Lucas Alcaraz: "Cualquiera puede ser del Real Madrid, pero del Granada CF somos los elegidos"

El entrenador granadino, que tiene el escudo del club grabado a fuego en la piel por su abuelo, espera que su futuro esté ligado a la entidad rojiblanca

Entrevista Lucas Alcaraz director de la Ciudad Deportiva Granada CF
Juan Prieto
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Aunque quizás este año se rompa la marca, Lucas Alcaraz (Granada, 1966) posee el récord de ser el entrenador español en activo que más temporadas consecutivas lleva entrenando: 29. Además, está entre los diez técnicos del país que más partidos han dirigido, ya que acumula casi 900 encuentros en una veintena de equipos de España, Grecia, Argelia, Chipre o Irán, último país en el que ha estado antes de recalar ahora en el Granada CF como director de la Ciudad Deportiva y representar al club de su vida en diferentes actos institucionales. Su trayectoria profesional y personal está marcada por un amor incondicional a los colores granadinistas. Es el segundo preparador que más partidos ha dirigido al Granada en su historia después del mítico Joseíto. Tiene el escudo grabado a fuego en la piel por su abuelo, José Manuel González, un histórico del club. El autor de este artículo le escribió un día un titular en un periódico nacional que remarcaba su ADN rojiblanco y le enorgulleció. No era una pose, como demuestra la respuesta que ofreció a un conocido locutor de un programa deportivo nocturno de alcance nacional y que ha pasado al anecdotario del manual del buen aficionado del Granada CF. Entonces, el equipo estaba en Tercera División y Alcaraz entrenaba a un equipo de Primera. El periodista le preguntó si era seguidor del Madrid o del Barcelona. “Soy del Granada”, contestó. “Ya, me refiero a un equipo grande”, le espetó el comentarista. “El Granada es un grande”, le replicó el entrenador granadino, quien ya ha tenido tantas vivencias en el club que está autorizado para escribir el libro de ‘Cómo ser aficionado del Granada CF y no morir en el intento”. Hombre cabal, ordenado y metódico, aunque con mucho carácter, sabe manejar como nadie la ironía y lleva a gala ser un verdadero ‘malafollá granaíno’ de los pies a la cabeza.

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Pregunta: No puedes negar que abanderas la ‘malafollá granaína’.

Respuesta: No, no. Ni quiero negarlo.

P: El Granada CF es un grande, pero nos hace sufrir a lo grande.

R: Por eso es un grande. Muchas veces pasa con gente del fútbol que unos son del Real Madrid, otros del Sevilla u otros del Betis. Siempre digo que del Sevilla, del Betis o del Real Madrid es cualquiera. Del Granada somos los elegidos, no puede ser cualquiera. A los que somos nos han elegido. Para mí es un club singular y mi trayectoria vital y profesional no se entendería sin el Granada CF.

P: ¿Cuál es el primer recuerdo de cuando eras niño que te viene a la cabeza del Granada CF?

R: Así, a bote pronto, te diría un partido que jugamos contra el Athletic de Bilbao que ganamos, no sé, 4-0 o 5-0.

P: 5-1, en la temporada 71-72.

R: Pues 5-1. Mi abuelo era el delegado de campo y, con tráfico de influencias, me llevé el balón del partido. Me acuerdo que me lo dio el árbitro. Entré al vestuario, tendría 5 o 6 años y me dieron ese balón, que era Adidas, blanco, con aquellos pentágonos negros y hexágonos blancos. Lo recuerdo como si fuera hoy. Recuerdo hasta como olía el balón, que estaba lleno de barro y que lo tuvieron que limpiar para dármelo.

P: Tu abuelo fue un histórico del club. Jugó en los años 40, cuando se logró el primer ascenso de la historia a Primera División, y también fue secretario técnico, entrenador del primer equipo y del Recreativo, delegado de campo... ¿Qué recuerdos tienes con él y con el Granada CF?

