España domina pero no define sobre el césped de Los Cármenes (1-1)
La Roja volvió a mostrar su fútbol de dominio, pero no fue capaz de aprovecharlo para comenzar con victoria su camino a Catar ante Grecia
Hay elementos que no cambian a pesar del paso del tiempo. El juego de la Selección Española es uno de ellos. Con sus detractores y sus defensores, lo que no se puede negar es que continúa siendo efectivo hasta cierto punto, sobre todo cuando el rival decide ceder toda la responsabilidad creativa, como hizo Grecia.
El cuadro heleno no se escondió y desde los primeros compases dejaron que fuera España la que moviera la pelota con total libertad. La asociación entre Koke y Canales comenzó a dar sus frutos con el pitido inicial con una circulación que intentaba buscar los espacios a la espalda de la zaga, pero sin mucho éxito.
Al final, las primeras acciones de peligro llegaron por las bandas. Marcos Llorente doblaba a su extremo por la derecha, mientras que Gayà hacía lo propio por el lado contrario. El primer remate de la Roja, de blanco y estrenando su segunda equipación, llegó en la cabeza de Dani Olmo, que llegó muy forzado a un centro desde el costado diestro.
Si bien el juego de España suele ser efectivo para dominar al rival, sigue teniendo los mismos problemas para poder generar ocasiones claras ante la portería rival. La intención de llegar tocando hasta el corazón del área no suele servir cuando el rival planta dos líneas de de cinco jugadores en la frontal del área.
Para desatascar la situación fue clave la actuación por la izquierda de Gayà y Olmo. La más clara de la primera llegó en las botas de Koke por partida doble. El centrocampista del Atlético de Madrid aprovechó un centro de Gayà pero sus dos remates desde el punto de penalti se estrellaron contra los jugadores helenos que le salieron al paso.
El dominio de España era tal que incluso Ramos y Eric García se permitían la licencia de situar la línea defensiva hasta diez metros por delante de la divisoria cuando el combinado nacional atacaba. Aun así, las ocasiones claras llegaban con cuentagotas ante el sólido doble muro griego.
La quietud sobre el césped del Nuevo Los Cármenes se rompió a la media hora con un zapatazo de Dani Olmo que se estrelló en el travesaño de la portería de Vlachodimos. Dos minutos más tarde, llegó el gol de España. Koke consiguió al fin ver una línea de pase directa hacia Morata por encima de la defensa griega. El ariete de la Juventus, tras controlar con el pecho, batió al guardameta heleno sin dejar caer el balón.
El tanto hizo que Grecia subiera tímidamente las líneas de presión. Fue entonces cuando se empezó a notar la incomodidad de Sergio Ramos en el eje de la zaga. El camero perdió varios balones en las proximidades del área que pudieron costar caro. Por suerte para los intereses españoles, los atacantes visitantes no tenían las ideas claras para provechar el último pase e incomodar a Unai Simón.
El partido estaba tranquilo para España y tras el descanso llegaron los primeros cambios por parte de ambos conjuntos. Luis Enrique no quiso arriesgar con Ramos y dio entrada a Iñigo Martínez. Tzolis y Siopis fueron los encargados de reactivar el fútbol griego tras la reanudación.
El dominio de La Roja continuó tras los quince minutos de receso y los hombres de Luis Enrique fueron los primeros en llamar a la puerta de Vlachodimos tras una combinación entre Ferran Torres y Morata que terminó con un chut del delantero centro muy cerca del palo izquierdo griego.
Sin embargo, cuando más controlado tenía el partido España, llegó el golpe de Grecia. El colegiado Marco Guida señaló penalti a favor de conjunto visitante. Iñigo Martínez se lanzó al suelo dentro del área para cortar un balón peligroso, el central del Athletic logró su cometido, pero la inercia al deslizarse por el césped le hizo impactar con los tacos en la rodilla de Masouras. Apuntó Guida a los once metros y convirtió Bakasetas con un disparo potente y centrado.
El empate volvió a cambiar la propuesta de partido de los griegos. Se conformaban con el reparto de puntos, pero Luis Enrique no pensaba lo mismo. Ante la falta de creatividad en el último tercio de ataque, el técnico de la Roja decidió dar entrada a los debutantes Pedri y Bryan Gil, que trataron de aportar una visión más libre al juego español.
Las apariciones de ambos permitieron una mayor fluidez en la circulación del balón. La habilidad del extremo del Eibar centró la atención de la defensa griega, lo que le permitió a Gayà una mayor libertad para escalar por la banda. Pudo volver a ponerse por delante España, pero el centro chut del lateral no lo pudo rematar Oyarzabal por muy poco.
Unos minutos más tarde, Pedri robó un balón en la medular e inició un contragolpe junto a Morata. Con una sucesión de paredes entre ambos, el balón llegó hasta línea de fondo, pero el futbolista de la Juve se quedó sin opción de disparo en el último momento.
Con el paso de los minutos a España le entraban las prisas. Bryan Gil era el hombre más activo sobre el verde y todo el peligro que La Roja originaba pasaba por sus pies. Aunque ponía mucho empeño, el futbolista cedido por el Sevilla no encontraba asociación con nadie en el último pase y sus jugadas terminaban en la nada.
España, que siempre había ganado en sus vistas a Granada, ahora comienza su andadura de cara al Mundial de Catar de 2022 con medio tropiezo. Un empate ante Grecia que denota que aún quedan muchos aspectos por pulir de cara a las siguientes jornadas. Próximo partido, Kosovo.
Ficha técnica:
España: Unai Simón; Gayà, Sergio Ramos (Iñigo Martínez, 46'), Eric García, Marcos Llorente; Canales (Bryan Gil, 64'), Rodri, Koke (Thiago, 72'); Dani Olmo (Pedri, 64'), Morata y Ferran Torres (Oyarzabal, 72').
Grecia: Vlachodimos; Bakakis, Papadopoulos, Tzavellas, Tsimikas (Kyriakopoulos, 80'); Mandalos (Tzolis, 46'), Zeca, Bouchalakis; Limnios (Siopis, 46'), Bakasetas (Giakoumakis, 78) y Masouras (Fortounis, 65').
Goles: 1-0, Morata (33'); 1-1, Bakasetas (p.) (57').
Colegiado: Marco Guida (ITA). Amonestó a Iñigo Martínez en España y a Zeca y Giakoumakis en Grecia.
Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada de la fase de clasificación para el Mundial de Catar de 2022, disputado en el Estadio Nuevo Los Cármenes sin presencia de aficionados por las normas sobre el coronavirus.