Paolo Fresu: “La música puede ayudar a mejorar el mundo, especialmente en este momento difícil”

El músico sardo, junto al cubano Omar Sosa, es el protagonista de este jueves en la programación de Jazz en la Costa

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Paolo Fresu, protagonista del festival Jazz en la Costa este jueves, con Omar Sosa | Foto: Gabinete
GranadaDigital
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Músico de depurada técnica y amante de la tecnología sonora, capaz de transmitir una gran dosis de emoción gracias a la autenticidad y la naturalidad de su lenguaje musical, Paolo Fresu ha desarrollado una intensa y prolífica carrera que incluye actuaciones y discografía con Carla Bley, Gerry Mulligan, Dave Holland, Uri Caine, John Zorn y Ralph Towner, por mencionar sólo algunos. Además de liderar su propio grupo italiano, una de las mejores formaciones del jazz europeo, también promueve el Festival Time in Jazz en Cerdeña. En el festival granadino ya estuvo con el pianista cubano Omar Sosa y ahora repiten en Almuñécar.

Exquisitos cómplices, la riqueza y la calidad musical del diálogo entre Fresu y Sosa es rica y generosa. Un placer para los sentidos y sin duda, música para el alma.

Pregunta: Estuvo ya en Granada con Sosa, ahora repite… Por cierto, ¿cómo se conocieron?

Respuesta: Han pasado más de veinte años. Creo que nos conocimos por primera vez en Estonia durante un concierto respectivo con nuestros respectivos grupos. Luego nos volvimos a encontrar en el Teatro Central de Sevilla hasta que decidimos hacer un concierto a dúo totalmente improvisado en la Isla de Elba. Posteriormente invité a Omar a tocar en mi festival Time in Jazz en Cerdeña. Además de su concierto en el escenario principal, le pedí que tocara solo en una iglesia rural. A mitad del concierto escuchó un fliscorno: era yo tocando sobre el árbol que daba sombra al piano. De entonces hemos llegado a hoy…

P.: Vuelve al dúo nuevamente. ¿Dónde dos están bien… más son muchos?

R.: El dúo es una formación magnífica aunque difícil. Pero más fácil que el trío... Aunque el nuestro es un dúo extendido en el momento en que utilizamos otras "voces" de amigos tanto en vivo como sobre todo en los discos, haciendo así del dúo una orquesta. En definitiva, hay un diálogo cercano que no pretende ser hedonista sino abierto. Siempre en la realidad siempre hay un tercero invitado: el silencio… Siempre hay muchos invitados. Aunque no aparecen físicamente en el escenario, están ahí con sus sonidos y sus historias. Son el violonchelo de Jaques Morelenbaum, las voces de Natacha Atlas, Cristiano De André e Indwe, las cuerdas del Cuarteto Alborada, etc. Pero también voces desconocidas que, sobre todo en Alimentación, cuentan recetas o hablan de comida, apertura y equidad. El silencio es lo que une todo esto.

P.: ¿Qué tipo de sincronización tiene con un pianista para que funcione? ¿Es más musical que humano o espiritual, o a la par?

R.: Cada dúo es diferente y cada pianista es diferente. Con Omar existe una gran sintonía y un diálogo cercano además de un gran respeto y una gran confianza. Esto tiene que ver con la humanidad y la espiritualidad sin las cuales la música no tendría sentido. Si por un lado aprendimos a conocernos, por otro fue natural y sencillo como siempre debe ser la música misma.

Paolo Fresu y con Omar Sosa | Foto: Gabinete

Paolo Fresu y con Omar Sosa | Foto: Gabinete

P.: Suele utilizar tecnología para procesar el sonido de sus instrumentos. ¿Los avances electrónicos tienen que estar siempre al servicio de la imaginación o pueden sustituirla?

R.: La tecnología y la electrónica deben estar siempre al servicio de la música y nunca deben dominarla ni adueñarse de ella. En verdad, todo debe estar al servicio de la música para explicar pensamientos y revelar ideas.

P.: Le pido a la AI una pieza 'al estilo' de Paolo Fresu y ¿qué cree que me hace?

R.: No tengo la menor idea. Preferiblemente preguntar al abajo firmante.

P.: Estoy viendo su producción en el catálogo web de Discogs y tiene 101 discos… ¿Usted duerme?

R.: Por la noche apoyo la cabeza en la almohada y duermo. No se trata tanto de dormir sino de aprovechar al máximo el tiempo que estás despierto. Y sobre todo se trata de tener una gran pasión por lo que hacemos. Para tal vez incluso soñar con ello por la noche...

P.: La última vez que hablamos, mencionamos a Miles y Chet Baker en una conversación… ¿Qué opina de las películas biográficas que han surgido estos últimos años?

R.: Las películas sobre músicos siempre me desconciertan. Porque generalmente tendemos a querer identificar un punto en torno al cual construir una historia creíble cuando la credibilidad de las historias son ellas mismas. Esto distorsiona la visión de la realidad y cuando salgo del cine casi siempre tengo la sensación de algo inacabado y mal dicho. En aquel momento aprecié mucho Round Midnight de Bertrand Tavernier así como un magnífico clip sobre Chet Baker de Bertrand Fevre titulado “Chet Romance”. Lo que me llamó más la atención es el documental "Keep on keepin' On" de Alan Hicks, en el que los actores son el viejo Clark Terry y el jovencísimo pianista ciego Justin Kauflin. Si tuviera que contarle cuál es la esencia del jazz a un joven músico, lo haría a través de esa película.

P.: ¿De verdad tienen tanto en común la música y la gastronomía como para dedicarle su último disco?

R.: La música puede ayudar a mejorar el mundo, especialmente en este momento difícil. Los alimentos también pueden contribuir a mejorar el mundo si son más equitativos y accesibles para todos. Estoy convencido de que la fotografía de nuestro planeta está profundamente relacionada con la alimentación. Si hubiera más alimentos, hubiera más agua y conocimientos para cultivar, hubiera menos desperdicio, el planeta sería más justo. Por lo tanto, veríamos menos conflictos y habría menos necesidad de salir para escapar de la pobreza y los regímenes.

P.: Recordando aquel primer concierto me viene a la memoria la libertad absoluta con la que evolucionaban ¿ahora siguen sin red ni paracaídas?

R.: Como buen sardo no sé nadar pero sé que puedo volar con la música. Los que saben nadar no necesitan chaleco salvavidas así como los que saben volar no necesitan paracaídas...