R: Muchísimos, porque es una época de tu vida en la que cuando algo te apasiona tanto no te pierdes un detalle. Me acuerdo de todo, de entrar al vestuario cuando él estaba allí. Recuerdo un día que estaban Fernández y Navarro, que era portero. Y antes los porteros se ponían un jersey, pero debajo llevaban la camiseta del equipo. Cuando aún no se había puesto el jersey y me dijo: "¿De qué piensas que juego?". Y yo le dije que de delantero. Me estaba vacilando porque estaba en ese momento vestido igual que los jugadores. Tengo recuerdos de las tertulia en la zapatería de Manolín Ortega, con tu padre (Antonio Prieto), Piñero, Juan Casas... Por ahí pasaba tanta gente a soltar información futbolística y yo no me perdía una. Me acuerdo cuando veía a los entrenadores, como Miguel Muñoz,  Vavá, Ben Barek... A Ben Barek se lo he dicho en persona varias veces y él se acuerda. Tenemos muy buena relación porque sabe de quién soy nieto, aunque quien soy lo sabe por mi trayectoria posterior.

P: Tu abuelo, aparte de ser granadinista, llegó a jugar en el Real Madrid y era un poco blanco también.

R: Sí, era blanco, pero era mucho más rojiblanco. Es aún el jugador más longevo que ha fichado el Real Madrid. El Madrid nunca ha fichado a un jugador con 33 años. Conocía ese dato, pero cuando he jugado contra el Real Madrid siempre me lo han recordado.

P: ¿Crees que estaría orgulloso de tu carrera deportiva?

R: Es una de las cosas que la tengo ahí. Qué mala suerte que no hayamos coincidido en parte del tiempo, porque mi abuelo no me ha visto entrenar en Primera, Segunda o Segunda B. Me vio entrenar en infantiles. Pero me da rabia porque, a nivel vital, hubiera sido justo, pero la vida es así.

P: Estabas rodeado de granadismo porque tu tío Manolo jugó también con el Granada CF en Primera y tu suegro, Miguel Prieto, fue directivo del club y, además, presidente de la Federación Granadina de Fútbol, un tipo excelente.

R: Mi suegro fue muy influyente también en mi carrera deportiva porque yo entrenaba por entrenar, pero él me aconsejó y me obligó a hacer los cursos de entrenadores. Y ahí también estaba mi tío Luis Masats, que fue el médico del club muchos años.

Un lateral izquierdo

P: ¿Tan malo eras como jugador como para ponerte como entrenador tan pequeño?

R: No era tan malo, pero, aunque sea una respuesta un poco impostada, sabía que como jugador no iba a llegar adonde quería. Y, aparte, ya como jugador pensaba de forma colectiva. Había una cosa que me mataba mucho, entre comillas, y es que cuando veía que uno era mejor que yo en mi puesto, ya decía que tenía que jugar el otro. Y eso era raro, ya era mentalidad de entrenador.

P: Jugabas de lateral izquierdo.

R: Un lateral izquierdo con calidad, pero no con mucho físico.

P: Dicen que con 12 años, cuando vivías en Jaén, creaste un equipo para poder entrenarlo.

R: Fue con 11 años. Había un campeonato a nivel municipal e hicimos un equipo. Tenía un vecino, puerta con puerta, que trabajaba en una imprenta, en una reprográfica, y tuve la iniciativa de hacer una rifa y con el dinero que sacáramos comprar unas equipaciones. Y lo hicimos. Él nos regaló las papeletas y, además, en las que sobraron nos tocó a nosotros, que sorteábamos un balón y material deportivo, por lo que no tuvimos que comprarlo. Fuimos a Deportes Jaén que, además, era de Reina, un exjugador del Real Jaén al que entrenó mi abuelo, y le compramos la equipación. Era la camiseta azul y el pantalón blanco y nos llamamos Club Deportivo Olímpico. Recuerdo que los padres nos criticaban porque decían que íbamos vestidos del Linares. Pero esa era la equipación que estaba de oferta (ríe).

Lucas Alcaraz en su entrevista con el director de GranadaDigital, Juan Prieto | Foto: Antonio L. Juárez

P: Tu padre se fue a la Universidad de Jaén a trabajar y por eso os fuisteis a vivir allí. ¿Durante cuánto tiempo?

