Entrega tres anillos y un Rolex a unos estafadores tras hacerle creer que su hija había atropellado a una embarazada

El valor de las joyas de las que se desprendió la mujer, de 77 años y natural de Santa Fe, asciende a 12.000 euros

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Dependencias de la Policía Nacional en la Plaza de los Campos | Foto: Archivo / Celia Pérez
GranadaDigital
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Una mujer de 77 años, natural de Santa Fe, ha presentado una denuncia ante la Policía tras entregar tres anillos de diamantes y un reloj marca Rolex valorados en 12.000 euros a un grupo de estafadores que le hicieron creer que su hija había atropellado a una mujer embarazada.

Tal y como ha adelantado Sur, la víctima, que responde al nombre de Pepi, recibió una llamada de un hombre que decía ser comisario de la Policía comunicándole que su hija estaba detenida por atropellar a una mujer embarazada tras saltarse un semáforo en rojo y dejarla en estado crítico.

Los timadores consiguieron incluso hacerle creer que había hablado por teléfono con su hija, que responde al nombre de Sabrina y vive en Málaga, desde dependencias policiales. Ambas sospechan ahora que su voz pudo ser modificada con inteligencia artificial a raíz de alguna publicación en redes sociales de la joven, según se explica en la información del diario de Vocento.

Cuando la víctima le dijo a los estafadores que no tenía la cantidad que le reclamaba el supuesto fiscal para dejar a Sabrina en libertad bajo fianza (20.000 euros), éstos le preguntaron si no tenía joyas que pudieran avalar esa suma de dinero. Ella respondió que sí y les confesó que hace dos años ya le habían robado, pero que "algo" le quedaba.

Que los malhechores enviaran a una mujer a su casa para recoger las joyas sin que se les facilitara la dirección, como si el caso ya estuviera en los ficheros de la Policía, le hace sospechar a Pepi que la autoría de uno y otro robo podría corresponder a las mismas personas.

Tras entregar las joyas en mano a la estafadora, que se marchó a la prisa y casi sin mediar palabra, Pepi llamó a su hija Sabrina y su reacción al descolgar el teléfono le hizo entender que había vuelto a ser víctima de un robo. Pese a todo, le quedó el alivio de saber que su hija estaba bien. Es lo que tiene ser buena persona.