Adiós a los sobres de azúcar en hostelería en 2026
Bares y restaurantes de toda la Unión Europea deberán despedirse de los envases monodosis para reducir la huella de residuos plásticos

Bruselas ha hablado, y esta vez, el mensaje no viene en un sobre de azúcar. La Unión Europea ha aprobado una nueva normativa que obligará a bares, cafeterías y restaurantes a eliminar los envases de un solo uso —incluidos los populares sobres de azúcar, sal, ketchup o mayonesa— a partir del 1 de enero de 2026. El objetivo de la medida, integrada dentro del Pacto Verde Europeo y la Directiva sobre Envases y Residuos de Envases, es claro: reducir la huella de residuos plásticos y fomentar una economía circular en el sector hostelero. A partir de esa fecha, solo se permitirán envases reutilizables o dispensadores rellenables en establecimientos de hostelería.
“Es un paso necesario para lograr nuestros objetivos climáticos y de sostenibilidad”, afirmó la comisaria europea de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevičius. “La hostelería es un sector clave en la generación de residuos evitables. Esta normativa no solo reduce el impacto ambiental, sino que también moderniza la experiencia del consumidor”.
La medida de quitar los sobres de azúcar en cifras
Según datos de la Comisión Europea, cada año se generan más de 200.000 toneladas de residuos derivados de envases monodosis en el sector HORECA (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías). Una cifra que se espera reducir drásticamente con la entrada en vigor de esta ley. En España, la Federación de Hostelería (FEHR) calcula que solo en sobres de azúcar se consumen más de 3.000 millones de unidades al año. El impacto visual y medioambiental es tan dulce como evidente.
Un cambio que sabe diferente
Para muchos hosteleros, esta transición supone un reto logístico y económico. Implementar dispensadores reutilizables, ajustar el servicio y educar tanto al personal como a la clientela son solo algunos de los pasos necesarios. En palabras a GranadaDigital del propietario de una cafetería en el centro de Granada: “Lo entiendo y lo apoyo, pero vamos a echar de menos el ritual del sobre. Había clientes que venían más por leer la frase del azucarillo que por el café”.
Y es que, con esta medida, no solo desaparece un envase: se esfuma una pequeña tradición muy nuestra. Esas frases motivacionales, filosóficas o incluso absurdas que decoraban los sobres de azúcar, serán pronto cosa del pasado. “Hoy puede ser un gran día”, decía uno. “Lo importante no es llegar, sino saber que vas”, soltaba otro. Frases que, entre cucharadas de café, daban conversación, risas o incluso temas de debate existencial.
¿Y ahora qué? ¿Azúcar en bote y sin mensaje?
La normativa aún no especifica el tipo de envase reutilizable a emplear, dejando libertad para que cada establecimiento elija su fórmula. Desde dispensadores automáticos hasta azucareros clásicos con cucharita, todo vale mientras sea recargable y no de un solo uso. Eso sí, para los nostálgicos, algunas marcas ya están ideando dispensadores que incluyan pantallas con frases del día, o incluso apps móviles para “leer tu frase de azucarillo” al escanear un código QR. El ingenio, como el café, nunca duerme.
También se han alzado voces que proponen crear una “Biblioteca de frases del azúcar”, recopilando y preservando este pequeño patrimonio cultural no oficial que tantos bares ha decorado durante décadas.
La hostelería se adapta... otra vez
No es la primera vez que el sector hostelero debe adaptarse a una normativa europea de sostenibilidad. En los últimos años, ya se prohibieron las pajitas y cubiertos de plástico, se fomentaron los envases biodegradables y se establecieron sistemas de reciclaje más rigurosos. “Al principio cuesta, pero luego todos nos adaptamos”, explica LA gerente de un restaurante granadino al conocer la noticia. “Si lo hicimos con las pajitas, lo haremos con el azúcar. Eso sí, yo voy a imprimir las frases en las servilletas. ¡Algo hay que leer mientras esperas el desayuno!”
En redes sociales, el anuncio ha generado todo tipo de reacciones. Desde usuarios que celebran la medida por su impacto medioambiental, hasta otros que lamentan el fin de “un pequeño placer mañanero”. “Adiós a las frases que nos alegraban los lunes”, decía un tuit viral. “Ni azúcar, ni mensaje. ¡Nos quitan todo lo bueno!”, bromeaba otro.
Más allá de la nostalgia, lo cierto es que la normativa responde a una necesidad urgente: reducir los residuos de un solo uso que inundan los vertederos europeos y afectan al medio ambiente. Aunque el cambio pueda parecer agridulce, el adiós a los sobres de azúcar marca un paso firme hacia una hostelería más responsable y sostenible. Y quién sabe, tal vez pronto inventemos nuevas formas de endulzar los cafés… y las conversaciones.
Porque, como diría aquel azucarillo que ya no volveremos a leer: “No llores porque terminó, sonríe porque ocurrió”.
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