R: Estuvimos allí diez o doce años. Pero nosotros estábamos en Granada todos los fines de semana. Venía al fútbol a Los Cármenes a ver al Granada con mi abuelo. Y las Navidades, Semana Santa y el verano eran siempre aquí.

P: ¿Eras buen estudiante?

R: Era el típico al que siempre llamaban a la madre diciendo que era muy disperso, pero al final lo sacaba todo. He estudiado la carrera con beca. A nosotros no nos sobraba el dinero, íbamos apretados y estudiaba siempre con becas.

P: Elegiste estudiar en la Universidad de Granada Biblioteconomía y Documentación. Te licenciaste, pero nunca has ejercido.

R: Ahí tengo el título colgado, muy bonito.

P: ¿Y por qué Biblioteconomía?

R: Mi familia es de tradición universitaria. Ahora todas las familias lo son, pero en aquella época no era así. Mi madre tenía la petera de que tenía que estudiar. No había ninguna carrera que me llamara la atención. Ahora lo pienso y sí hay muchas que me hubieran gustado, pero en aquel momento no. Me dijeron que había salido Biblioteconomía, que eran pocos años y que había mucho empleo. Y la elegí. Cuando terminé el primer año me dije que a mí eso no me gustaba, pero la terminé a la vez que hice también el curso de entrenadores. Entonces Pepe Parejo era el entrenador del filial, el Recreativo, que estaba en Tercera, y hacía también de coordinador de los filiales del Granada. Me dijo de entrenar al juvenil. Mientras, estuve opositando un año y no lo saqué porque había muy pocas plazas. Es algo que después se reguló y casi todos mis compañeros están trabajando, pero ya tiré por la vía del fútbol.

P: ¿Ese fue el momento en que decidiste que ibas a vivir del fútbol?

R: No. Ha habido varios momentos en los que he estado a punto de buscar una compatibilidad. Por ejemplo, cuando a mí me llamaron para el primer equipo del Granada CF estaba entrenando al Recreativo. Había ido y vuelto del Adra, que estaba en Tercera.

Debut con el Granada CF

P: Esa era la temporada 95-96, con Crispi de entrenador. Candi, el presidente, lo destituyó a los ocho partidos de Liga y, con 28 años, te subió al primer equipo de forma provisional mientras fichaba a alguien. Pero los resultados fueron positivos y te quedaste.

R: Era cuando estaba estudiando las oposiciones. Había hecho un equipazo en el Recreativo, con todos los chiquillos de la selección juvenil granadina a los que conocía por mi suegro. Era un equipo muy joven, el más joven de Andalucía en sénior y andaba muy bien. Pero ese día fuimos a Santa Fe y nos habían metido tres; habían expulsado a Sergio Cruz en la primera parte, nos quedamos con nueve... El típico partido disparate. Y yo llegaba a Los Cármenes a dejar la ropa del equipo en la lavandería, porque entonces no había tanto grupo técnico, estábamos otro y yo, y teníamos que hacerlo todo. Me encontré a Jesús Garrido Cara y me preguntó qué habíamos hecho. Le dije que habíamos palmado 3-0 y me dice: "Pues prepárate porque vas a dirigir el primer equipo. Y que no se entere Candi de que habéis perdido". Le dije que no se preocupara, que no iba a decir nada (ríe de nuevo). Efectivamente, me llamó Candi al club, con ese ceremonial y esa presencia que imponía, con esa chaqueta y corbata, con el tipazo que tenía el tío. Y me dijo que iba a entrenar al primer equipo esa semana. Le pregunté si iba a ser ese sábado el entrenador y me dijo que seguro que sí. Así que entrenamos el martes y el miércoles, pero por la tarde vino Ruiz Sosa.

P: Porque Ruiz Sosa era el entrenador que quería Candi. 

