¿Estás histérica?
¡No os enfadéis! Es solo un título. ¿Alguna vez te han dicho "estás histérica” o "estás enferma”? Así fue como empezó todo. Loca, me llamaban cuando decidí a empezar a hablar de sexo públicamente. Bien pues de locuras e histerismo trata este artículo, sin faltar un poco de sexo y placer. ¿Sabéis? ¡Me encanta esta palabra! ¡Histérica! Ya estáis pensando en que sí, que estoy “loca”, pero seguid leyendo que todo tiene su explicación.
En mis reuniones tuppersex, me gusta introducir un trozo de nuestra historia, hablo de la histeria femenina: una enfermedad diagnosticada en la medicina occidental. Hasta mediados del siglo XIX, se decía que las mujeres teníamos “tendencia a causar problemas”, que era una enfermedad propia de las mujeres, la cual podía manifestarse mediante cualquier tipo de síntoma y que estaba causada por una gran represión sexual.
A lo que iba, cuando en un tuppersex nombro la histeria femenina, es para introducir el vibrador, y para recordar que no consuela, si no cura. “La causa de esta enfermedad era la abstinencia sexual”.
Los remedios recomendados eran variados, desde mantener sexo si estaba casada, el matrimonio si estaba soltera y un masaje de una comadrona como último recurso (masaje pélvico, estimulación manual de los genitales de la mujer por el doctor.) En el siglo XIX, donde esta supuesta enfermedad que los griegos habían descrito como el “útero ardiente”, se convierte en una especie de plaga entre las mujeres de la época. Cualquier comportamiento extraño – ansiedad, irritabilidad, fantasías sexuales – era considerado como un claro síntoma y la paciente era enviada inmediatamente a recibir un masaje relajante.
No hace mucho vi una película sobre este tema, os la recomiendo “Hysteria “, está en YouTube y trata el tema de un modo muy ameno.
Por eso, para la mejora de la salud y según dictaba el médico, para curarnos de esta enfermedad... "Las mujeres eran masturbadas hasta conseguir [paroxismo histérico]. El método usado por los médicos para combatir la histeria femenina, era acariciar manualmente el clítoris y la vulva de las pacientes hasta que pudieran alcanzar lo que en esta época es conocido como orgasmo.)
Bien pues aquí es donde entran nuestros aparatos curadores , alegradores… Para aquellas mujeres que me lean:
Un vibrador, rotador, masajeador, masturbador, es simplemente un aparato útil para nuestra salud. Nada de vergüenza al qué dirán, ni miedo a sentir, ya sabéis que hay un juguete para cada una, hay mucho donde elegir.
“Como en aquella época era mal visto que una mujer acudiera sola a la consulta, era frecuente que maridos o madres esperasen sentadas junto a la paciente mientras el médico tranquilamente las masturbaba". La verdad es que menuda situación, te diagnostican enferma y para curarte, te masturban delante de tu marido.
Pero ahora ya estamos en el siglo XXI, podéis masturbaros vosotras solas.
“En 1859 un doctor aseguró que una de cada cuatro mujeres estaba aquejada de histeria, así que se necesitaba tratamiento constante, lo cual era una notable y fácil fuente de ingresos. El único problema era que los médicos no disfrutaban con la tediosa tarea del masaje. La técnica era difícil de dominar para un médico y podía durar horas llegar al “paroxismo histérico".
Y claro los pobres médicos cansados de tanto trabajar comenzaron a plantearse otro tipo de soluciones para mantener los ingresos y a las pacientes. "El primero que tuvo la idea fue un médico británico llamado Joseph Mortimer Granville, que, en 1870, cansado de masturbar manualmente a sus pacientes, patentó el primer vibrador electromecánico con forma fálica, y aunque de un tamaño considerable, fue todo un éxito, ya que lograba “aliviar” a las pacientes en menos de diez minutos de una manera relativamente sencilla. “Una empresa, llamada “Hamilton Beach”, comenzó a producir en 1902 vibradores de tamaño más pequeño”, “La vibración es la vida” – se publicaba en algunos anuncios – “Porque tú, mujer, tienes derecho a no estar enferma”
“La vibración proporciona vida y vigor, fuerza y belleza” – dicen los anuncios – “El secreto de la juventud se ha descubierto en la vibración.” Su comercialización llega a tal extremo que algunos modelos incluyen un recambio adaptable que convierte el vibrador, ¡en una batidora!
Aquí una controversia, estos aparatos sanadores no estaban mal vistos en esa época, ya que en el pensamiento machista de la época se decía, “al no haber contacto con el interior de la vagina, se considera que no hay acto sexual, y por lo tanto no existía ningún tabú, se les consideraba artículos de masaje anti estrés.
Pero a partir de 1920, los vibradores aparecen en las primeras películas pornográficas, y empiezan a perder su imagen de instrumento médico. Esto, unido a que a principios de los 50 la Asociación Americana de Psiquiatría” declaró que la histeria no era una enfermedad, hizo que el vibrador fuera visto como un juguete sexual y considerado instrumento de perversión, comenzando poco a poco a ser un tabú, connotación que casi continúa teniendo hoy en día en muchos lugares.
Hablamos de 1920. Eso es hace relativamente poco así que ya sabéis que el estar histérica no es excusa para comprarse un vibrador. ¡No la necesitáis!
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