Eduardo Valenzuela: "Preservar el futuro de la estación de esquí de Sierra Nevada ahora pasa por la nieve artificial"

El sempiterno director de la estación de esquí granadina se jubila tras casi cuatro décadas en un cargo en el que ha vivido la gran transformación del complejo invernal

Entrevista Eduardo Valenzuela
Eduardo Valenzuela se jubila tras toda una vida al frente de la estación de esquí de Sierra Nevada | Foto: Antonio L. Juárez
Juan Prieto
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Tras casi 50 años de trabajo incansable en Sierra Nevada, la mayor parte de ellos como director de la estación de esquí,  Eduardo Valenzuela (Granada, 1955) ha decidido jubilarse. Atrás queda una excelente labor que ha sido parte fundamental de los éxitos de organización de eventos deportivos en la montaña granadina, desde los inolvidables Campeonatos del Mundo de 1996 hasta la actualidad, pasando por Mundiales o Copas del Mundo FIS de snowboard, freestyle o esquí alpino o la Universiada. Han sido multitud de acontecimientos saldados siempre con sobresaliente gracias a una experiencia acumulada desde que llegó a Cetursa de la mano de Jerónimo Páez en 1987. Antes había sido director de la Escuela Española de Esquí, de la que fue profesor durante diez años, y también se convirtió en un colaborador imprescindible de la Real Federación Española de Deportes de Invierno y, en 2018, fue nombrado miembro del Consejo de la Federación Internacional de Esquí. Políglota y estudioso, su talante tranquilo y conciliador siempre han brillado en una estación que ya le echa de menos y de cuya experiencia puede aprovecharse para escuchar sus consejos, muchos de los cuales desvela en esta entrevista con GranadaDigital.

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Pregunta (P): Ha llegado el momento de la jubilación.

Respuesta (R): Llega un momento en la vida en que uno tiene que tomar la decisión y he preferido tomarla en un momento de plenitud. Podría haberme quedado, pero pensé que para estar en ese puesto tienes que estar a tope. Ese trabajo es muy duro desde el punto de vista físico y psicológico y hay que saber cortar antes de que empiece a ser una carga para los demás. 

P: Cuando uno llegue a la estación de esquí y no vea a Eduardo Valenzuela va sentir que le falta algo, después de tantísimos años. 

R: He dejado muchos amigos por allí, tanto en Cetursa como en el entorno. Y sigo yendo de vez en cuando y, en lo que puedo, hecho una mano. Intento no interferir, porque ese no es mi papel, pero he estado mucho tiempo en esa empresa y me gustaría que las cosas siguieran yendo bien.

P: ¿A qué te vas a dedicar a partir de ahora? 

R: Mi ocupación principal es un nieto que llegó hace año y pico y que ahora mismo cuando entra por mi casa es como si amaneciera. Es una cosa magnífica. Eso me da una gran satisfacción. Y luego mantengo aficiones que he tenido siempre. Sigo esquiando, que me gusta mucho. También leo. Ahora estoy leyendo en inglés un libro de Gibbon, ya voy por el tercer tomo; son mil páginas y voy por la 270. Es 'The History of the Decline and Fall of the Roman Empire'. El siguiente libro será en francés, el último de Amin Maalouf, y tengo otro en cola en español que se llama 'El imperio infinito', que vi el otro día el recorte de prensa. Me interesa ese periodo de la antigüedad tardía que tan bien describe Gibbon. 

Eduardo Valenzuela, durante su entrevista con GranadaDigital | Foto: Antonio L. Juárez

Eduardo Valenzuela, durante su entrevista con GranadaDigital | Foto: Antonio L. Juárez

P: O sea, que vas a tener ocupado tu tiempo en satisfacciones personales.

R: He tenido una vida, digamos, hacia el exterior, siempre con los clientes, los trabajadores o mis compañeros en Cetursa. De alguna forma, aunque no lo quisiera, he sido una referencia durante mucho tiempo y la gente me llamaba a mí para saber cómo hacer las cosas. Eso tenía que acabarse. Tengo que volver a centrarme en mí y hacer otra cosa diferente. Todavía me queda algún tiempo para hacerlo distinto. 

P: Comenzaste como profesor de esquí y acabaste como director de la Estación.