R: Había jugadores que tenían el rollo de que Crispi era mayor, muy dictatorial y tal, y me decían que si venía Ruiz Sosa iba a ser un poco parecido. Estaban bastante identificados conmigo en los entrenamientos que tuvimos. Llegó el viernes y se enteraron de que Ruiz Sosa no podía entrenar por problemas burocráticos. Jesús Garrido me llamó para decirme que me fuera en el autobús con el equipo, pero que Ruiz Sosa iba a estar en la grada. Pero le dije que no, porque había querido ser segundo de Crispi, al igual que con Nando Yosu, y me dijeron que no. Les comenté que "si me ponéis, me ponéis. Y si no, pues no". Total, que me dijo que no localizaba al presidente, pero que me fuera con el equipo a Jerez bajo su responsabilidad. Pero le dije: "Voy en el autobús, pero como vea que no voy a llevar al equipo, me vuelvo". Ruiz Sosa apareció por el hotel, pero Candi le dijo que se fuera para su casa. Así que dirigí el partido y ganamos. El primer gol lo marcó Roberto Valverde, que lo comento mucho con él y nos reímos, porque le digo que si no llega a ser por él, no soy entrenador.

P: Candi te quería de forma provisional, pero ante los resultados tuvo que aceptarte. 

R: Es que ganamos en Jerez, le metimos cuatro al Lorca, ganamos al San Pedro, ganamos al Málaga... Y en la recta final estuvimos 14 jornadas sin perder. Cogí al equipo decimoséptimo y acabamos segundos.

P: Y, claro, Candi se preguntaría que cómo iba a prescindir de ti con esos resultados.

R: Y luego me renovó.

Éxitos en Huelva

P: Estuviste tres temporadas en el Granada, de ahí al Almería y al Dos Hermanas, también en Segunda B, y llegaste al Recreativo de Huelva, donde te tienen en un pedestal, por esa época gloriosa con el ascenso a Primera y la final de la Copa del Rey.

R: Cuando llegué, el Recreativo estaba en un momento muy difícil económico. No estaba bien. Lo que pasa es que, contra todo pronóstico, primero ascendimos federativamente, porque no pagaron Mérida y Logroñés y, luego, con el segundo o tercer presupuesto más bajo de la categoría, nos metimos en Primera División. Se saldó una deuda histórica que tenían de 700 o 800 millones de pesetas con las instituciones. Al año siguiente descendimos, pero jugamos la final de Copa y el Recreativo se quedó con deuda cero. El club se quedó hecho un pincel, además, con una ciudad deportiva que se hizo también con aquel dinero.

P: A partir de ahí, Racing, Jerez, Murcia y el salto a Grecia.

R: He estado contando y me salen, en total, más de dieciséis ciudades, ocho comunidades autónomas, cuatro países y tres continentes.

P: ¿Y cómo fue irte a Grecia?  

R: Me cesaron en Almería, cuando íbamos cuartos. Y a pesar de haber hecho una gran temporada me quedé sin trabajo en España. Quique Pina iba a comprar el Oviedo y me convenció para ir allí pese a que estaba en Segunda B. Pero al final no lo compró. Luego me habló del Hércules, pero le dije que no podía esperar más porque me estaban llamando del Aris de Salónica. Pese a que no estaba en un buen momento económico, el Aris era del top 4 de Grecia. Allí me fui y fue una aventura muy buena. Lo que pasa es que como el equipo estaba tan mal económicamente, puse una cláusula de que me podía ir en cualquier momento. La gente pensaba que me podía ir solo al Granada, pero no, me podía ir en cualquier momento adonde quisiera.

Lucas Alcaraz en su entrevista en GranadaDigital | Foto: Antonio L. Juárez

P: Pero surgió la oportunidad del Granada en Primera División.

R: El Granada perdió 3-0 en Sevilla y yo venía de Kerkyra, por la frontera de Bulgaria en autobús, recuerdo que nevando. Me sonó el teléfono y veo en la pantalla que era Quique Pina. Pensé que, como era 30 de enero, me quería preguntar por algún jugador que hubiera tenido y que iba a firmar. Pero me preguntó que si era verdad lo de la cláusula de salida con el Aris. Le dije que sí. Y me dijo: "¿Te quieres venir para acá?". Y le contesté: "Mañana estoy ahí". Saqué el billete por Internet a las 5 de la mañana en el hotel.

