Alejandro Villanueva, el pionero español en la NFL: "Tengo el sentido del humor gaditano y la malafollá granadina"
El jugador de los Baltimore Ravens, de ascendencia motrileña, se retira tras siete años en la élite, en los que ha logrado jugar en dos ‘Pro Bowl’ y ganar 33 millones de dólares
A sus 33 años, su vida podría servir como inspiración para un buen guion de una película de Hollywood. Alejandro Villanueva, hijo de un militar vasco y de madre motrileña, nació por esas cosas del azar, o del destino, en una base naval en Meridian (Misisipi) en Estados Unidos, país al que se marchó muy joven con la ilusión de conseguir el sueño americano al que tantos aspiran. Sin duda, lo ha culminado. Han sido muchas experiencias acumuladas que, ahora, tendrán otro capítulo con la decisión que tome para decidir hacia donde marcará su nuevo rumbo tras anunciar su retirada como jugador profesional de la Liga Americana de Fútbol Americano (NFL), pese a quedarle aún un año de contrato con su último equipo. Atrás quedan siete temporadas en las que, tras un fugaz paso por los Philadelphia Eagles, firmó contrato con los Pittsburgh Steelers, con quien jugó seis años, y cerró su último curso con los Baltimore Ravens. En ese tiempo, fue elegido para jugar en dos ‘Pro Bowl’ (All Star), ganó 33 millones de euros y se ganó el respeto de este país. Antes de esas apasionantes campañas como profesional, el jugador hispanoamericano estuvo en la prestigiosa Academia Militar de West Point y fue un héroe de guerra estadounidense en Afganistán.
En su juventud, Alejandro Villanueva vivió entre Estados Unidos, España y Bélgica. Su padre, oficial de la Armada española, trabajaba para la OTAN, por lo que tuvo diferentes destinos. En concreto, en España disfrutó de Motril y del Puerto de Santa María, donde comenzó a jugar al rugby, quizás inspirado por su tío Marco, que se formó con el Club de Rugby Chana, donde llegó a ser internacional juvenil, y formó parte del Universidad de Granada en Primera División. Alejandro también llegó a jugar con la selección española al igual que su hermano Iñaki, olímpico con España en rugby a siete en Río de Janeiro.
Su imponente físico, con 2’06 de altura, su fuerza física y sus habilidades le permitieron destacar en el mundo del deporte hasta el punto de que, cuando vivió en Bélgica, probó con el fútbol americano y le gustó tanto que, cuando decidió ingresar en la Academia Militar de West Point, jugó en su equipo universitario.
Antes de hacerse jugador profesional, Villanueva estuvo en el ejército, donde fue capitán y estuvo en tres ocasiones en Afganistán, por cuyas acciones se le concedió la Estrella de Bronce, al rescatar a varios soldados durante un tiroteo. En 2014 decidió afrontar su reto de jugar en la NFL con el propósito, además, de conseguir dinero para pagarse un máster que le permitiera tener un futuro laboral una vez retirado del ejército. No le pudo salir mejor su apuesta ya que, tras un fugaz paso por los Philadelphia Eagles, logró convencer al entrenador principal de los Pittsburgh Steelers, eso sí, cambiando de la línea defensiva a la ofensiva -para jugar como offensive tackle - y subiendo su peso hasta los 150 kilos. Debutó en la NFL un 10 de diciembre de 2015 con 26 años contra los New England Patriots del mítico Tom Brady. A partir de ahí, ya todo lo demás es historia. Se convirtió en el gran pionero español en el fútbol americano, fue elegido durante dos años para jugar en 2017 y 2018 el ‘Pro Bowl’, el partido de las grandes estrellas, y jugó 113 partidos oficiales, 107 como titular, ganándose el respeto de público y compañeros.