R: Abandoné la universidad por el esquí y ese error me hizo pensar que tenía que trabajar más que los demás para llegar al mismo sitio. He estado mucho tiempo en un sitio que no es fácil mantenerse (Cetursa), la prueba es la cantidad de gente que ha salido de puestos de responsabilidad. Pero he permanecido tanto tiempo, en primer lugar, porque me he dado una mano de trabajar tremenda. Y, en segundo lugar, porque entendí que tenía que adquirir determinadas competencias y salir fuera de mi mentalidad de granadino. Jerónimo Páez me espetaba de vez en cuando: "Eres muy granaíno". A mí aquello me molestaba, pero tengo que reconocer que llevaba razón. Él fue el que me enseñó a abrir los ojos, me mandó fuera, aprendí con los mejores que había en el mundo: el canadiense Paul Matthews, el suizo Guy Praplan o el francés René Sulpice… Eran los mejores de ese momento y aprendí con ellos. Fue duro, porque veía poco a mi mujer y mis hijos, estaba siempre fuera. En ese tiempo tú y yo coincidimos y sabes cómo fueron de difíciles los años de los Campeonatos. Pero entendí que tenía que aprender y creo que lo conseguí. Aprendí unas habilidades que luego me han permitido desarrollar un trabajo a lo largo de mucho tiempo. 

Jerónimo Páez

P: Y viviste la gran transformación de Sierra Nevada desde la entrada de Jerónimo Páez. 

R: Jerónimo no era una persona fácil para convivir con él. Sin embargo, hoy sigue siendo amigo mío. Después de irse de Cetursa, alguna vez he tenido algún problema y lo he llamado. Me iba a su despacho, le planteaba el problema y, después de dos horas de voces y peleas, salía con una idea más clara del problema y de cómo plantearlo. Jerónimo tuvo una posición muy importante para descubrir Sierra Nevada, para subirla a otro nivel diferente y eso siempre permanecerá. 

P: Hubo tres claves fundamentales para la transformación de Sierra Nevada que llevó a cabo Jerónimo Páez: la conexión de Borreguiles con Pradollano a través de la pista El Río, la instalación del sistema de producción de nieve y la construcción de la Plaza de Andalucía con un parking de casi 3.000 plazas.

R: Estoy de acuerdo, aunque casi lo dejaría en dos claves, porque la pista de El Río y la nieve artificial eran lo mismo. La idea era el telecabina Al-Ándalus, la nieve artificial y, antes, abrir la pista de El Río con el entubamiento del río Monachil durante 700 metros. Eso hizo que se pudiera conectar arriba y abajo. Sin eso, no se hubiera podido desarrollar Sierra Nevada. Y el segundo gran proyecto fue la plaza de Andalucía, el gran aparcamiento de 2.800 plazas, una serie de edificios y un centro urbano con empaque. Se hizo al estilo de Whistler, una estación de Columbia Británica en Canadá. Otras cosas se quedaron en el tintero, pero esos fueron los grandes desarrollos que siguen posibilitando que Sierra Nevada venda al nivel que vende, que lo hace fenomenal. 

P: También se hicieron cosas mal en Pradollano, sobre todo, en los años 70 y 80 a nivel urbanístico.

R: Un desarrollo tremendo del área urbana cuando no había servicios para atenderla, de hecho, es un problema que sigue estando hoy. Lo que pasa es que las cosas evolucionan y cambian. Hoy hay una cantidad enorme de alojamientos turísticos allí, que no estorban como en otros sitios. En el Albayzín a los vecinos les molesta, pero en Sierra Nevada es muy positivo que se hayan desarrollado esos apartamentos turísticos, que ha hecho que los propietarios inviertan en poner los apartamentos bien. Ahora hay un problema de movilidad en el interior de la urbanización que hay que resolver. Ese es uno de los grandes retos para Cetursa, para el Ayuntamiento de Monachil y para los que tienen allí apartamentos. 

Valenzuela repasa su trayectoria al frente de Sierra Nevada y el futuro de la estación de esquí | Foto: Antonio L. Juárez

Valenzuela repasa su trayectoria al frente de Sierra Nevada y el futuro de la estación de esquí | Foto: Antonio L. Juárez

P: Ha quedado en la memoria de todos el gran éxito de los Campeonatos del Mundo y la intensidad con la que la provincia vivió ese acontecimiento. Y el legado de una serie de multimillonarias inversiones que hoy día sería impensables. 

R: Eso es así. Es verdad que se cometieron errores en ese proceso, pero España ha llegado a una situación en la que cualquier iniciativa es muy difícil de llevar adelante. Hacer cosas nuevas o diferentes es difícil. Hoy, efectivamente, esa inversión sería prácticamente imposible. Con todo eso, en los últimos tiempos, gracias a los fondos de la Unión Europea, se han conseguido realizar inversiones muy importantes que eran absolutamente necesarias, porque en este negocio hay que invertir constantemente. La única manera de sobrevivir es invertir.