Victoria ante el Real Madrid

P: Eso fue el 30 de enero de 2013. Y el 2 de febrero debutas con un triunfo ante el Real Madrid con el gol en propia puerta de Cristiano Ronaldo. Esa temporada el equipo acaba bien y se salva en la penúltima jornada. En la siguiente campaña, el equipo se salvó en la última jornada.

R: Haciendo mejor año que el anterior.  

P: Había jugado muy bien, pero cuando se le ganó al Barcelona el equipo se relajó un poco. Se pensaba que estaba ya todo conseguido.

R: Es que estaba todo conseguido. Nosotros hicimos una gran primera vuelta y acabamos décimos, solo con dos puntos menos que el mejor Granada de Diego Martínez. Pero yo estaba muy discutido, el año que más discutido he estado en mi carrera deportiva en Granada. Y, sin embargo, para mí ha sido casi el mejor año. Lo que pasa es que en la segunda vuelta siempre jugaba con los mismos once jugadores, porque había mucha diferencia entre el banquillo y los que jugaban. Solo estaba Ighalo y se lesionó en una rodilla y estuvo tres meses fuera. Pero era de las pocas soluciones que tenía. Entonces el equipo llegó cansado al final. Cuando le ganamos al Barcelona, el Almería perdió 1-4 en casa con el Celta. Faltaban cuatro jornadas para el final y les llevábamos cinco puntos y el ‘goal average’. Estaba hecho. Pero, contra todo pronóstico, el Almería ganó tres partidos seguidos, entre ellos, a nosotros aquí. Se apretó todo de tal forma que tuvimos que ir a Valladolid a ganar en la última jornada.

P: Ese partido en el que, al final, declaraste que algún día te iba a dar algo en un banquillo.

R: Y no solo el partido, sino toda la semana. Recuerdo el lunes por la mañana, tras haber perdido con el Almería, tomando café con mi representante y con mi ayudante. Me preguntaban qué iba a hacer, que tenía que motivarlos. Les dije que primero había que pasar el luto, la motivación tan temprana caía en saco roto. Comencé a motivar al equipo el viernes y el sábado di una charla mezclando ya la historia personal. Fran Rico me dijo que por qué no lo había hecho antes. Hablaba mucho con Fran Rico porque, aunque no era capitán, para mí era mi capitán dentro del campo. Y le dije que esto tenía efecto 24-48 horas, después se va el efecto. Y fuimos a Valladolid y ganamos con una jugada de estrategia. Pero quien tiene buena memoria se acuerda de que el descanso duró 50 minutos, porque todos los partidos tenían que empezar a la misma hora y hubo un desprendimiento de una valla en Pamplona. Eso ya fue una tortura china.

P: No hubiera sido justo en tu palmarés que hubieras tenido un descenso con el Granada. 

R: No, porque, además, en esas dos temporadas dirigí 55 partidos al equipo y siempre estuvo fuera del descenso. Cuando jugamos contra el Madrid empezamos el partido en descenso. Ganamos, salimos del descenso y no volvimos a entrar. Hubiéramos entrado en el partido 55, en Valladolid. En la última jornada. Hubiera sido muy cruel, aunque merecido. Pero, el fútbol es así, había que ganar.

P: Cuando te marchaste del Granada cogiste la selección de Argelia y, además de Zaragoza, Almería, Albacete o Ibiza, tuviste algunas fases más 'exóticas', por ejemplo, en Chipre o la aventura en Irán, de la que no has querido contar mucho. 

R: Cuando vas a Irán es un sacrificio personal porque no tienes la misma vida que aquí. Tienes que estar metido en el hotel todo el día, no haces nada y cuando a eso le unes que en lo profesional tampoco disfrutas, pues no tiene sentido. Llegué a un acuerdo con el dueño, pero ellos tienen mucho miedo a la información y me hicieron firmar una cláusula de confidencialidad y quise respetarla.

