"Las de este año serán las fiestas con más presupuesto de la historia de Ogíjares, pero eso repercute en positivo"

El alcalde de Ogíjares, Estéfano Polo, avanza algunas de los detalles de la que a su juicio es "la mejor programación de la provincia"

Entrevista a Estefano Polo Alcalde de Ogijares
Estéfano Polo afronta la recta final de su primer mandato con la idea de volver a presentarse para revalidar la alcaldía | Fotos: Antonio L. Juárez
Miguel López Rivera
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La cultura popular no para en Ogíjares con el inicio de curso. No hace ni tres días que los cachurros despidieron el 43 Festival Nacional de Cante Flamenco, que no ha sido una edición cualquiera, cuando ya se preparan para celebrar sus tradicionales Fiestas en Honor al Santísimo Cristo de la Expiración. Con pregón a cargo de Mariola Cantarero; la música de La Húngara, Henry Méndez, Celtas Cortos, La Tentación o Mojinos Escozíos y el afán por recuperar las tradiciones perdidas, las Fiestas 2022 prometen contar con "la mejor programación de la provincia". Las palabras son del alcalde del municipio, Estéfano Polo, quien reconoce que los días grandes de este año contarán con el presupuesto más alto de toda su historia. "Sobre unos 150.000 euros, cuando siempre se ha estado en 110.000 o 115.000. Lo digo con la boca llena porque eso luego repercute en positivo en la economía del municipio", razona. Atiende a GranadaDigital en la Sala de Juntas del Ayuntamiento metropolitano, la que, explica, nunca cerró ni siquiera en los momentos más complicados de la pandemia.

Pregunta. ¿La feria, las fiestas y las verbenas son la manera como nos estamos dando cuenta de que ha vuelto la normalidad?

Respuesta. Efectivamente. Tenía que volver porque no podíamos quedarnos anquilosados en la pandemia. Hay que mirar con perspectivas de futuro. Dejar atrás sin olvidar, pero volver. Este año al fin ya viene una programación como tradicionalmente veníamos haciendo y estamos muy contentos y satisfechos porque, además, creo que es la mejor programación que hay en la provincia de Granada. Vuelvo a decir lo mismo: me gusta mirarlo todo de todos los sitios y lo miro todo de todos los sitios. Pueblo que tiene fiestas, pueblo al que voy o pueblo del que me estudio el programa. Creo que ese es mi trabajo y mi obligación y así lo hago. Si tengo que copiar algo, lo copio y lo hago bien. Pero, al igual que con el Festival de Cante Flamenco, en 2020 y 2021 nosotros hicimos unas fiestas diferentes, adaptadas, e hicimos programación porque seguíamos apoyando todo lo que tiene que ver con la cultura como son los artistas, las compañías de teatro, los músicos o el espectáculo. Llenamos la programación con los mismos días de las fiestas. No traíamos grupos, pero sí versiones que permitían a la gente verlos sentados con arreglo a la normativa. También hicimos programa porque la imprenta o los periodistas también comen. Hicimos pregón. El año pasado vino Pepe Macanás.

P. ¿Recibió críticas por aquello?

R. Sí, y me las he echado todas siempre a la espalda. Los cuatro de siempre diciendo que "hay que ver, haciendo fiestas en la situación en la que estamos". Tuvimos un presupuesto muy bajo, pero todos los días había actividades y teatro para los niños, conciertos para mediana edad y mayores adaptados, sentados en butacas. Aprovechamos el mismo montaje del Festival de Cante Flamenco para las fiestas. Fue súper cómodo y magnífico. No hubo ni un solo problema, que en las fiestas ya sabemos que las borracheras están a la orden del día.

P. Después de todo lo pasado, ¿cómo de importante era para el tejido comercial y empresarial de Ogíjares recuperar esa normalidad?

