Luke Maye: "No puedo esperar más para volver a jugar"
El ala-pívot asegura que el tiempo alejado de las pistas "ha sido muy difícil de llevar a nivel mental", pero se muestra confiado en que regresará muy pronto para ayudar al equipo
Dentro de exactamente una semana se cumplirán dos meses desde que Covirán Granada perdió a la estrella de su equipo. El pasado 4 de diciembre, Luke Maye caía lesionado en el duelo ante el Real Betis disputado en el Palacio de Deportes. Su imagen en el parqué del pabellón del Zaídin, dolorido, con sus manos en la rodilla y su posterior retirada hacia el banquillo ayudado por sus compañeros hacía presagiar lo peor. Minutos después, el ala-pívot regresó al partido. Su mente y sus ganas de ayudar al equipo a rascar una victoria más podían con cualquier dolor. Se perdió ante el conjunto bético, pero el golpe que más daño hizo a la plantilla no fue la derrota, sino la ausencia que posteriormente vendría de un auténtico referente en la pista como Luke Maye.
Casi dos meses después, el regreso del estadounidense está más cerca que nunca. Se hablaba de que podría llegar para el encuentro ante Girona, quizás para Fuenlabrada, pero lo cierto es que su vuelta a las pistas aun está entre interrogantes. Así lo confirmó Pablo Pin en rueda de prensa el pasado jueves. "Debemos esperar, volverá cuando se encuentre bien". Estas palabras del técnico rojinegro hicieron un poco más de mella en un herida que solo el propio jugador puede tapar. Su ausencia se nota, el equipo lo necesita y él quiere volver a vestirse de corto lo antes posible.
Con una sonrisa de oreja a oreja, esa que tanto lo caracteriza, y su particular guiño de ojos, Maye espetó nada más comenzar la entrevista un agrio, pero contundente "ha sido muy duro" en referencia a su lesión. Tal y como confiesa el propio jugador, este ha sido el periodo de tiempo más largo en el que ha estado de baja desde que comenzó su carrera profesional, incluso en su etapa en la Universidad de Carolina del Norte. Casi dos meses alejado del baloncesto es demasiado para un Luke Maye que lo único que desea en jugar.
"Vine aquí para ayudar al equipo. Soy de otro país y no puedo hacer lo único por lo que vine aquí, es muy difícil de llevar a nivel mental. Trato de centrarme en el día a día, dar mi mejor versión y centrarme en aquello en lo que puedo mejorar, en los pequeños detalles".
Su rodilla evoluciona favorablemente, pero aun no está lista del todo. Los médicos y el cuerpo técnico le piden precaución, sin embargo, si por él fuese, su regreso al equipo se habría producido hace ya mucho tiempo. "Cuando me lesioné volví a jugar. Obviamente sentía que algo no iba bien, que no estaba siendo yo mismo, pero quería ayudar al equipo. Siento que puedo estar ahí, aunque hay dolor. Un mes después de la lesión ya me sentía bien, yo creía que ya podía jugar, pero necesito tomármelo con calma, ver que se está curando bien", explica el jugador.
Maye viajó hace unos días a Estados Unidos para revisar el estado de su rodilla y confirmar que la recuperación iba bien encaminada. El propio estadounidense reconoce que está "ganando confianza y fuerza, pero es un proceso que lleva tiempo". La particularidad de la lesión del ala-pívot es que el jugador puede hacer una vida completamente normal, pero "no puedo correr ni saltar, cosas que son muy importante para el baloncesto", explica el ala-pívot con cierto tono de ironía y resignación.
El estadounidense está deseando volver a la dinámica con sus compañeros, pero mientras ese momento llega, analiza desde fuera cómo ve al equipo en esta mala racha que atraviesa. "Es difícil cuando traes nuevos jugadores, especialmente siendo más de uno. Es mi tercer año en Europa y es la primera vez que estoy en un equipo que trae tantos jugadores nuevos y que van a tener un rol importante. Es complicado encontrar el ritmo, que todos se sientan cómodos y volver a tener los roles establecidos. Contra Girona jugamos muy bien salvo en el último cuarto. El partido contra Madrid y Baskonia fuimos mejores, fuimos mejorando. Tenemos que centrarnos en estos partidos antes de las ventanas para terminar de encajar las piezas".
Su optimismo es evidente, no solo a nivel personal, sino también por el equipo. "La ACB es un liga muy complicada, queremos jugar bien y quedarnos, pero tener que mirar solo al próximo partido. Centrarnos en las cosas que nos dice Pablo. Cada partido va a ser una batalla, pero creo que conseguiremos quedarnos. Confío mucho en el equipo y en el entrenador".
Su vuelta a las pistas será casi como tener un fichaje más para esta segunda vuelta de la competición. La ilusión por volver a sonreír a base de victoria está, en gran parte, depositada en él, aun así, Luke Maye no siente ninguna presión, solo sueña con volver a disfrutar con sus compañeros haciendo lo que más le gusta, jugar. "Me encanta estar con mis compañeros, sentir que puedo ayudar al equipo. Mi energía, mi comunicación... me encanta estar en la pista, hablas con ellos, motivarlos. Desde el banquillo es más difícil, no tienes esa conexión de estar compitiendo junto. No puedo esperar más para volver a jugar".