P: Ya acumulas anécdotas y experiencias para escribir un libro.

R: El fútbol va a anécdota diaria. Me arrepiento mucho de no haber hecho una especie de diario. No todo el día, pero sí cuando han pasado cosas significativas. Porque muchas veces, cuando en algún acto coincides con jugadores que has tenido, te cuentan cosas que ya no recordaba. Un día me encontré con Antoñito, el delantero que tenía en Huelva que era de Sevilla. Tenía problemas de peso y yo tenía cabreos por ello. En aquella época tenía un carácter bastante más fuerte por mi juventud. Me contó que un día estaba tomándose una caña de chocolate con las empleadas del club en el hall de entrada, donde los trabajadores iban hacia la oficina y los jugadores hacia el vestuario. Allí se encontraban y se generaba un ambiente muy bonito. Me dijo que entré, dije buenos días y me metí en el vestuario, pero volví a salir, me fui hacia él, le quité la caña de la boca delante de todos los empleados, la tiré a la papelera y volví adentro. Le pregunté qué hizo él y me contestó que cualquiera me decía nada con ese carácter.

Los mejores recuerdos

P: De todos estos recuerdos, ¿cuál es el más especial para ti?

R: Quedarse con uno es difícil. Para mí, el más especial es el debut con el Granada en Jerez en 1995, incluso más que el del Real Madrid. Fue el día que cogí al primer equipo por primera vez y ganamos 0-2. Me marcaron Roberto Valverde y Kike, un lateral izquierdo. Pero supera al del Madrid por muchas razones. Había quien decía que el Granada me había dado la oportunidad de entrenar en Primera, pero yo ya tenía más de cien partidos en Primera. Con todo eso, también es un recuerdo bastante potente porque aquel día fue de los que sale todo bien. Hay quien me dice que fue porque marcó Cristiano en propia puerta, pero ¿cuántas veces hemos dejado la portería a cero con el Madrid en la historia? Creo que solo una vez con Joseíto. Pero el primer partido en Jerez es especial. Me acuerdo que le dije a mi mujer: "Ya no me muero sin entrenar al Granada". Podría tener continuidad o no, pero eso ya no hay quien me lo quite.

Un momento de la entrevista a Lucas Alcaraz en GranadaDigital | Foto: Antonio L. Juárez

P: ¿El mejor jugador que has tenido a tu órdenes?

R: Es muy difícil. Habría que mezclar muchas cosas, porque he tenido buenos jugadores: Benayoun, Viqueira, Antoñito, Soriano, Aleix Vidal... He tenido muchos. Luego ha habido jugadores que me han entendido muy bien. El que mejor me ha entendido en el campo en el Granada ha sido Fran Rico. Ese chaval sin lesiones hubiera sido un jugador de hacer época en el Granada.

P: ¿El mejor entrenador que has conocido?

R: También tiene que ser una mezcla de muchas cosas. He tenido el privilegio de conocer muchos, he estado trabajando con Nando Yosu y otros muchos entrenadores, pero decir quién es el mejor lo veo complicado. Cuando empecé en Primera División a los que me enfrentaba eran Heynckes, Irureta, Luis Aragonés, Ranieri, Del Bosque, Joaquín Peiró.... entrenadores muy cuajados. Soy muy esponja de todos.

P: ¿Y el mejor equipo que has visto jugar?

R: El que más me ha influido es el Milan de Sacchi.

P: ¿El mejor jugador?

R: Maradona.

P: ¿Por qué siempre te han tildado de entrenador defensivo? Te pusieron esa etiqueta desde el principio y te ha costado quitártela de encima.

