregir y criticar que en reconocer. Vivimos tiempos en estos meses de pandemia donde las críticas sobresalen sobre los halagos. Es triste, pero es la realidad que vivimos. No hay unos que lo hacen todo bien y otros que lo hacen todo mal en el #covid19. Hay gente de todas las ideologías, de todas las tendencias, de todas las edades, de todos los sexos, de todos los colores, que se esfuerza. Y también hay gente de todos los colores y sabores que también comete errores.

¿Por qué cuesta tanto reconocer el trabajo de los demás?

Casi parece un milagro cuando tropiezas con un/a jefe/a (o compañero/a o pareja) que traslada a la realidad los mantras que nos repiten: “Hay que cuidar del trabajador, a la pareja, a los amigos”. Es importante que cada persona se sienta valorada. Y más formando parte de un equipo donde su labor es imprescindible. Para ello, es imprescindible practicar la empatía. Y ante ello, el afecto. El afecto emocional y físico, es uno de los pilares fundamentales de nuestra vida. Rodearnos de personas que nos aprecian, que nos quieren es un bálsamo para el alma. Dejarnos querer, mimar y achuchar, nos afloja las durezas emocionales que vamos acumulando a lo largo de los años. El problema es que a veces nos cuesta pedir ayuda. Esto dificulta poder recibir el afecto de los demás plenamente.

La autoestima depende en gran parte de tener más información sobre lo bueno de una persona que sobre lo que necesita corregir. Padres y madres invertimos más tiempo en corregir que en reconocer. La autoestima es el conjunto de creencias, percepciones, imágenes, pensamientos, evaluaciones, juicios y afectos sobre nosotros mismos, basándonos en nuestras experiencias. Es lo que yo pienso y siento sobre mí. Es ese sentimiento placentero y de aprecio que nos refuerza o desagradable y de rechazo que nos puede jugar malas pasadas y hacer sentir vulnerables, que nos acompaña cada día. La satisfacción de cada uno respecto de sí mismo. Autoestima fuerte y positiva para vivir y mejorar la salud: cuando no te gustas, enfermas. Para tener la autoestima alta, entrenémonos.

Yo creo que es importante que aprendamos a mirar a alguna gente que nos rodea con admiración. Y es que practicando el reconocimiento por los demás, aprendemos de ellos porque nos empapamos de lo que han sabido hacer bien para conseguir esa vida que tanto nos gustaría llevar a nosotros, como dice Luis Galindo. Porque cuando una persona brilla es porque tiene una luz interior hecha a base de muchos valores: esfuerzo, dedicación, sencillez, compañerismo, brillantez, disciplina… Y son todos estos valores lo que provocan esa luz que tanto nos gusta. Y cuando admiramos a esa persona, es cuando nos damos cuenta de ello. Y si empezamos a admirar a esa persona que tenemos a nuestro lado en casa, en el trabajo, en la Universidad, si nos acercamos un poco hasta ella para poder alumbrarnos con esa luz, aprenderemos como encender nuestra propia luz.

Podemos decir entonces, que las palabras curan. También duelen si las usamos para atacar, juzgar y menospreciar a los otros y a nosotros mismos. Curan si las utilizamos para expresar lo importantes que son las personas que están en nuestra vida.

Palabras de afecto que podemos utilizar para expresar lo que sentimos:

⁃ “Te quiero mucho”
⁃ “Eres importante para mi”
⁃ “Me ayudas y me apoyas en todo lo que puedes”
⁃ “Gracias por estar presente en mi vida”
⁃ “Tienes mi confianza”
⁃ “Gracias por escucharme y entenderme”
⁃ “Valoro tu amistad y la agradezco”
⁃ “Agradezco que la vida nos haya puesto en el mismo camino”
⁃ “Cuenta conmigo para lo que necesites”
⁃ “Cuídate”, “te ves muy bien”, “avisa cuando llegues”, “te extraño”, “estaba esperando tu mensaje”, “eres muy importante para mí”, “quiero pasar tiempo contigo”

Y para mejorar todo este reconocimiento, es importante tener en cuenta:

Uno. Reconocer que hay quien es mejor que nosotros en algo.

Dos. Enfocar nuestras oportunidades. Nadie es mejor que otro, todos tenemos nuestros talentos, fortalezas y habilidades y también nuestras áreas de mejora.

Tres. Buscar referentes. Para todo aquello que deseemos potenciar o mejorar busca un referente de ello al que admirar.