R. Muy importante. Montar una feria conlleva mucho dinero y mueve muchísimo, muchísimo, dinero. No se pueden hacer una idea. Desde que empiezas a diseñar la feria ya se está utilizando papel, imprenta, redactores, maquetadores para el programa, diseñadores y dibujantes para el cartel, etcétera. Mueves actividades deportivas, de mayores, culturales, infantiles. Entran prácticamente todas las concejalías que puede abarcar un municipio. Desde el panadero, que vende porque le compran los chiringuitos y las casetas, hasta el camionero que viene repartiendo bebidas. Los almacenes, el electricista que monta el alumbrado, el que vende los farolillos, la empresa que instala las luces o los mismos periodistas que sacáis noticias y estáis trabajando.

P. Este año el pregón corre a cargo de Mariola Cantarero. Nuevamente se evidencia ese idilio de Ogíjares con la música...

R. Sí. De hecho es la 'Villa de la Música'. La verdad que han pasado muy buenos pregoneros. Desde la rectora Pilar Aranda a Eva Esquivel. Es mucho más fácil coger a un humorista para que te haga un pregón de humor, que lo respeto totalmente, pero a mí me parece que el pregón de las fiestas de un pueblo tiene que ser algo serio. Y eso es lo que intentamos hacer. Qué mejor que traer a Mariola Cantarero que, además, tiene una vinculación con Ogíjares. Nosotros tenemos el Coro Infantil de Santa María del Llano, donde está el hijo de Mariola Cantarero. Mariola está aquí prácticamente dos o tres días en semana para traer a su hijo. Si Miriam, que es la directora del coro, le tiene que pedir una mano a Mariola, que no suele hacerlo porque es una profesional como la copa de un pino, pues se la pide. Fue tan fácil como levantar el teléfono y decirle: "Mariola, quiero que seas la pregonera de este año". Dio un 'sí' rotundo al momento. Para nosotros es un orgullo tener a una soprano de talla internacional. Tenerla este año y que no solo dé el pregón, sino que tiene unas cuantas sorpresas preparadas. Alguna coplilla se le va a escapar porque me consta que está preparándola. Además, viene en conjunto con el Coro de Santa María del Llano y la Banda Sinfónica Municipal de Ogíjares, que es un lujo escucharla. Imagine lo que se puede liar en la puerta del Ayuntamiento. Se engalana el balcón y la plaza y es un pregón con gente sentada y muy elegante, digno de grandes ciudades. Nos esmeramos.

P. ¿Cuál es la propuesta musical del Ayuntamiento para las fiestas?

R. Música tenemos desde las dianas floreadas todos los días por la mañana a los espectáculos infantiles musicales, que también son diarios, a los conciertos y, por supuesto, muy destacado, los grupos que vienen a mediodía a actuar. Las dianas floreadas son algo muy típico, muy tradicional y castizo en Ogíjares el estar acostado después de trasnochar y que te despierte la banda. Eso me ha pasado a mí. Me acostaba a las seis de la mañana y a las ocho y media ya los tenía en la puerta de mi casa. Ya escuchabas los cohetes y te venías arriba. La música de mediodía es rociera, flamenca y de sevillanas. Más alegre, pero música para la feria de día, que es lo que pega con los farolillos, los mantones y las flores en el pelo de las mujeres. Luego, por la noche, ya estamos hablando de otras cosas. Han desaparecido muchas orquestas del panorama musical por culpa de la pandemia, pero las que quedan son buenas y las hemos cogido nosotros. El jueves tenemos la Orquesta Da Vinci, el viernes la Orquesta Vintash, el sábado la Orquesta Melodías, el domingo a La Tentación con DJ Kokodrilo y el lunes la Orquesta Milenium. Es decir, las mejores del panorama musical. No hay otras orquestas mejores que esas.