R: En parte tiene su razón. Si tú ves los delanteros que he tenido, los mejores registros goleadores de su carrera los han tenido todos conmigo: Barral, El Arabi, Javi Herrero, Xisco, Bodipo, Iván Alonso, Carlitos Aranda... Pero sí que es cierto que en mi primera fase con el Recreativo, que es cuando doy el salto al fútbol profesional, con el segundo o tercer presupuesto más modesto de la categoría, estar arriba era a base de hacer porterías a cero. César fue el Zamora el primer año y el segundo año no lo fue porque nos jugamos el ascenso hasta el penúltimo partido; si no, lo quito dos partidos y en el promedio hubiera sido el Zamora el segundo año también. Era un equipo que encajaba muy pocos goles y que perdía muy pocos partidos. Pero luego, por ejemplo, en Santander era un equipo muy ofensivo, pero ya los inicios siempre marcan.

Entrenar a un 'grande'

P: ¿Y por qué crees que no te ha llegado la oportunidad de entrenar algún equipo de los que suelen jugar competiciones europeas? Con esa trayectoria y ese bagaje de partidos y la experiencia que acumulas, siempre has tenido que luchar contra viento y marea con equipos con presupuestos bajos.

R: Con presupuestos para ascender de Segunda a Primera solo en el Murcia y en el Almería. Los demás ha sido luchar por ascender con equipos que tampoco tenían una entidad presupuestaria alta. En Primera, tuve un momento que por renovar en el Racing no cogí el Espanyol, que en aquel momento era un equipo importante. Me llamaron, pero, aunque no lo habíamos hecho público todavía, había renovado la semana anterior en mitad de temporada. Nunca se sabe si hubiera podido ser eso... Pero también he priorizado mucho trabajar a esperar y muchas veces, si quieres conseguir cosas, se consiguen más esperando que trabajando.

P: ¿Crees en los padrinos en el fútbol?

R: Te pueden poner. Pero padrinos para mantenerte 30 años no hay. En determinados sitios te pueden poner, pero luego tú tienes que sostenerte.

P: ¿Has terminado ya tu carrera como entrenador? ¿Quieres echar raíces en el Granada CF?

R: Si me preguntas a día de hoy te digo que sí, pero, como dicen los de los azucarillos, la vida es lo que pasa mientras tú te empeñas en hacer planes. No lo sé.

P: O sea, que no es una decisión definitiva, aunque es posible que ya no sigas entrenando. ¿Lo de echar raíces en el Granada CF te apetece?

R: Hay muchas cosas por hacer. Me llamó Alfredo García Amado, que tiene la sensibilidad de Mareo porque ha estado muchísimos años allí, y me explicó su idea de la ciudad deportiva y la ampliación que, si Dios quiere, la vamos a tener ya en Navidad. Y me dijo que necesitaba una persona que tuviera capacidad de organizar la ciudad deportiva, pero que fuera alguien de fútbol, que no fuera solamente organizar una instalación, sino que pudiera ayudar tanto en la base como en el primer equipo. No he venido a sustituir a nadie, sino que es un puesto que se le está creando un contenido atractivo para enlazar la parte estructural con la parte de fútbol.

P: Otra de las posibilidades para el futuro podría ser ejercer como director deportivo. Poca gente ha visto tantos partidos como tú y poca gente tiene la base de jugadores que conoces. Porque, ¿cuántos partidos sigues viendo a la semana?

R: Depende de la semana, aunque ahora estoy viendo un poco menos. Estoy centrándome en Segunda y en 1ª RFEF. En Primera División estoy viendo muy poco, porque a esos jugadores los conoce todo el mundo. Pero a los jugadores de Segunda y 1ª RFEF son a los que hay que tener controlados. Pero una de las cosas que le dije a Alfredo García Amado en esa primera conversación es que, por el momento, no quiero ser ni entrenador ni director deportivo. Quiero que la gente que trabaje en esas posiciones no esté incómoda pensando que quiero estar en esa posición.

Lucas Alcaraz, director de la Ciudad Deportiva del Granada, en la entrevista | Foto: Antonio L. Juárez

P: ¿Se queda en el aire la posibilidad de que vuelvas a entrenar alguna vez o la decisión ya está prácticamente tomada?

