Los estudiantes de la UGR, en desacuerdo con la forma de regresar a las aulas
Muchos alumnos dejaron sus viviendas de alquiler cuando las clases pasaron a ser telemáticas hace unos meses
Nuevo capítulo de discordia entre la Universidad de Granada y su estudiantado. La institución tiene previsto el regreso presencial a las aulas para el próximo 12 de abril, pero parece que la decisión tomada no ha contentado a todas las partes. El alojamiento es el principal problema para los alumnos, ya sea por falta de posibilidades o por motivos económicos. Dos estudiantes dan su punto de vista sobre este tema.
Jesús Maldonado, miembro del consejo de gobierno y de la delegación de estudiantes, deja claro que se han puesto quejas por el caso omiso de la UGR a las peticiones realizadas. “Solicitamos que se cumpliesen unas condiciones y no ha sido así”, manifiesta Jesús, que apostilla que se han demandado cosas como facilitar alojamientos o ayudas económicas para quien las necesite.
El representante del estudiantado universitario sostiene que el organismo dirigido por Pilar Aranda debe publicitar y ofrecer lo que pueda ofrecer a sus alumnos, pues explica que en ocasiones se conceden cosas sin oficialidad. Jesús recuerda que justo en este momento la cuarta ola de coronavirus planea sobre Granada, por lo que expresa que no le parecería justo que se vuelva a culpar a los estudiantes de un posible aumento de los contagios.
Cuando la UGR certificó que la enseñanza telemática no iba a ser cosa de unos días, muchos de sus alumnos foráneos se marcharon de sus viviendas de alquiler, algo que ahora se convierte en un problema para retomar las clases presenciales. Este es el caso de Ana, una alumna que reside fuera de la provincia. “Dejé el piso porque vivía con mi abuela”, declara Ana, que tenía miedo de ser un vector de contagio de Covid-19 para su abuela.
Esta alumna debería ir y venir desde su provincia o buscar un piso para acudir a sus clases. La estudiante afirma que “mucha gente dejó ya su piso” y se encuentran por lo tanto en sus mismas circunstancias. “No veo yo que la gente se mueva. O vamos todos a una o no conseguiremos nada”, sostiene Ana, que espera encontrar una solución lo antes posible. Todavía pueden darse cambios en los días venideros, pero de momento la UGR no ha hecho ningún pronunciamiento respecto a estas quejas.