Luego este año hemos metido muchos conciertos. Siempre era típico el concierto del Lunes de Feria. Se viene haciendo desde hace casi 20 años con la doble intención de llenar la feria el lunes para estimular la economía y también dar el pistoletazo de salida de las fiestas del año siguiente. Pero este año vamos a traer conciertos todos los días que, además, son potentes y están enfocados a todas las edades. Para los amantes del flamenco, empezamos el jueves con La Húngara. El viernes, para los más jóvenes, Henry Méndez en concierto. El sábado, para la mediana edad, Celtas Cortos. El domingo utilizamos a La Tentación, que va ya en modo concierto, y el lunes rematamos la faena con Mojinos Escozíos. En lugar de traer un humorista, los hemos traído a ellos, que son divertidos y graciosos. Aquí tienen muchos seguidores y nos lo venían reclamando desde hace tiempo.

P. ¿Cuál es el presupuesto para estas fiestas?

R. Contamos con el presupuesto más alto de la historia de Ogíjares. Sobre unos 150.000 euros, cuando siempre se ha estado en 110.000 o 115.000. Hemos aumentado el presupuesto y son las fiestas más caras de la historia de Ogíjares. Lo digo con la boca llena porque eso luego repercute en positivo en la economía del municipio. No es que me lo quiera gastar en fiestas con la necesidad que hay de otras cosas. Soy consciente y lo entiendo, pero es una inversión y se tiene que hacer.

P. Un aspecto que llama mucho la atención es el carácter social de estas fiestas, que incluso incluyen no una, sino dos jornadas inclusivas para niños con TEA, o guardería infantil...

R. En las fiestas de 2019 pusimos el Lunes de Romería. Pero tenemos niños con espectro autista y pensamos que teníamos que añadir otro día más. Y si es posible mi intención es añadir todos los días un rato, que también se agradece descansar dos horas sin ruido después de todo el bullicio que tiene una feria mañana, tarde y noche. Que la gente dé un paseo mientras los grupos montan las orquestas y los 'cacharritos' están funcionando. Nuestro recinto ferial invita a ello porque tiene fuentes grandes y una decoración bonita. Tenemos una portada este año enorme. Así que creemos que es un detalle bonito. Y por supuesto la guardería. Yo no tengo hijos, pero hay gente de entre 30 y 45 años que sí los tiene y que no pueden pasárselo igual de bien. Pues hemos planteado una guardería, con una empresa especializada, que desde las once de la noche hasta las tres de la mañana cuida de los niños. Te permite estar con ellos y, a esa hora, darte una vuelta con tu pareja para tomar una cerveza o una copa de vino. Sabes que están en buenas manos, vigilados, pasándoselo bien e incluso pueden dormir allí. Además, los padres en todo momento están controlándolos porque está pegando al escenario.

P. Hay un partido entre aficionados del Barça y el Madrid. Definitivamente, estas fiestas van a servir de 'palanca' para la economía, ¿no?

R. Totalmente. Es un partido muy curioso porque es para gente a partir de 40 años, pero juegan más veteranos incluso. Yo he visto jugar a gente de 70 años hacia adelante y pelearse dentro del campo de fútbol. Unas patadas que se meten impresionantes. Tienen su copa, pero son todos conocidos del pueblo. Se toman en serio el partido, pero luego echan el tercer tiempo tomando algo en la feria. Creo que nunca jamás hemos visto una pelea ni un dime y direte con mala intención o un insulto. Esa es una de las tradiciones que había y que, por suerte, no se ha perdido. Pero las carreras de cinta en moto se habían perdido y las hemos recuperado. La paella popular, que era típica y tradicional en Ogíjares, llevaba años sin hacerse y la hemos recuperado. La cena tradicional para los mayores que llevaba doce años sin hacerse la hemos recuperado. Y lo más importante, la romería en el río Dílar. Claro, es muy fácil no hacerla y celebrarla en un parque de aquí. Llevábamos ya desde 2003, si no me equivoco, sin hacerla en el río Dílar. Pero es que tienes que gestionar papeles con la Junta de Andalucía, Medio Ambiente... Tiene un montón de papeleo, pero ese es nuestro trabajo. Lo que no podemos permitir es que se pierdan esas costumbres. Tenemos un montón de inscripciones. La gente se disfraza, se monta en las carrozas y echas de convivencia en el campo espectacular. Además, es el Lunes de Romería, que es festivo por eso mismo. No tenía sentido que se celebrase en el Parque de las Cruces, que lo tenemos todo el año. Eso no es una romería. En cada legislatura, cada político toma las decisiones que quiera y estas son las mías: retomar lo antiguo y respetar nuestras tradiciones porque son nuestras señas de identidad. Luego, por ejemplo, la fiesta de la espuma. Hemos recuperado muchas tradiciones que se habían perdido en Ogíjares. Nada más llegar dije que había que recuperar todas las tradiciones de cuando yo 'me lo mamaba' aquí en Ogíjares. Porque aunque nací en Suiza porque mis padres eran emigrantes, vengo de padres y abuelos cachurros. Soy de aquí de siempre.