Mundiales de 1996

P: ¿Qué recuerdos tienes los Mundiales del año 96? 

R: Un recuerdo magnífico. Los que participamos en esa aventura nos hemos sentido marcados por el resto de nuestras vidas por ese evento. Mi vida ha estado condicionada por aquella aventura que viví durante varios años, del año 87 hasta el 96. Fue una cosa tremenda, estábamos en la cresta de la ola. En aquel tiempo nadie preguntó cuánto costaba eso o, si lo preguntaban, no tenía tanta relevancia. La pregunta era: "¿Eres capaz de hacerlo?". Y conseguimos hacerlo y sobrevivir. Aquello fue fantástico. Todavía lo recuerdo y cuando hablo con algunos de los que participaron en aquello, siguen teniendo esa misma sensación de que aquella fue una ocasión única en la vida de los que estuvimos implicados. 

P: Es inolvidable porque no solo fue trabajar por un proyecto para tu ciudad y tu país, y sentirte orgulloso de eso, sino la experiencia de conocer una cantidad de gente increíble. Algunos desgraciadamente se quedaron en el camino, como es el caso de Paco Fernández Ochoa, fundamental en aquella candidatura, o de Manolo Santaella, la voz de Sierra Nevada. 

R: Tú y yo compartimos esas amistades. Cuando acabaron los Campeonatos, Paco Fernández Ochoa se quedó en una posición muy crítica hacia Sierra Nevada, lo cual hizo que se apartara de mí. Cuando se puso enfermo, Jerónimo Páez se empeñó en que fuéramos a un homenaje que le hicieron en Cercedilla. Fui con él y con Encarnita Terrón en mi coche. Allí estuvimos y tuve la suerte de poder reconciliarme con él, de darle un abrazo antes de que se fuera. De eso me siento muy orgulloso. A su hija Paula se lo he contado cuando nos hemos encontrado, porque tuvimos la ocasión de arreglarlo. En cuanto a Manolo Santaella, le pasó lo mismo que a mí. Él estaba en la radio y yo en la Escuela Española de Esquí. Y vino Jerónimo y nos dijo: "Dejad lo que estáis haciendo y venid conmigo", igual que Jesús les dijo a los apóstoles. Manolo y yo estuvimos hablando y nos metimos juntos en la aventura y fue magnífico. A Manolo también lo echo mucho de menos, era una magnífica persona. 

P: Has recorrido las mejores estaciones de esquí del mundo. ¿Con cuál te quedas? ¿Y en qué lugar queda Sierra Nevada en la actualidad en comparación con las demás? Porque muchas veces se llena la boca al decir que es una de las mejores estaciones del mundo. 

R: Exageramos. Sierra Nevada no está en el top de las mejores estaciones del mundo y no hay que plantearse eso. Sin embargo, somos capaces de ofrecer un producto que es muy interesante con un apoyo social enorme. Eso es lo que hace que sea sostenible, un mercado y una cantidad de gente enorme que interesada en venir y en practicar deportes de nieve. Y porque Sierra Nevada ha sido capaz de vender para una sociedad que es diversa. Hace 30 años las estaciones de esquí tenían un producto para un único tipo de cliente. Hoy día, con una sociedad tan diversa, con intereses diferentes, Sierra Nevada está mejor que muchas, es capaz de vender para todos, para jóvenes, mayores, hombres, mujeres... Hay un 46 o 47 por ciento de mujeres. Ese equilibrio hace que sea sostenible a largo plazo. Y hay muchas prácticas distintas y grupos diferentes. Por ejemplo, gente joven que va a los parques de nieve o grupos de competición, porque hay muchos padres que quieren que sus niños participen en ese tipo de actividades organizadas y en Sierra Nevada se hacen estupendamente. También hay un número enorme de ‘peatones’. Cetursa vende más de 250.000 tickets al año a personas que no esquían, pero que vienen a tocar la nieve y tienen que poder disfrutar allí. Sierra Nevada es capaz de vender a un público diverso y esa es una fuerza tremenda, lo que hace que sea un negocio con futuro. Ahora, Dolomiti Superski (Italia) para mí sería la número uno del mundo. También Zermatt (Suiza), Saalbach-Hinterglemm (Austria), Whistler Blackcomb (Canadá) o Vail en Colorado (Estados Unidos)... Esas son el primer nivel. Nosotros estamos un escalón por debajo, pero tenemos una cosa que es superatractiva. 