En todos estos años, Alejandro Villanueva ha seguido manteniendo su doble nacionalidad, y no ha habido verano que no haya regresado a España, tanto a Cádiz como a Motril para pasar las vacaciones con su familia granadina, ya que no olvida nunca sus raíces y por ello presume un carácter “con el sentido del humor gaditano y la malafollá granadina”. GranadaDigital ha tenido la oportunidad de hablar con él sobre su paso por la NFL, su retirada y sus vínculos con Granada.
Pregunta (P): ¿Por qué has decidido retirarte?
Respuesta (R): Empecé mi carrera en la NFL con el objetivo de poder financiar un máster y hacer una transición del ejército a la vida civil. Cuando terminé el máster y mi contrato con los Steelers tuve un último objetivo de comprar una casa en España para mis padres y poder ir todos los veranos a Andalucía. No fue una decisión difícil ni tampoco emocional porque no crecí viendo el fútbol americano y no pienso que mi carrera deportiva esté terminada, simplemente cambiará a otros deportes y no será remunerada de la misma forma.
(P): ¿Cuáles son los mejores recuerdos que te llevas de tu paso por la NFL?
(R). En el campo siempre estaba muy concentrado. No tengo recuerdos específicos. Fueron ocho años de trabajo y esfuerzo para hacerlo lo mejor posible cada jugada. Los recuerdos que tengo son de mis amigos, mis hijos naciendo, la casa en Pittsburgh o en Baltimore, entrenar en Cádiz antes de cada temporada, y todas las supersticiones que tenía como atleta que ahora me hacen reír.
(P): Tuviste que esforzarte mucho para llegar tan alto. Echando la vista atrás, ¿ha merecido la pena?
(R): Eso espero, es difícil hacerse esas preguntas. Cuando eliges un camino en la vida, cierras otras oportunidades. Ser un atleta profesional dura muy poco y la vida es muy larga. Hay veces que tengo la sensación que he perdido mucho tiempo en un deporte del que no podré aprender toda mi vida. Pero también pienso que la oportunidad de aprender los conceptos de ese entorno es algo muy privilegiado. Supongo que en algunos años podré darte una mejor respuesta.
(P): ¿Te sientes un pionero español en un deporte tan poco practicado en España?
(R): Sí, claro. Me siento un pionero español en Estados Unidos en muchos aspectos porque no hay una presencia española en Estados Unidos como la hay con los italianos, irlandeses, alemanes o holandeses. Creo que el ser español siempre me ha ayudado mucho en un deporte como el fútbol americano en el que hace falta “echarle muchos huevos”. Porque huevos al español no le faltan.
"Creo que el ser español siempre me ha ayudado mucho en un deporte como el fútbol americano en el que hace falta “echarle muchos huevos”. Porque huevos al español no le faltan"
(P): ¿Cuáles son las principales diferencias que ves en el deporte de España y de Estados Unidos, tanto en el trabajo de base como en el deporte profesional?
(R): Los deportes que se practican en España son deportes que requieren una dedicación desde muy pequeño. Un atleta tiene que decidir si se va a dedicar al fútbol o al tenis (por nombrar los dos deportes estrella en España) a una edad muy joven. En Estados Unidos se practican más deportes que son compatibles durante la juventud y van muy unidos al colegio. Esto permite un balance en el que los atletas pueden probar más deportes. También requiere más organización y dinero. Este sistema puede ocurrir gracias a la participación de la comunidad en el deporte. Los partidos de instituto están llenos, hay entrenadores dispuestos a entrenar, y el entorno colegial es capaz de asegurar un nivel de participación y disciplina que a lo mejor no existe en pequeños clubs. El problema en Estados Unidos es que, una vez que termina esta época, los atletas dejan el deporte completamente. En España hay una afición mucho más grande al ejercicio y al deporte como complemento para una vida sana. No está tan organizado, pero las instalaciones públicas y el tener más tiempo libre hace que la gente esté más ligada al deporte de por vida.
(P): ¿A qué te vas a dedicar ahora?
(R): No lo sé todavía, me tomaré un tiempo para reflexionar y veré qué oportunidades hay.
(P): ¿Cuánto hace que no vienes por España?