P. ¿Y de los sanfermines qué puede decirme?

R. (Ríe) Aquí en Ogíjares no ha habido sanfermines nunca. En su época hubo vaquillas y una plaza de toros que era la 'plaza de los chinos'. Se vallaba entera, se ponían contenedores de obra como burladero y los toreros se vestían en casa de mis padres y bajaban haciendo el paseíllo hasta llegar a la Plaza Federico García Lorca, a unos 150 o 200 metros. Eso se ponía a reventar de gente. Como olisqueo todo, y también en las redes sociales, en 2019 vi que había toros de plástico y propuse hacer los sanfermines. Ahora lo hacen todos los pueblos, pero nosotros empezamos entonces. La gente va con camiseta blanca, nosotros ponemos los pañuelos rojos y es súper divertido. Va la charanga, los niños se lo pasan bomba y los toros, aunque de plástico, son grandes. Cuando los ves salir por la cochera del Ayuntamiento donde se guardan, los niños incluso se asustan. Es un pasacalles divertido y curioso, tiene un significado muy español y lo vi gracioso. Las cosas que gustan hay que repetirlas. Cuando ya no gusten, no se hace.

P. Hablando de toros, cambiamos de tercio: ahora que entramos en la cuenta atrás para las municipales, ¿qué balance hace de lo que va de mandato?

R. Queda menos de un año y yo hago un balance positivo. Estoy muy satisfecho y orgulloso. Estoy cansado, tengo que decirlo. Imagínese. Llegué en junio de 2019 con toda la ilusión del mundo. Gané las elecciones, que no era nada fácil con nueve partidos presentándose en uno de los municipios con el voto más fragmentado. Hice una campaña espectacular con un equipo de gente magnífica y yo he sido como soy. Ni quiero postureo ni nada. Tengo un Volkswagen Polo que tiene 14 años, está hecho polvo y me da vergüenza hasta ir con él por la calle. Y es porque tampoco soy materialista y a lo mejor le doy prioridad a otras cosas que a lo material. Soy como soy y la gente ha visto la forma que yo tengo de ser. No tengo agenda, atiendo todos los días a diario. De hecho, me llamasteis ayer [por el miércoles 24 de agosto] y os dije que os pasarais cuando os viniera bien y a la hora que os viniera bien. Yo recibo todos los días a mis vecinos. No tengo agenda. No puedo permitirme que venga un vecino al Ayuntamiento de Ogíjares desde Lomalinda, o de donde sea, y que le diga la secretaria: "No, hasta el miércoles a las once de la semana que viene no tiene usted cita". Estamos en un pueblo. Sí, de 20.000 habitantes, pero un alcalde de un pueblo es un alcalde de un pueblo. Sus vecinos son la prioridad. Y te digo yo que quien no lo hace es porque no quiere. Sé que la gran mayoría de pueblos, por no decirte el 80% de los alcaldes de la provincia de Granada, tienen agenda. Yo no. Yo me meto aquí a las siete y media o las ocho y no tengo horario de salida. Ayer me fui de aquí a las once de la noche. Fui a mi casa, comí, me lavé los dientes y me volví a bajar. Y esta tarde exactamente igual. Es verdad también que estos días son más complicados y de pleno apogeo. Me comprometí con Ogíjares, siento y me voy con Ogíjares. Tengo que estar con Ogíjares.