Cuatro. Primero tenemos que mirar para valorar y observar con atención, a todas y a cada una de las personas con las que nos cruzamos en nuestra vida.

Cinco. Dar valor a lo que observamos. Es fácil menospreciar. Cada vez que menospreciamos damos de comer a nuestras inseguridades y nos impide aprender.

Seis. Cambiamos nuestro diálogo interno. Cambiar nuestro disco interno y colocar otro. Buscar lo bonito, lo bien hecho, la ilusión, las ganas, la actitud… cambiar el “no es para tanto” por un “es buen trabajo”.

Siete. Aprender y mejorar.

Ocho. Ofrecer reconocimiento. Ahora es importante decirlo. Si nos gusta lo que hemos hecho, si nos permite aprender y mejorar, decírselo, reconocérselo, verbalizarlo, sacarlo del bolsillo, mirar de frente a nuestros miedos, a no estar a la altura, decirle por qué lo admiramos y cuanto aprendemos de él o ella.

Nueve. Agradecer. Dar las gracias por tener la oportunidad de tener a esa persona en nuestra vida, por tener la oportunidad de crecer y mejorar con su ejemplo.

Diez. Actitud de admiración. Maravillarse de cuanto nos rodea, sorprenderse, sentir curiosidad, apreciar a quien nos rodea, prestar atención a los detalles, tener una actitud de aprendizaje continuo, valorar, reconocer y agradecer cada día.

Y en estos elementos, destacó el acto de donar, la disposición de ser bondadosos, es más EMOCIONAL que RACIONAL. Existe un círculo virtuoso que conecta la bondad con la felicidad: cuánto más feliz se es, más se es bondadoso y eso hace a las personas más bondadosas y por tanto, más felices.

Y por ello, Patricia Ramírez, plantea 10 formas de potenciar la bondad:

1. Pensar cada mañana en un cumplido que podamos hacer a alguien
2. Pensar en un favor que podamos hacer, aunque sea pequeño
3. Sonreir a todo el mundo
4. Ser considerado/a
5. Ser generoso/a
6. Hacer el amor y no la guerra
7. Ser honesto/a y justo/a
8. No ser clasista, no hacer juicios de valor
9. No hay mejor receta para dormir que tener la conciencia tranquila
10. Sembrar, sembrar y sembrar, sin esperar a la cosecha

Entrenémonos en reconocer

Con un verbo a añadir a nuestra manera de hacer: RecoNoceR añadiéndole el valor de la Gente que suma: sonríe, ayuda a los demás, con energía positiva, poniendo corazón a los detalles, personas arrolladoras, con los que nos sentimos muy a gusto, y además lo logran sin aparente esfuerzo con un denominador común, el entusiasmo, el entusiasmo que mueve el mundo, el entusiasmo que es la energía que nos lleva hacia la felicidad, el entusiasmo que es sentir interés y placer al hacer las cosas, el entusiasmo que es sustituir una actitud pasiva a una activa y motivada, el entusiasmo que es hacer todo con un buen ánimo y que resulte agradable cumplir lo que hacemos, el entusiasmo que es perseguir los sueños y no abandonar el camino que lleva hasta ellos. El entusiasmo es la pasión por hacer lo que realmente nos motiva. Vivir esta energía conlleva una actitud de ilusión y apertura ante lo que se nos presenta.

Vivir con entusiasmo significa elegir explorar, mantener la ilusión, abrirse a las emociones y a la capacidad para experimentar. El entusiasmo es una forma de ver la vida, una actitud que nos ayuda a motivarnos y afrontar las situaciones que se nos presentan. También, la crítica es buena porque nos ayuda a mejorar como sociedad. Sin embargo, nos hemos olvidado de las palabras de afecto, esas que necesitamos todas las personas, realmente nos motivan para seguir adelante. Cuando una persona solo recibe crítica, no puede reconocer lo bueno que hay en ella porque su panorama de sí mismo es solo negativo.

RECONOCER es tan importante que se escribe igual al derecho que al revés. Reconocer es apreciar. Reconocer es hacer la vida mejor de quién tienes al lado. Reconocer es regalar afecto. Reconocer es agradecer un detalle, un esfuerzo, una actitud. Reconocer es decirle al otro, a la enfermera que es importante, que lo que hace es importante, que lo que hace tiene un sentido. Cuán importante es RECONOCER y cuanta falta hace que se trabaje más y mejor el RECONOCIMIENTO. Y más en estos tiempos de la covid, donde es necesario SUMAR. Vayamos al gimnasio a aprender a reconocer.