(R): Voy todos los años en verano, eso será algo innegociable en mi vida. Ahora que he terminado espero ir más.
(P): ¿Y cuánto hace que no vienes por Granada y Motril?
(R): Voy todos los años. Tanto la familia de mi padre como la de mi madre viven ahí. Es un sitio al que llevo yendo todos los años de mi vida, excepto hace dos años con el Covid-19. Es muy difícil para mí pensar que no iré todos los años.
(P): ¿Mantienes algún vínculo con Granada?
(R): He vivido en 18 ciudades a lo largo de mis 33 años. Cualquier persona diría que no tengo lazos con ningún sitio. Pero Cádiz y Granada han sido siempre los dos sitios de los que he sacado todos mis valores. Hablo motrileño perfectamente.
"Pero Cádiz y Granada han sido siempre los dos sitios de los que he sacado todos mis valores. Hablo motrileño perfectamente"
(P): ¿Dónde vives ahora en Estados Unidos, en qué estado y ciudad?
(R): En Miami, cerca de la calle Granada y la calle Alhambra.
(P): Empezaste jugando al rugby. ¿En qué posición jugabas?
(R): Sí, de flanker (tercera línea).
(P): Tu tío Marco fue también jugador de rugby. ¿Influyó en algo para que practicaras este deporte?
(R): Claro. Marco siempre fue un tío que se preocupó mucho por nosotros. Pasó mucho tiempo enseñándonos deportes. De los él aprendí el espíritu competitivo que tiene y que tanto me ha empujado en la vida a superarme.
(P): ¿Crees que podrías haber jugado unos JJ.OO. con España como tu hermano Iñaki si hubieras seguido?
(R): Jugué en la selección española de rugby. No sé si hubiese sido tan efectivo al rugby a siete como él.
(P): ¿A qué otros deportes eres aficionado?
(R): Aprendí a nadar en el Club Náutico de Motril, donde se conocieron mis padres. La natación me gusta mucho y ahora practico deportes en los que una cerveza es tu trofeo.
"Ahora practico deportes en los que una cerveza es tu trofeo"
(P): Tu vida parece un guion de película: héroe militar, triunfo en el deporte profesional, 33 millones de euros ganados en la NFL… ¿Te sientes un hombre afortunado?
(R): No sé si es de película. Mi vida es más sobre los sitios en los que he estado y la gente que he conocido. Desde ese punto de vista me considero muy afortunado de tener un vínculo tan fuerte con Andalucía y su gente.
(P): ¿Te ha ayudado tu preparación militar en el deporte profesional?
(R): Puede ser. Lo que más me ha ayudado es ser medio jirafa.
(P): Por cierto, ¿por qué decidiste irte a vivir a Estados Unidos y por qué la carrera militar? ¿Por vocación?
(R): No por vocación. Creo que en cualquier ecosistema tienes miembros que deciden explorar diferentes oportunidades. No me siento diferente a los millones de inmigrantes europeos que fueron a Estados Unidos en busca de ‘el sueño americano’. Las oportunidades después del 2008 en España y en Andalucía fueron bastante escasas. También tenía mucha curiosidad por la guerra y en saber qué tipo de soldado sería en combate.
(P): ¿Cuánto ha forjado tu carácter Afganistán y qué recuerdos tienes de la guerra?
(R): Tengo muchos recuerdos de Afganistán. Es un lugar que siempre ocupara un espacio muy especial en mi vida. Mi carácter fue forjado en las playas de Andalucía con mi familia, aprendiendo de las lecciones de todos los que me ayudaron a ser un hombre.
"Mi carácter fue forjado en las playas de Andalucía con mi familia, aprendiendo de las lecciones de todos los que me ayudaron a ser un hombre"
(P): Naciste en Estados Unidos, pero te criaste en Cádiz y tienes ascendencia granadina. ¿Tienes algo de carácter andaluz?
(R): Lógicamente, tengo el sentido del humor gaditano y la malafollá granadina.