P. Aterrizó en la alcaldía en un momento complicado...

R. Llegué en junio de 2019. En septiembre, en un recinto ferial lleno con 3.000 personas, cayó la DANA y hasta vino el presidente de la Junta de Andalucía. Fue mi estreno. Mis compañeros y yo nos metimos 'con el agua hasta el cuello' al pie del cañón sacando agua de cochera en cochera y ayudando en lo que podíamos. Tuvimos que evacuar el ferial entero en hora y media sin tenerlo previsto y recién llegados. Gracia a Dios, con lo que cayó no hubo ningún problema, caída o cortocircuito. Terminé en septiembre y entro en marzo con una pandemia. Dije que el Ayuntamiento no cerraba. Y le dije a todos mis concejales que los funcionarios se podían ir. Quien quisiera quedarse conmigo, podía hacerlo, y quien no se iba a su casa a teletrabajar o hacer lo que quisiera. Pero el alcalde iba a estar aquí todo el día. Y los concejales estaban aquí porque eran mi equipo y yo los quería aquí a todos. Esto [se refiere a la Sala de Juntas] lo convertimos en nuestra cocina, el echarnos una siesta... Compartimos un café, un té o un bocadillo. Teníamos distancia de seguridad. Éramos siete u ocho, o cuatro o cinco, pero yo estuve todos los días aquí pendiente. Abrimos una de las ventanillas para que el Ayuntamiento estuviera abierto porque había personas solas en su casa que había que ir a comprarles medicinas o que no tenían teléfono. El teléfono tenía que estar disponible las 24 horas para coger el teléfono. Había gente que nos podía necesitar para cualquier cosa. Eso es lo que hemos hecho. Estoy muy satisfecho y tranquilo. Si me tengo que ir dentro de ocho o nueve meses lo haré con la cabeza bien alta. Porque además en esos dos años no me vine abajo, todo lo contrario. Me vine arriba. Soy un buen acuario y, como tal, ante las adversidades nos venimos arriba.

Dije que todos esos proyectos a los que nos habíamos comprometido tenían que salir adelante, y que la pandemia no iba a hacer que nos cruzáramos de brazos y atendiéramos solo el tema de baldeo de calles, desinfección o proveer de guantes y mascarillas. Aparte de eso, el pueblo tenía que seguir con sus proyectos. Teníamos que conseguir el colegio, que el 12 de septiembre se inaugura, y ahí está. Teníamos que ampliar el centro de salud y ahí está ampliado. Teníamos que arreglar los parques para los niños y también. Creíamos que la pandemia iba a durar dos o tres meses y nos dedicamos a trabajar, sacar proyectos y mandárselos a nuestros funcionarios en sus casas para que fueran trabajando desde allí. Los hemos ido haciendo todos. De hecho, yo culmino el mandato con muchísimas más cosas de las que llevaba en mi programa electoral. Un 30% más de lo que había dicho. Imagínese: un gimnasio que está a punto de terminarse, parques, plazas, acerado, adaptación a movilidad o el teatro municipal, que va a ser el más impresionante de la provincia de Granada. Para mí lo más fácil habría sido cruzarme de brazos, verlas venir y ya está. Un alcalde me confesó por redes sociales que si hubiera hecho lo que los demás nadie me habría exigido más. Pero cuanto más me exigen, más me pongo. Lo hago y lo saco.