"Lo que tiene que intentar Cetursa es utilizar mejor el dominio esquiable que tiene", sostiene Valenzuela | Foto: Antonio L. Juárez

"Lo que tiene que intentar Cetursa es utilizar mejor el dominio esquiable que tiene", sostiene Valenzuela | Foto: Antonio L. Juárez

P: Desde el punto de vista de la explotación comercial, ¿qué le falta a la estación de esquí para mejorar? 

R: Sierra Nevada está rodeada por el Parque Nacional y pensar en mover los límites del Parque no es fácil, no es que no se pueda, pero no es fácil. Cetursa no debería plantearse ese objetivo. Lo que tiene que intentar más bien es utilizar mejor el dominio esquiable que tiene. Para eso hay que favorecer la circulación perimetral y conseguir que no solamente la parte central esté llena de gente, sino que los laterales también. Se han hecho cosas muy interesantes en estos años, como la conexión entre la zona de la Laguna de las Yeguas y la Loma de Dílar. Desde lo alto del Veleta puedes bajar a la Laguna, coger un telesilla, bajar la Loma de Dílar y llegar hasta Pradollano. También desde lo alto del Veleta puedes ir por la pista del Águila, que es la mayor de España en longitud y desnivel, con 6 kilómetros y 1.200 metros de desnivel, y llegar a Pradollano. Pero la vuelta para subir al Veleta, por ejemplo, desde la urbanización, Telesilla Virgen de las Nieves, es un escalón intermedio y faltan el de abajo y el de arriba, eso no está bien resuelto. Quiero decir que, favoreciendo la circulación en el perímetro, se puede alcanzar una mejor distribución de la gente en el dominio urbano y se pueden aceptar más esquiadores. 

Ampliación área de nieve

P: ¿No eres partidario entonces de la ampliación del área nieve? 

R: No, no he dicho eso. Los límites del Parque Nacional se hicieron contra Cetursa y fue un error que Cetursa se desentendiera de ese problema, pero eran las consignas que había en ese momento al final de los años 90. Recibí instrucciones de no meterme en ese tema. Los límites del Parque Nacional, consiguiendo los mismos objetivos ambientales que había, se podían haber hecho un poco diferente para que fuera más fácil la explotación del dominio esquiable. Pero eso se hizo, fue un error, y ahora mismo no es fácil resolver, porque sería cambiar una ley en el parlamento español y lo veo complicado. Lo que quiero decir es que, teniendo en cuenta esa situación, y que los políticos tendrán que ver cómo se resuelve lo de los límites del Parque, lo que tiene que hacer Cetursa es aprovechar lo mejor posible la situación que tiene.

P: ¿Qué carencias tiene la gestión de la urbanización?

R: Hace una semana me llamó el alcalde de Monachil para pedirme que sea el pregonero de las fiestas de la Virgen de las Nieves, que son el 3 de agosto. Y me dijo que podía decir lo que quisiera. Le contesté. "Alcalde, probablemente voy a decir cosas que no te van a gustar (ríe), para pedirte que te impliques más". El Ayuntamiento de Monachil está en un proceso de mayor implicación en Sierra Nevada y eso es muy positivo y hay que agradecerlo. Pero hay cosas que no tienen que ver con el dinero, sino problemas que se pueden resolver simplemente empeñándose en hacerlo. Por ejemplo, el Ayuntamiento tiene que exigir a los propietarios que limpien sus parcelas, no puede ser aquello un estercolero. Otro ejemplo, la limpieza de la nieve. Es algo ahora mismo deficiente, pero, además, tiene un problema, que es que lo que se limpia es el vial principal y no se limpian las entradas a los edificios, con lo cual la gente no puede llegar a la puerta de su casa. Fastidian a los que alquilan apartamentos. Incluso, aunque lo pagaran los propietarios, tendría que haber alguien que prestara ese servicio, que puedas llamar y pedir que se limpie el vial de entrada a tu casa y que se pague lo que sea. Eso ahora mismo no existe. Son cosas que el Ayuntamiento tiene que resolver y en esa línea hay que trabajar con ellos. 

Eduardo Valenzuela desgrana la situación de Sierra Nevada y su crecimiento en los últimos años | Foto: Antonio L. Juárez

Eduardo Valenzuela desgrana la situación de Sierra Nevada y su crecimiento en los últimos años | Foto: Antonio L. Juárez

P: ¿Habría que mejorar los accesos de Granada a Pradollano o con los que hay es suficiente?

