Esta semana se decide el futuro político de Granada... o no
La capital espera que se determinen cuanto antes las áreas de gobierno o si Luis Salvador será alcalde cuatro años o sólo dos, mientras sobrevuelan dos posibles mociones de censura
Hechos probados: el pasado 15 de junio, poco después de las doce del mediodía, Luis Salvador se convirtió en el nuevo alcalde de Granada. El candidato de Ciudadanos obtuvo catorce votos (los cuatro de su partido, los siete del PP y los tres de Vox) por los trece que logró Paco Cuenca (diez del PSOE y tres de Podemos IU Adelante).
Hechos por probar: todos los demás.
Prácticamente desde ese momento, Granada ha vivido en un perenne estado de confusión que habrá que explicar por fases. Por lo pronto, entre muchos granadinos ha causado y causa estupefacción que el alcalde sea de un partido que sólo consiguió cuatro concejales en las municipales del 26 de mayo, después de sumar sólo 700 votos más que en los comicios de 2015 y los mismos ediles que entonces. Y, dato no tan al margen, también nueve mil votos menos que en las generales de abril de 2019, donde el cabeza de lista al Congreso de Diputados no fue Luis Salvador sino Fran Hervías, que por lo que se ve tuvo más tirón. De las 109.083 personas que depositaron su voto en las urnas ese 26 de mayo para elegir alcalde, sólo 16.183 optaron por Salvador. Por Cuenca, el que ganó en votos, lo hicieron 35.346. Y por Sebastián Pérez, candidato del PP, 25.288.
El caso es que la aritmética del pleno constituyente fue la que se impuso. Vox y PP decidieron apoyar a Ciudadanos, aunque eso no quiere decir, ni mucho menos, que exista una perfecta armonía entre esas tres agrupaciones políticas. Como se ha venido demostrando casi desde el mismo día (o desde el minuto uno, como ahora dicen muchos), las discrepancias y los reproches han abundado.
Fundamentalmente porque los detalles de ese acuerdo no han trascendido. Y los que se han difundido son, por lo menos, cuestionables. Esa ceremonia de la confusión mencionada al principio se manifiesta en detalles nada nimios, como que, mientras Luis Salvador y otros líderes de su partido, sin ir más lejos su jefe en Andalucía, Juan Marín, dicen que Ciudadanos gobernará en Granada durante los próximos cuatro años, el Partido Popular ha repetido ya en varias ocasiones que no fue eso lo acordado, sino que Luis Salvador fuera alcalde hasta junio de 2021, momento en el que cedería los trastos a Sebastián Pérez para que él acabara el mandato. La fórmula que se ha dado a conocer con la simple expresión matemática 2+2.
Órdago del PP
Tan es así, que el Partido Popular ha lanzado un órdago a Ciudadanos: o se hace como ellos sostienen que se pactó, o Luis Salvador dejará de ser alcalde. No especifican cómo, pero lo más normal es que eso se hiciera a través de una moción de censura que, si todo funcionara conforme a la lógica, haría que Cuenca volviera a ser alcalde. El enfado de algunos populares llega hasta el punto de que dicen sin tapujos que prefieren eso a soportar lo que consideran un engaño.
Pero resulta que no sólo el PP ha amagado con una moción de censura. El otro socio del trío, Vox, también ha dicho que lo hará si sus tres ediles no entran en el gobierno. Su diputada nacional por Granada, Macarena Olona, ha sido tajante en ese particular. Y ahí se abre otro punto de fricción, puesto que, mientras que Sebastián Pérez y los suyos no le harían ascos a esa posibilidad, Luis Salvador ya ha manifestado públicamente que el nuevo equipo de gobierno "tendrá once concejales", lo que significa los suyos y los del PP, y que a Vox, en todo caso, "se le buscará acomodo". Él, por su parte, será alcalde. Y para Sebastián Pérez se creará la figura de vicealcalde, inédita en Granada.
Todas esas cuestiones (el 2+2, el reparto de las áreas de gobierno, el acomodo de Vox) deben estar listas esta semana. "El lunes o el martes", anunció el alcalde, que mencionó asimismo que hay una comisión encargada de cerrar el acuerdo definitivo.
¿Existe esa comisión? El PP sostiene que no y agrega que, de hecho, no existen ahora ningún tipo de conversaciones entre ellos y el grupo naranja. Y si es cierto que no hay negociaciones, difícilmente se va a alcanzar ningún acuerdo. Ni el lunes, ni el martes.
Ciudad bloqueada
Mientras tanto, como suele decirse, la casa sigue sin barrer. La ciudad está bloqueada a expensas de que alguien se baje del burro. De que Luis Salvador acepte el 2+2, lo que contentaría al PP; de que fueran éstos los que cedieran y dejaran al líder de Ciudadanos ser regidor cuatro años; de que Vox se resigne a no entrar en el gobierno; o de que los demás dejen al grupo (más) de derechas del arco ostentar alguna delegación.
El desconcierto que se vive en estos días ha provocado fisuras en el PP. Sebastián Pérez apenas ha dado señales de vida en todos estos días y no son pocos los dirigentes de su partido que cuestionan ya abiertamente sus decisiones. Esta tarde tiene previsto hablar en la Junta Directiva y dar explicaciones a los suyos, lavar los trapos en casa. No es que se esperen decisiones drásticas e inmediatas, pero fuentes populares vaticinan que la etapa de Pérez como líder provincial tiene los días contados y especulan con la posibilidad de que Marifrán Carazo sea su sustituta.
A los otros dos partidos representados en el ayuntamiento, PSOE y Podemos IU Adelante, les queda, por ahora, el derecho al pataleo y la esperanza de que alguna de esas mociones de censura prospere. Lo primero lo están manifestando, sobre todo los socialistas, al protestar una y otra vez contra un acuerdo del que gustan en llamar "trifachito" no fraguado en Granada, sino en Madrid. Podemos también se queja de eso e incluso vuelve la vista atrás (más atrás de la cuenta, lo hecho ya no tiene remedio) y recuerda que Vamos Granada, con un programa no muy diferente al suyo, sacó 2.558 votos que, de haber ido al zurrón de Podemos, les habría dado un cuarto concejal. Así la suma con el PSOE habría sido 14 y no se estaría hablando (ni escribiendo) de nada.
Por lo demás, y teniendo en cuenta que el acuerdo a tres bandas (firmado o no, entre caballeros o entre lo que sea) se está mostrando tan vulnerable desde el principio, se puede recordar que Granada, que es una ciudad de casi un cuarto de millón de habitantes, tiene su presupuesto municipal prorrogado desde 2015. El anterior mandato, a esos efectos, no valió para nada. Habrá quien se pregunte, dadas las circunstancias, si se avanzará en esto o si el bloqueo y las estrategias partidistas volverán a ser la tónica cuatro años más. El tiempo dirá.