R: La dejaría en el aire. Si todo va como a día de hoy y puedo sumar en el Granada, y al Granada le apetece que sume, estaría bastante convencido de continuar en el club porque se pueden hacer muchas cosas. Son cosas que ahora mismo no se están viendo, pero, de aquí a final de año, la gente va a ver que uno de los sueños que tenemos todos los granadinistas se hace, que es que todos los equipos entrenen en la misma instalación y que un niño de los benjamines pueda ver a Myrto Uzuni y lo salude por el pasillo. Tenemos a los juveniles los primeros, a un Recreativo prometedor, no sé si son ocho o diez internacionales en categoría inferiores. Todo eso me apetece mucho. Pero tiene que ser que sea capaz de sumarle al Granada y que al Granada o al propietario que esté quiera que sume. Se tienen que dar las dos cosas.

Volver a Primera

P: ¿Se puede soñar este año con el ascenso a Primera? 

R: Sueño con el ascenso a diario. Es más, una de las cosas que comentaba, que creo que es humano decir, es que pensaba que iba a ver el fútbol con una tranquilidad que no he tenido hasta ahora. Pues no es así. El día del Córdoba me iba a morir en el palco porque, encima, tenía que estar callado. Y con el Deportivo me iba a dar un infarto. La gente pensará que qué tal, pero por dentro te mueres. Cuando te ilusionas con algo, lo sufres, lo vives, estás implicado y comprometido. Y sí, podemos soñar con el ascenso. Más allá del fútbol, el día del Córdoba se marcó un punto cero de empezar otra vez porque se arregló el tema de la grada de animación, que de una forma u otra, tomará su vida propia. Y, además, el discurso del entrenador ha relajado mucho el ambiente. El ambiente del estadio no lo recuerdo tan positivo hace muchísimos años. Estoy muy orgulloso de mi afición.

P: Es que el fútbol es complicado. El Granada lleva tres descensos en ocho años. No es fácil dirigir un club ni tampoco mantenerlo en Primera. Se han cometido muchos errores.

R: Cuando haces reflexiones nunca hay que abandonar ni la ambición ni la autocrítica, pero tampoco la perspectiva. Y si tú miras un poco de derecha a izquierda, el Córdoba estaba en 2ª RFEF, donde está nuestro filial. El Málaga estaba en 1ª RFEF y viví el partido Málaga-Ibiza, con los dos equipos descendidos, y hubo altercados. ¿Qué quiere decir, que nos tenemos que conformar con lo que tenemos? No. Pero que nuestra historia está entre Segunda y Primera y hay que generar situaciones para que el club vaya creciendo. Se han cometido errores, pero la ambición y la autocrítica no deben ir separados de la perspectiva.

P: Aparte del fútbol, te encanta hacer deporte, aunque ahora mismo no puedes seguir corriendo porque tuviste un accidente con la bicicleta que tuvo como consecuencia una fractura de cadera. 

R: Sí, tuve un accidente con la bicicleta, pero voy a empezar a correr ya. Hasta ahora he hecho bicicleta estática y he intentado minimizar los impactos porque las fracturas de cadera, como se desvíen o lo que sea, son muy complicadas.

P: Y si quitamos el fútbol de tu vida, ¿qué otras aficiones tienes? 

R: Es que no tengo aficiones. Mi afición es el fútbol y dentro del fútbol mi monomanía es el Granada.

P: Como granadino que ahora vive en Granada, y con la experiencia que ya acumulas de haber estado en multitud de sitios, ¿dónde crees que tiene que mejorar la ciudad de Granada y la provincia? ¿Qué crees que le falta? 

R: Te preguntas qué ve la gente de fuera. Le hablas de Granada, y hasta en Irán la conocen. Es una ciudad universal. Para mí, si tuviera que elegir algo, las comunicaciones. Porque una ciudad que vive del turismo y de los eventos necesita buenas comunicaciones. Si nosotros tuviéramos las comunicaciones que tiene Córdoba, nos quejaríamos del exceso de turismo, porque todo el mundo querría venir aquí. Y eso multiplicaría la oferta hotelera, gastronómica, cultural... La ciudad lo tiene todo, pero, para mí, sin ser un gran conocedor, son las comunicaciones.