R: Es mejor que esa carretera se arregle como quiere hacer ahora la consejería de Fomento, que se dejen bien los taludes y se organice el tráfico, antes que hacer viales nuevos. Ahora, lo que sí pienso también es que hay que utilizar bien lo que ya existe. Por ejemplo, la carretera que baja por el Dornajo, no entiendo por qué siempre se queda fuera. Los ramales que entran y que se han utilizado ahora cuando se ha cortado la carretera por distintos desprendimientos, que van a Güéjar o Monachil, también tienen que poder utilizarse en algún momento. En los momentos puntuales en los que hay mucha demanda hay que utilizar todos los medios que tienes. 

P: La estación sí echa de menos que haya mejores infraestructuras en comunicaciones de Granada con el resto de España. 

R: Totalmente de acuerdo. Es evidente. Eso tiene un efecto, pero no solamente para Sierra Nevada, sino para el conjunto de Granada. Es que no es tan fácil venir aquí. Ahora que por mi edad tengo un precio especial en el tren, lo uso, pero las conexiones no son tan buenas ni suficientes. Y resulta que coges el tren y, al cabo de una hora, todavía estás más lejos de Granada que cuando saliste. Y por un camino que vas a 40 por hora. A otras ciudades llega el AVE y aquí llega el abejorro (bromea).

Medioambiente

P: ¿Tienen razón los que denuncian daños medioambientales en Sierra Nevada por culpa de la estación de esquí? 

R: No estoy de acuerdo. Necesitarían una visión más racional y menos pasional de las cosas. La experiencia demuestra que quemar a la bruja nunca ha conseguido acabar con el mal de ojo. El que ve en Cetursa a esa bruja está completamente equivocado. Cetursa está haciendo más esfuerzos que nadie en su casa y todos tenemos que hacer ese esfuerzo. Pero Cetursa, por ejemplo, la obra en el sistema de nieve artificial ha hecho que el consumo energético en la producción de nieve sea la mitad de lo que había antes. Cetursa está en un camino de buscar una mayor sostenibilidad. Los problemas generales son los de las calefacciones de las casas o el transporte con los vehículos, es decir, problemas de tipo general. En los problemas específicos de Sierra Nevada, por ejemplo, la nieve artificial de hoy no tiene nada que ver con la de hace 20 o 30 años. Es mucho más sostenible el sistema de ahora.

P: En cualquier caso, la nieve se produce con agua y aire muy fríos que, con la temperatura ambiental, se convierte en nieve.

R: Efectivamente, artificial es el proceso de producción, pero es, exclusivamente, agua y aire. 

P: Quizás esas críticas lleguen por el desconocimiento de cómo funciona el sistema por parte de quien lo critica.

R: Tanto en el tiempo que estaba yo como ahora, Cetursa necesita explicarse mejor. Hay que hacer ese esfuerzo. Ahora quieren tomar una serie de iniciativas en esa dirección y a mí me parece que está muy bien pensado. 

Eduardo Valenzuela conversa con GranadaDigital | Foto: Antonio L. Juárez

Eduardo Valenzuela conversa con GranadaDigital | Foto: Antonio L. Juárez

P: También ha habido muchas críticas sobre la procedencia del agua que se utiliza para la producción de nieve. Se utiliza agua de la balsa, se hace la nieve, se derrite y parte de ese agua regresa a la balsa.

R: Efectivamente. Hace poco la Universidad de Granada trajo un profesor americano que había hecho una serie de estudios en Colorado y dijo que podía calcularse lo que se pierde, que está entre el 10 y el 20 por ciento. Eso es algo razonable, se pierde por sublimación. El agua está continuamente evaporándose y la nieve natural, también. Son procesos naturales. Es más, en la nieve natural pasa más que en la nieve artificial porque la nieve natural es más compacta y tiene mejor conductividad térmica.

P: Hablamos tanto de nieve producida porque hay un cambio climático y es evidente que antes nevaba mucho más.