P. ¿Vive usted de la política?

R. No, yo no vivo de la política. Me he tirado ocho años de maestro, desde que terminé la carrera, y he trabajado toda la vida en el negocio de mis padres hasta llegar aquí. Me he sacado la carrera currando en el negocio de mis padres. Me metí en política peleado con ellos porque tener un negocio en un pueblo e identificarte con unas siglas te mata. Lo que pasa es que me convencieron y me metí. Fíjate dónde he llegado. Empecé de concejal de Cultura y ya soy alcalde. Creo que lo más bonito que te puede pasar en político es ser alcalde de tu pueblo o de tu ciudad. Puedes ser consejero de la Junta, diputado o senador; pero no te conoce nadie por la calle. Mi intención es terminar mi legislatura. Como estoy tan tranquilo, me voy a volver a presentar. Protocolariamente lo debo hacer porque yo no perdí las elecciones. Las gané y por eso soy alcalde. Hay otra gente que las pierde y, con pactos, consiguen ser alcaldes. Intentaron hacer otros pactos, uniéndose cuatro o cinco partidos para echarme a mí, pero no lo consiguieron. Gracias a Dios tengo dos socios de gobierno que, hasta el día de hoy, no hemos tenido ni un 'sí' ni un 'no' tampoco. Somos unos compañeros magníficos y todo lo trabajamos y lo llevamos en conjunto. Quedaría muy feo irme, así que me voy a presentar otra legislatura más. Pero considero que un alcalde, o un político, no debe estar más de ocho años en el sillón. No puedes vivir de la política y hay gente que quiere hacerlo. Me voy a presentar a otra legislatura. Si gano, echaré mis cuatro años y completaré ocho. Si en ocho no he sido capaz de sacar adelante el proyecto que tengo para mi municipio es que soy un mal gestor del dinero público de mis vecinos. Pienso que tiene que venir gente con nuevas ideas porque aquí se toman unos vicios que no se tienen que tomar. Y no hablo ni mucho menos de corrupción. Es apalancamiento por ejemplo para hacer un programa de fiestas. Hay que ir innovando, creando, con nueva mentalidad e ideas, y dejando paso a los que vienen detrás.

P. Si no gana las elecciones o no consigue gobernar...

R. Pues me iré a mi colegio.

P. ¿Pero se quedaría en la oposición?

R. Pues no lo sé. Lo he pensado yo solo. De hecho, no lo he hablado ni con mis compañeros. Me quedaría muy frío. Me he dejado la piel. He dejado de lado a la familia, a la pareja y a mis amigos. Me estoy perdiendo un montón de cosas en estos cuatro años, pero es porque yo he querido y me lo he tomado así. En tres años me he ido siete días de vacaciones y porque me obligó mi pareja. Me dijo: "O te vienes de vacaciones o me voy yo solo". Javi y yo llevamos 14 años juntos. Siete días en tres años es muy duro. No he tenido ni fines de semana ni sábados ni domingos ni festivos... Si voy a una boda, voy con prisa o me están llamando. Me fui a Cartagena porque operaban a mi suegra y hubo un problema muy gordo. En la comunión de mi sobrino, también en Cartagena, me llamaron a las seis de la tarde porque estaba ardiendo el Polígono Tecnológico de Ogíjares. Imagínese. Estás a 300 kilómetros de tu casa, con tus padres y tus hermanos en esa comunión, y a las seis de la tarde ya te fastidia el convite, las copas, el baile y todo. Menos mal que por lo menos había comido. Ya me enganché a hablar con la Delegación del Gobierno, la Junta de Andalucía, el Gobierno de España, la delegada... Hasta las ocho y media de la tarde que ya me fui para el hotel porque allí ya no pintaba nada. La política tiene eso, que te pierdes muchas cosas, pero cuando alguien reconoce que lo estás haciendo bien, o te da las gracias por sacar algo adelante que echaba de menos, recargas pilas. Son momentos.

P. ¿Qué sueldo tiene como alcalde?

R. Son 2.100 euros. Hay momentos en los que pienso si realmente tengo necesidad de esto ganando de maestro 1.900 euros de lunes a viernes de 9.00 a 14.00 horas. Con dos meses de vacaciones en verano, Navidad, Semana Santa, días de asuntos propios... Aquí no hay ni vacaciones y mi sueldo, que lo tenéis ahí público, como digo es de 2.100 euros. Por 200 o 300 euros no merece la pena. Hay pueblos de 3.000 o 5.000 habitantes cuyos alcaldes ganan 3.500 o 4.000 euros.

Consulta aquí el programa de las Fiestas de Ogíjares 2022