R: Cambio climático ha habido siempre. Gracias a lecturas que he compartido con Jerónimo Páez, he visto un libro de un profesor americano que se llama 'El destino fatal de Roma' donde varios factores, como epidemias o el cambio climático, produjeron una serie de desastres también en aquel tiempo. Y en las guerras del siglo XVII también se produce el mismo fenómeno. Es decir, ahora hay un cambio climático, como ha habido siempre, quizás más rápido, se ha acelerado, pero a lo largo de la historia ha funcionado así. El cambio climático es auténtico de hecho, siempre lo ha habido y ahora lo hay más. La cuestión está en cómo reaccionas tú a eso. Hay una frase de Hamlet que dice: "¿Qué es más elevado para el espíritu, sufrir los golpes y dardos de la inestable fortuna o tomar las armas contra un piélago de calamidades y haciéndole frente a acabar con ellas?". Creo que esa segunda opción es mejor. El cambio climático requiere una reacción, lo que no vale es que digas te quedas en casa y no hacer nada. El hombre no hubiera progresado con esa mentalidad. Cuando tienes un problema se trata de que te enfrentas a él, ves cómo te adaptas y cambias la forma en que estás haciendo las cosas y superas ese problema o te adaptas a la nueva situación.

Cambio climático

P: ¿Pone en peligro ese cambio climático a la estación de esquí?

R: Claro que la pone en riesgo, pero el riesgo fundamental que tiene la estación de esquí ahora mismo es si no se toman las medidas para adaptarse a la nueva situación y, a veces, los procedimientos ambientales tan largos hacen que uno no pueda tomar las decisiones en el momento correcto y vaya con retraso. Es decir, hay que tomar determinadas medidas, pero hay que tomarlas ya. Y en España, lo hablábamos antes, pues quizás no solo es una sociedad democrática, es también una sociedad burocrática. Los procedimientos tienen que acelerarse y ser más claros y más fáciles.

P: ¿Y qué medidas son las necesarias para preservar el futuro de la estación? 

R: Preservar el futuro de la estación ahora pasa por la nieve artificial. Ventanas de frío se siguen produciendo, lo que pasa es que antes duraban dos semanas y ahora duran tres o cuatro días. Un objetivo que habría que plantearse es ser capaces de producir en 72 horas tanta nieve como para ser capaces de vender (forfaits) a un precio normal. Ese sería un planteamiento que ya hice en su momento estando dentro y que, afortunadamente, se ha llevado a cabo. La inversión que se ha hecho en la nieve artificial del último periodo es la más importante porque los remontes se ven mucho, pero la nieve artificial ha tenido un cambio tremendo. Donde había tres supercompresores de 1.200 kw. se han quitado y se han puesto de 400 kw. Realmente, se ha bajado el consumo a la mitad.

P: Hay más cañones, se hace más nieve y, además, de forma más rápida.

R: Y se hace también con otros umbrales. Antes tenías que empezar a producir a 4 grados bajo cero, temperatura húmeda, que es igual que la seca cuando la humedad es el 100%. Pero con 0 grados de temperatura, 50% de humedad. Eso ya son menos 4 grados húmedos. Ahora los cañones arrancan a 1,5 o 2 dos grados bajo cero temperatura húmeda. El cambio climático en esos 20 o 30 años no ha cambiado 2 grados y la innovación es constante en ese campo.

P: Has colaborado mucho con las federaciones andaluza y española. En España hemos tenido esquiadores por generación espontánea, como el caso de Paco Fernández Ochoa, su hermana Blanca o María José Rienda, pero no termina de consolidarse España como una potencia de los deportes de invierno. Y da la sensación de que la estaciones en España están más para uso de ocio comercial que deportivo.

R: El deporte de la nieve está infrafinanciado en España. Hay que hacer un esfuerzo por mantenerlo y las estaciones de esquí tienen que participar en eso. Hay compañeros en otras estaciones del norte de España que piensan que si se hacen cosas para la competición se lo quitan a los clientes. Esa es una visión antigua. El chaval que viene a hacer competición es una parte del mercado, aunque pague menos, pero es una parte muy importante porque, con un poquito de suerte, se quedará esquiando toda la vida. Como me ha pasado a mí, que sigo esquiando porque me gusta. El que practica competición es un cliente muy importante y hay que hacer un esfuerzo por organizar competiciones de base, nacionales e internacionales. España tiene que mantenerse en ese campo y las administraciones tienen que colaborar en ese tema porque es importante para todos desde el punto de vista económico y, también, para la salud de los chavales. El esquí es una cosa magnífica para la salud pública.

P: ¿Te vas a desligar totalmente de la Federación Internacional de Esquí o de las federaciones nacionales?

R: Voy a mantener los contactos, pero no quiero ninguna representación en ningún sitio. Quiero volver a mi vida privada.